Capítulo 14

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Todos veían el cuerpo del joven caer desde lo más alto de la azotea.

Un héroe, que estaba mirando la situación a lo lejos, lo atrapó antes de que cayera directamente al piso.

El estado en el que estaba era un poco mejor del que esperaba. El rostro estaba casi intacto, pero gran parte de sus brazos y piernas estaban con heridas severas.

Al parecer el joven se cubrió lo más rápido que pudo y el impacto hizo que saliera volando de esa parte del lugar. Además perdió la conciencia en el momento en que fue salvado.

El héroe entregó al joven a uno de los médicos que rápidamente llegaron hasta donde ellos estaban.

Bakugo fue llevado a uno de los hospitales más cercanos de la zona. Sus quemaduras eran de primer y segundo grado. Estaba inconsciente por el ardor y el dolor de las heridas que tenía ya que abarcaban gran parte la superficie.

Fue llevado a urgencias para recibir el tratamiento, ya que las quemaduras que tenía dañaron la primera y segunda capa de su piel. Estas ocupaban cerca de 30% de su cuerpo, requería una atención inmediata, la cual fue otorgada.

Luego del lavado de las heridas y el tratamiento posterior, internaron a Bakugo en una de las salas de urgencia para realizar un control sobre las quemaduras ya que estas causaban que la piel ya no cumpla sus principales funciones. Ese control no duraría más de cuarenta y ocho horas si no surgía algún problema.

Todos los alumnos de la U.A. se enteraron de lo que sucedió por las noticias y conocían ambiguamente el estado en el que se encontraba Bakugo.

Su madre también fue notificada sobre lo que sucedió y fue la primera en llegar al lugar. Estaba muy preocupada por el estado de su hijo, después de todo los médicos solamente le habían dicho que las quemaduras requerían una hospitalización.

Ella estuvo horas y horas en la sala de espera junto a su marido hasta que les explicaron a detalle el estado en el que se encontraba su hijo. Después de eso ellos vieron llegar a algunos de los compañeros de Katsuki, a su profesor encargado y a los directivos de la institución.

No se les permitía entrar a la habitación que le habían asignado a Bakugo, así que todos los visitantes recibieron información sobre la situación del joven de sus padres.

Esos accidentes eran normales para un héroe, pero no para una madre. Ella no se separó de su hijo en ningún momento, los médicos al verla la dejaron ingresar durante unos pocos minutos a la habitación.

La escena al entrar fue horrible de ver para una madre. Su hijo estaba inconsciente, boca arriba sin una sábana que cubriera las heridas. Una capa de la piel fue retirada y la crema que le colocaron para curar las heridas hacían que resaltara más ese color rojizo.

Bakugo estuvo dos días inconsciente. Despertó el día en que lo cambiaban de habitación, su orgulllo le impidió recibir ayuda de los médicos para levantarse a pesar de que sintiera un gran ardor.

Lo primero que vio al despertar fue a su madre dormir junto a él. Sé sintió mal verla con ojeras en sus ojos, no quería preocuparla pero no pudo evitar hacerlo.

Las heridas se curarían en una semana, la cual debería estar en el hospital ya que recibiría un tratamiento por parte de un médico que poseía una particularidad de sanación.

Su estancia en el hospital fue cómoda. Recibió visitas de los directivos de la U.A., los cuales agradecían de su valor al enfrentarse a ese villano pero también lo reprendieron diciéndole que no haga nada que sea así de peligroso otra vez.

El daño en el edificio no fue tan grande como creían que iba a ser. Se destruyó solamente el piso que estaba debajo de la azotea. Todos los residentes del hospital fueron evacuados antes de la explosión.

Por desgracia los dos héroes que estaban más cerca del villano fallecieron poco después de llegar al hospital por la gravedad se sus quemaduras. Otros dos héroes estaban en la misma situación que Bakugo y también debían guardar reposo durante varios días.

Katsuki también recibió visitas por parte de sus compañeros, los cuales estaban preocupados cuando se enteraron de lo que sucedió. Ellos fueron a visitarlo de manera separada, exepto Denki ya que todos tenían miedo de que haga una travesura que dañe más a Bakugo.

Kirishima fue uno de los primeros que estuvo a su lado.

–¡Hey bro!– saludó.

–Hola– respondió cortarte al saludo.

–¿Cómo estás?– preguntó ignorando la actitud del otro.

–Como la mierda ¿Y tú?– contestó.

Kirishima solamente se rió incómodo en su lugar, y miró las heridas de Bakugo. Las facciones de Eijiro mostraban culpa y preocupación.

–No fue tu culpa, sabes que acordamos separarnos así que no hagas esa cara– consoló Katsuki a su mejor amigo.

–Pero yo...– fue interrumpido.

–Nada de peros, tú te encargaste de clamar a la personas que estaban ahí. Hiciste tu trabajo como héroe, al igual que yo– explicó.

–Aún así podría haber hecho algo– exclamó con culpa.

Bakugo soltó un gran suspiro. Al parecer su particularidad no solo enfurecía su cuerpo sino también su mente.

–Mira, hay veces en las que vamos a salir lastimados y no podríamos evitarlo. Nosostros elegimos este camino y no nos arrepentimos. Tú hiciste lo que tenías que hacer– reprendió.

Kirishima un poco dudoso aceptó las palabras de Bakugo, aunque eso no evitaba que la culpa siga estando allí.

Después de eso seguía el turno de los demás. Cada uno de ellos le deseaban una pronta recuperación y Mineta le regaló un melón adornado con un moño morado.

Ese día ya había terminado. Fue cansador ver y hablar con muchas personas, ya era tarde y no quedaban más personas para verlo. O eso es lo que creía Bakugo.

–Hola Bakugo– saludó mientras ingresaba a la habitación.

Katsuki estaba sorprendido, no pensó que esa persona lo visitaría.

–Hola Todoroki– devolvió el saludo.

Al parecer esa noche a penas había comenzado.

Vengaza (bakutodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora