Bakugo estaba nervioso.
Gran parte de su cuerpo comenzaba a sudar y movía rápidamente sus pies tratando de calmarse.
Él acordó con Todoroki tener varias citas, en las cuales existiría la posibilidad de que Shouto vaya o no. Es decir que Bakugo le diría la fecha y hora de su cita, pero no iba a confirmar o negar que iría. Esa decisión fue tomada como un tipo de venganza por parte de Shouto.
Actualmente Bakugo le había pedido a Shouto ir a dos citas y a ninguna de ellas fue. Estuvo horas y horas esperando que asista pero no obtuvo el resultado que deseaba. A pesar de todo eso, él estaba agradecido con Todoroki por pedornarlo.
Ellos hablaban como amigos, realizaban comentarios sobre lo que hacían cada semana o estudiaban los fines de semana junto a sus otros compañeros.
Katsuki y Shouto no estaban solos en ningún momento, acordaron que lo estarían solamente en su cita. Claramente su relación era de amigos, Bakugo pensaba en todo tipo de opciones para realizar junto a Todoroki.
El objetivo de Katsuki era encontrar algún tipo de cita que llame la atención de Shouto creando mayores posibilidades de que asistiera.
La primera cita que le pidió fue ir a cenar en un restaurante, deseaba ver a Shouto comer soba frío. Para su mala suerte eso no atrajo para nada al niño rico ya que podía ir cualquier día que quisiera.
La segunda era ir de compras juntos, le hubiera encantado verlo con algún estilo diferente. Nuevamente no fue algo atrayente para Todoroki ya que no le interesaba comprar ropa.
Ese día lo invitó a ir a un parque de diversiones más grande de la ciudad. Supuso que Shouto nunca había ido a ese lugar junto a alguien, después de todo su infancia no fue del todo linda.
Bakugo compró las entradas por adelantado, el horario establecido del lugar era extenso. Estaba abierto desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche.
Katsuki llevó una gran mochila en la cual llevaba un poco de comida. En las dos ocasiones anteriores estuvo con hambre durante mucho tiempo y quería evitar que eso se repitiera. Además llevaba una que otra golosina para darle a Todoroki si es que se le apeteciera algo dulce.
Bakugo llegó al lugar media hora antes y se sentó en uno de los bancos cercanos a las puertas del parque. Un perrito se acercó a él para hacerle un poco de compañía.
Pasaron los minutos hasta que se hicieron horas. Ya era pasado del mediodía y su estómago empezaba a quejarse. Decidió comer uno de los sandwiches que estaban en el interior de la mochila. Cuando ya estaba llegando a la mitad notó a lo lejos una inconfundible figura y con felicidad se dirigió a su dirección, no sin antes darle lo que quedaba de su comida al perro que estaba a su costado.
–Hola Todoroki, me alegra que vinieras– saludó con una pequeña sonrisa.
–Hola Bakugo– devolvió el saludo.
Ambos se encaminaron para ingresar al lugar. Le entregaron al guardia los boletos y dejaron que revisaran sus pertenencias para que confirmaran que no significaban algún tipo de peligro.
–¿A qué juego quieres subirte primero?– preguntó Bakugo.
Todoroki antes de responder inspeccionó los juegos más cercanos a ellos, buscando uno que lo atrajera.
–¿Qué te parece ese?– dijo mientras señalaba a una gran montaña rusa.
–Claro que no hay problema, pero espero que no te marees fácilmente– advirtió con recelo.
No pudo evitar recordar la primera vez que se subió a ese juego, fue junto con Midoriya en un momento de su infancia. Para su mala suerte el chico no tenía una gran tolerancia a los constantes movimientos y vomitó sobre él accidentalmente.
Todoroki y Bakugo se colocaron el fila. No era tan extensa para su suerte, pero no fueron lo suficientemente afortunados como para evitar a las chicas de secundaria que intentaban coquetearles.
Mientras la fila avanzaba, más personas se unían a ella. Específicamente, se acercaban muchas chicas para ver el bello rostro de Todoroki.
Los segundos se hacían eternos para Bakugo al aguantar las constantes miradas sobre su cita, no le era cómodo que vean a la persona que le gusta de una manera no muy pura y con segundas intenciones.
Después de unos minutos lograron subirse al juego tomando las medidas de seguridad adecuadas, ambos estaban sentados lado a lado. Al comienzo, el tren, se iba moviendo lentamente subiendo por la colina ascensora para llegar al punto más elevado.
Bakugo ya estaba acostumbrado a subirse a ese juego y por esa razón miró a su costado. El rostro de Todoroki mostraba nervios, sus ojos estaban fijo en lo poco que les faltaba para llegar a la cima. Cuando llegaron al punto elevado, el tren se detuvo por una fracción de segundos y Bakugo agarró la mano de Todoroki al notar el nerviosismo del contrario.
Descendieron rápidamente por la rampa y siguieron con el trayecto. Ellos no separaron sus manos en ningún momento, solamente cuando tenían que bajar.
Ellos salieron del tren, la mirada de Shouto brillaba más que nunca.
–¿Te divertiste?– le preguntó Bakugo.
–¡Sí! Me puse un poco nervioso al principio, pero esas vueltas y la rapidez en la que iba fue impactante ¡Todavía estoy temblando!– dijo emocionado mientas extendía su mano mostrando los leves temblores que tenía.
Bakugo no pudo evitar soltar una pequeña risa, verlo tan felíz le alegraba.
–¿Vamos a otros juegos y después volvemos a este?– propuso.
–Claro que sí, pero vamos rápido– avisó mientras tomaba la mano del contrario para tirar de ella y caminar rápido.
Varias personas se le quedaron mirando, les era extraño ver una pareja del mismo sexo en un lugar tan concurrido. Pero sus miradas no fueron botadas por ninguno de los dos ya que tenían sus pensamientos fijos en algo mucho más importante que la opinión de los demás.
Todoroki estaba muy emocionado por disfrutar los otros juegos que habían en ese parque de diversiones. Por su parte, Bakugo quería mirar las diferentes expresiones que Shouto mostraba mientras exploraba un nuevo mundo para él.
ESTÁS LEYENDO
Vengaza (bakutodo)
Fanfiction¿Me arrepiento de lo que hice? La respuesta es sí. Anhelaba vengarme de tí, quería lastimarte de la manera más dolorosa posible, deseaba humillarte y que rogaras por mi amor. Es gracioso ¿O no? Creí que solamente tú ibas a llorar, ahora veo que rea...