Lilí.
Leí por ultima vez el mensaje de Leticia, donde explicaba que Zelinda ahora se encontraba en una de las celdas, me había mandado inclusive el audio de la conversación que había tenido el comandante Roberto Kast, mi hermana y los condes de Kast, me sorprendí un poco al saber un hombre tan famoso era mi abuelo materno, me tranquilizaba un poco al saber que mi hermana podría liberarse de algunos años si hablaba y decía todo lo que sabía.
Suspire antes de recostar mi cabeza en el borde de la bañera, ahora que me quitaba un miedo de encima debía preocuparme por el segundo, la cena con los reyes. Con Diego habíamos rechazado la invitación, pero luego de una larga insistencia preferimos aceptar, con la condición de una "cena" sin comida, a lo cual habíamos dado la pequeña orden al pequeño Ariel de ir a comprar unas botellas de vino.
Me encontraba bañando mientras Diego se cambiaba, sabía que en una hora deberíamos estar abajo en el gran comedor rodeados del personal real, lo que implicaban a las mujer responsables de la violación a mi lobito.
Me levante luego de tranquilizar mis nervios y sentir que mi piel ya había absorbido el olor de las rosas, tome una de las toallas blancas que habíamos comprado de antelación y sonreí al recordar que luego de que esto terminara podría dormir abrazado a mi esposo. Me acerque al tocador de madera pintado en blanco con un gran espejo decorado con lo que parecían gemas, ignore los detalles para colocarme un conjunto de ropa femenina blanco, no era fanático del color pero debía ocupar un color claro en lugar del común negro provocativo.
Salí a la habitación, encontrando a mi lobito vestido con un traje de gala gris claro, con una corbata plateada y las mancuernillas de plata, su cabello engominado hacía atrás y una hermosa sonrisa blanca que me hizo sentir desfallecer, sobre la cama se encontraba un vestido largo de flores rosadas, que me había parecido hermoso al solo verlo.
- Me he tomado el atrevimiento de escoger un vestido - su voz me hizo preferir sentarme mientras notaba a Madeleine, Flor, Teresa, Rosa y Ariel arreglando y alisando el traje de mi esposo - Espero no te moleste mi decisión.
- Todo lo contrario amor, me encanta - camine hasta él al sentirme tranquilo para dejar un beso en sus deliciosos labios - ¿Solo debo pensar en como peinar mi cabello? Además de los zapatos.
- No es por entrometerme, pero ¿Qué te parece una trenza? - voltee a notar a Ariel que sonreía mientras me mostraba una foto de una trenza francesa de lado.
- Me encanta ¿Me la podrías realizar? - respondió con un pequeño si antes de correr por la habitación tomando peines, ganchillos y ligas - realmente el traje te ha quedado perfecto.
- Tienes un gusto exquisito - Flor y Teresa llegaron hasta mí con una silla sentándome frente al espejo de cuerpo completo, quitando del camino a Diego que se quedo a mi lado sonriéndome mientras notaba como las cinco personas a nuestro alrededor corrían por el alrededor tomando diferentes cosas.
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Oculto pero Dulce (Gay Love)
RomanceEl puesto social se podía olvidar si encontrabas el trasero adecuado y el martillo correcto en el cual cabalgar. Encontramos a cuatro personas que prueban a sus familias al querer abandonar sus puestos sociales, que importaba ser conde o condesa, p...