~Recuperando a Meliodas~

Te esperaré

El juicio de Meliodas quizá el más fuerte que ella pueda haber visto en su recién inicio de carrera.

Sobretodo porque ella misma había entregado al amor de su vida a las autoridades.

Muchos la señalaban, dudaron del amor que le tenía a Meliodas, fue blanco de burlas y de muchas ofensas.

Pero ella se mantuvo firme y nunca bajo la cabeza. No le interesaba lo que la gente diga y opine de ella.

Solo ella y Meliodas sabían la verdad.

Al cabo de unos días el juez dictaba sentencia.

15 años era una vida entera

Lloro en silencio  de pie en los tribunales mientras veía a su rubio aceptar la condena y sonreír para ella una vez mas

Estaban por llevarlo y ella rompiendo toda regla cruzo esa pequeña reja de madera que los dividía y lo abrazo fugazmente mientras le decía "te amo" con los ojos llenos de lágrimas.

Los oficiales la alejaron rápido de el y se separaron.

Para llevarlo a la que sería su celda por los siguientes años

Sus hermanas la sostenían mientras gritaba de agonia y dolor.

Meliodas intentaba no mirar a verla o era capaz de enfrentarse a todos para poder estar con ella.

Pero tenía que redimir su vida para ser un hombre libre y estar con ella sin ninguna culpa.

Con mucha dificultad la lograron sacar de aquel lugar.

Había pasado por tanto estrés y ansiedad en esos días que mientras salían sintió como su cabeza daba vueltas y se dejó caer, afortunadamente Margaret y Verónica la tenían sostenida y no dejaron que caiga al suelo

Con la ayuda de Michael la cargaron al carro y la sentaron para poder llevarla a descansar.

Reaccionó en el camino y logro calmarse.

A los pocos días, su nombre ya era muy mencionado por los medios debido a que ella había logrado detener a un grupo fuerte del narcotráfico

Ella sabía que ahora tenía que irse con más cuidado, pero había hecho un trato con los judiciales.

Para redimir sus actos, Escanor, Zeldris y Ban, quienes eran los que estaban más cerca de Meliodas cumplirían su condena  fuera de prisión, y la pagarían protegiendo a Elizabeth.

Todos conocían a esos 3. Eran los más fuertes del grupo y de esa forma Meliodas estaría tranquilo dentro de la cárcel sabiendo que su amada no correría riesgo alguno.

Le dieron excelentes referencias por haber hecho tan excelente trabajo y por todo el esfuerzo.

Estaba feliz por eso pero el brillo en sus ojos se había ido ya.

Conforme pasaban los días intentaba seguir adelante.

Pero el dolor de cabeza y los mareos constantes eran un problema

Mientras cenaba con Diana y Elaine el dolor se hizo presente y ellas se preocuparon.

-¿Existe la posibilidad de que puedas estar embarazada?-

Preguntó la castaña

Elizabeth se dió cuenta de que era posible.

La última que estuvo con Meliodas no usaron protección y el se había venido dentro de ella.

Con los juicios había olvidado que su menstruación no llego

Las chicas se alegraron por ella.

Y el brillo regreso a su mirada.

Quizá no todo estaba perdido. Una pequeña esperanza regreso a ella

A la mañana siguiente pidió consulta con una ginecóloga.

Y sus sospechas fueron ciertas.

Un hijo de Meliodas estaba en su vientre.

Al salir del consultorio fue directo a la prisión.

No demoró en ver a su rubio amado llegar.

El le sonrió y ella a él.

Se abrazaron rápido y ella le dió el papel donde le indicaban que estaba embarazada.

No podía estar más feliz en toda su vida

Besaba sus manos, sus mejillas, todo lo poco que podía.

Ahora más que nunca tenía un gran motivo para ser libre y renovar su vida

-Hare todo lo posible por salir pronto de aquí, te prometo que seré el mejor para ti y nuestro bebé.-

-No necesitas decirlo Meliodas, yo sé que tú eres el mejor hombre en mi vida. Te amo.-

Y con un beso en los labios fugaz su tiempo de visita se acaba y ella se despidió de él con una gran sonrisa