21. Al trote

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Luego de que los padres protectores envolvieran a Ariel en sudaderas, guantes y bufandas salimos, fuimos nuevamente escoltados por guardias mientras Mathías , Ethan y la sirenita manejaron con tranquilidad. El lugar fue distanciado y un poco largo al llegar al lugar luego de dos horas donde me abrazaba con fuerza a mi lobito que dejaba pequeños besos por mi rostro con toda la intención de mantenerme despierto y ciertamente lo había logrado.

Al llegar nos encontramos con grandes terrenos pintados en blanco por la nieve, mientras una pareja la cual había visto llegar al centro comercial con un gran ramo de rosas rojas afirmando que esperaban nuestro futuro reinado con toda la esperanza y amor.

- Bienvenidos, adelante - fuimos recibidos de igual modo por un chico bajo rubio y ojos azules que llevaba una bandeja repleta en tazas de chocolate caliente mientras al ver a Ariel solo contenía una pequeña carcajada - espero sea de su agrado, aquí hace más frío que en la ciudad y espero les ayude a tomar calor.

- Gracias - tome una de las tazas entregando está a Diego que respondió a mi con un beso mientras me entregaba la que el había tomado, sonreía antes de dar un sorbo intentando contener mi sonrojo del chico que parecía ser amigo de Ariel.

- Es un honor tenerlos aquí sus majestades - la mujer de cabellos canosos llegó hasta nosotros sonriendo y colocando su mano sobre el hombro del chico rubio - les aseguro que este es un lugar bastante familiar y donde se sentirán reconfortantes, mis hijos y mi cuñado han planeado una comida cálida esperando en el interior del edificio mayor, me encantaría poderlos escoltar hasta el lugar si me lo permiten sus altezas.

La mujer comenzó el camino al notar que las primeras en seguirla eran Flor y Madeleine, las cuales parecían ser las que mas sufrían en este frío invernal. 

- Calma - el chico rubio hablo observando a Ariel que hacía una pregunta muda - luego de que ustedes se fueron me ha pedido disculpas, aceptando nuestra relación siempre y cuando en un año luego de nuestro matrimonio adoptemos nuestro segundo hijo.

- Felicidades por tu prospera felicidad - sabía que la conversación no era conmigo pero pude notar como una sonrisa pintaba en el chico.

- Gracias, su majestad, estoy a sus órdenes mi nombre es Noah y soy cocinero principal del restaurante buena fortuna - parecio colocarse tenso mientras la sirenita solo reía - los invito a pasar y espero la comida sea de su agrado.

Asentí mientras seguíamos a la mujer mayor que no parecía haber avanzado demasiado, entrelazando mi mano con la de mi lobito caminamos mientras observaba los alrededores blancos, todo era hermoso y las personas parecían ser realmente amables, me sentía un poco intimidado al saber que algunos se acercarían por nuestro puesto mientras otros varios tratarían de hacer lo contrario.

- Tengo ganas de hacerlo, me siento realmente caliente de solo estar caminando así contigo - hablé en chino ganando algunas miradas que parecían explicar el no entender de la conversación haciéndome sonreír antes de observar a Diego que quitaba su mano para pasarla sobre mis hombros con una sonrisa pícara.

- Yo desde esta mañana pero parece no cumplirse nuestro tiempo para estar a solas y yo dentro de ti - una carcajada salió de mi garganta tomándolo por la nuca antes de acercarnos comenzando a besarlos, sus brazos sosteniéndome de la cadera mientras me abrazaba con más fuerza a sus hombros, esperando y deseando por más de él.

- Ni les haga caso, siempre hacen lo mismo - escuchar la voz de Kile no muy lejos me hizo reír, preferí subir mis piernas agarrándome estilo koala a mi esposo que pareció agradarle la idea al sentir como su pene comenzaba a tomar fuerza entre sus pantalones - mientras ellos terminan su espectáculo podríamos entrar, esto va para largo.

Oculto pero Dulce (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora