Lío Kast, actual sucesor de los condes de Yunqueta del Kast, joven de cabello largo castaño, ojos grises y de cuerpo delgado curvado en lugares perfectos, gay travestí, escondido en un aeropuerto sin nada más que su pasaporte, teléfono y pijama, totalmente descalzo. Todos al pasar lo veían con extrañeza y algunas personas de mayor edad le regalan algunas monedas, llevaba consigo su billetera y bastante dinero para poder encontrar a su hermana, pero sus padres y su viejo como arrugado prometido lo buscaban, si se enteraban que había comprado un boleto de avión en el transcurso de cinco horas lo darían por localizado.
Se había enterado un poco de cómo su hermana había sido desheredada por cometer "falta" y haberse enamorado de un pobre, no consideraba que la pobreza haya sido el problema, la realidad era que había sido de la persona equivocada. Parecía que ella había escapado a otro país en busca del matrimonio perfecto, lo cual no creía que pudiera conseguir pues lo perfecto no existía, por lo menos tenía la ubicación de su única hermana y debía encontrarla para salvarse de sus padres como ella sin querer lo había hecho. Una pequeña espina llegó a su mente al pensar como todos hablaban que ella era fea, pero que ambos hermanos eran parecidos asi que no consideraba que fuera una persona desagradable.
- ¡Oye! - levantó su mirada a una chica que pasaba con una gran maleta rosa chillón - toma - le entrego unos tenis un poco sucios pero le sonrió pues era mejor que estar descalzo.
- Gracias.
- Si eres una chica, lo sabía - la chica le tendió los tenis que por obra del destino eran de su talla - eres tan bella ¿Cual es tu nombre?
- Lili - no podía decir su verdadero nombre, sería cometer suicidio - es un gusto y gracias nuevamente.
- Es un gusto, me llamo Lorena, bueno corazón me despido que mi prometido viene a recogerme - tomo sus mejillas y beso ambas de manera rápida antes de salir casi corriendo.
Estando ahora calzado volvió a tomar asiento en la banqueta esperando las horas pasarán para poder comprar el boleto de avión y salir de ese frío país el cual parecía querer comenzar a nevar, odiaba el frío y lo primero que pensó fue en el hecho de su cabello totalmente húmedo.
Sintió de pronto algo caer sobre sus hombros lo cual era cálido así que al subir su mirada pudo ver a dos apuestos chicos, uno de cabellos azabache, ojos azules casi turquesa y alto como fornido; mientras el otro era rubio, ojos grises, alto de poco constitución física. El de cabello azabache parecía ser el dueño de la chaqueta que lo tapaba, se levantó para estar un poco más a su altura y sonrió agradecido.
- Gracias, que amables.
- ¿Que haces aquí afuera? Adentro se encuentra una cafetería y te hemos visto desde hace algún tiempo pero creíamos esperabas a alguien - el rubio le hablo de manera suave y melodiosa, era agradable.
- Estoy esperando que pasen algunas horas antes de entrar y poder comprar un boleto, necesito ir en busca de mi hermana mayor - pensó que ellos también caerían en el pensamiento que era un chica asi que no intento comentar sobre el tema.
- ¡Oh! Vamos adentro te invitamos a un café y unos panecillos los cuales están deliciosos rellenos de chocolate derretido y bañados en caramelo - sonreí al ver su rostro imaginando el postre del que hablaba y casi babear - ¡Vamos ven! Mi nombre es Ethan.
- Un gusto, soy Lili - su mano era sostenía por la cálida mano caminando a una cafetería donde tomaron asiento en una mesa donde ya se encontraban al lado dos maletas, una negra y otra de color rojo con adornos de coronas.
- Espera aquí, iré por lo que te he ofrecido - volteó a ver al otro chico y sonrió de manera juguetona lo cual no entendía porque ya que el mantenía una expresión neutra que parecía ser mejor que la de las monjas junto a las que había crecido - Diego, es mi guardaespaldas, así que el te cuidará ¿Verdad?
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Oculto pero Dulce (Gay Love)
RomanceEl puesto social se podía olvidar si encontrabas el trasero adecuado y el martillo correcto en el cual cabalgar. Encontramos a cuatro personas que prueban a sus familias al querer abandonar sus puestos sociales, que importaba ser conde o condesa, p...