Ambos se separaron al instante y fue como una corriente fría que invadió a Elizabeth cuando un hombre llamó a Meliodas.
-Jefe, los demás están viniendo hacia aquí.-
Aquel hombre no había visto que Meliodas estaba con ella.
Corria desde el callejón oscuro. Y no veía claramente que él estaba acompañado.
Elizabeth miro a Meliodas muy confundida
-¿Jefe? ¿Hay algo que no sé Meliodas?-
El rubio bajo su mirada mientras pensaba que podía decirle.
Pero no podía mentirle
-Lo lamento Elizabeth, tuve que hacerlo, no pensé que tú regresarias.-
Eso la decepcionó.
-¿Nunca creíste en mi verdad? Si pase todo lo que pase estos 4 años fue solamente por ti, para salvarte de esto, en cambio tú. Te volviste en lo que más odiabas, en tu padre.-
Meliodas no supo que contestar tenía razón en todo
No podía ni verla a los ojos.
El ruido de unas motocicletas se escuchaba llegar muy rápido.
Sin dudar tomo su mano de ella y la jaló hasta la camioneta de el.
Aquel otro hombre tomo una motocicleta y siguió las órdenes de Meliodas.
Elizabeth no quería seguirlo pero el le suplicó que lo hiciera.
No tenía otra opción seguramente venían unos matones.
Así que subió a la camioneta algo enojada
Meliodas manejaba rápido, se metía en callejones para perder a quienes lo seguían, no tardo en perderlos.
En todo el camino ella no lo miró, su mirada fija en la ventana en silencio y sus lágrimas cayendo la acompañaron.
El rubio lo sabía, la había lastimado profundamente.
-¿Donde estas viviendo ahora?-
Preguntó para romper aquel frío silencio entre ellos.
-No quiero decirte, solo déjame en la estación del metro.-
Suspiró triste.
Sabía que diría eso.
-Prometo no ir a buscarte. Por favor quiero llevarte a tu casa, necesito que llegues con bien.-
-Ya te dije que no quiero. Déjame en el metro y ya.-
Contestó con un tono de voz elevado.
Frenó de golpe en un calle algo solitaria de la ciudad
-¡Basta! ¡Quiero que llegues con bien! Eres lo único que tengo en mi vida, porfavor déjame llevarte.-
La última frase salió con un tono cristalizado, al borde de las lágrimas.
Ella no quería mirarlo sabía que aceptaria.
Sin pensar, tomo su maletín y salió rápido de aquella camioneta.
Corrió lo más rápido que pudo, y logró llegar a la estación del metro.
Afortunadamente estaba por salir el que la dejaría cerca de su hogar.
Paso su tarjeta rápido, y entro a los vagones.
Se sentó en el primer asiento que buscó vacío y empezó a controlar su respiración agitada.
Contuvo sus lágrimas en todo el camino hasta llegar a la parada de su destino.
Bajó del metro y caminó algunas calles
No demoró en llegar a la casa de su padre.
Éste la recibió feliz. Al igual que su hermana Verónica, ya que Margaret se había casado ya y se mudó con su esposo a Francia.
Los saludo, aparentando tranquilidad.
Cenó con ellos y luego subió a su habitación.
Dejó su maletín y se quitó toda ropa sobre ella.
Se metió a la ducha y ahí lloró amargamente bajo el agua
Salió a los minutos con las toallas envueltas en su cabello, y una en su cuerpo.
Tomó su móvil y comenzó a revisar sus redes sociales.
Meliodas la había buscado y le había mandando varios mensajes.
Ella ignoro todos
Estaba tan molesta, decepcionada y triste a la vez
Que no quería saber nada de él.
Se colocó su pijama y abrazo su almohada para poder dormir
Al día siguiente despertó temprano, comenzó a vestirse.
Optó por usar una falda lisa pegada color negro, con una abertura en la pierna izquierda, blusa de manga corta con botones color blanco, y zapatos de tacón cerrados negro.
Sus cabellos habían crecido demasiado, y el largo llegaba hasta el final de su espalda, quizá debería cortarlo ya.
Se lo peino, y se hizo una trenza de lado.
Se colocó aretes y collar coordinado de mariposas
Se maquillo ligeramente y roció perfume
Tomó su maletín y su móvil, y salió de su habitación, tomó café y pan tostado.
Cepillo sus dientes y salió de su hogar.
Llegó a la estación del metro, subió y espero paciente a llegar al centro.
Caminaba por las calles concurridas, a esa hora era común que las personas estén yendo hacia sus respectivos trabajos.
Llegó al buffete, saludo a las secretarias y camino hasta su oficina.
Prendió su computadora y continuo con su investigación.
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~Recuperando a Meliodas~
أدب الهواة¡Segunda temporada de ladrón de noche! Elizabeth cumplió su promesa y luego de estar lejos de Meliodas por 4 años. ¡Regresa a salvarlo!