Ethan.
Diego había estado durante un largo tiempo perdido en su teléfono que junto a Kile habíamos decidido quitárselo mientras veíamos diferentes apartamentos y no era solo porque el acabará de casarse con un chico que creí chica hasta hace algunas horas si no también porque yo necesitaría uno, vamos que mi mejor amigos se había conseguido a la mejor futura reina de Bazerax, si para mí paso por alto que tenía pene entre las piernas podría pasar para todo el país. Habíamos decidido con ayuda del rey traerlo aquí, su madre, la reina había tomado la decisión de comprometerlo en matrimonio con la peor mujer que puedo tener en su lista, mi madre. Claro Diego había tomado la decisión de rechazar a la duquesa de Rela al notar como está podría ser su madre o incluso su abuela, recibiendo como castigo la toma de su virginidad por algunas sirvientas del castillo, la cosa es que muchos comentaron que eso no era un castigo si no un regalo el poder acostarse con tantas mujeres al mismo tiempo, pero que pasa cuando eres gay, virgen y de una mente pura como para seguir creyendo en los cuentos de hadas.
Su padre fue el primero en gritar y descubrir la atrocidad hecha por su madre, pidiendo ayuda llegue desatando las sogas que mantenían a mi mejor amigo atado a su cama, preparando su maleta, billetera, teléfono y las pocas cosas que vi a la mano antes de sacarlo medio vestido hacia mi apartamento. Necesitaba descubrir un lugar a donde llevarlo y en el cual su madre no se atreviera a buscarlo, tuve que llamar a varios de mis amigos preguntando por lugares seguros sin vista de la reina notando que todos tenían problemas familiares que cargar como nosotros en esos momentos, fue una lucha de una semana donde solo podía notar a Diego dormir en el sofá gritando a media noche que por favor se detuvieran, que lo único que causaban era herirlo.
Mis opciones se acababan, solo quedaban tres contactos que podían ayudarme, su padre me llamaba cada día preguntando por él resultando siempre en que las cosas parecían ir a peor. Llame a Lorena, la cual era mi novia y por la cual hubiera dado mi vida descubriendo como me contestaba su nuevo prometido comentando como habían acabado de terminar una sesión de candente sexo. En la siguiente semana me uní a Diego en el sillón mientras llorábamos por diferentes razones, a dos semanas de lo sucedido, recibí la llamada del chico por el que había estado enamorado por más de tres años y que emocionado me comentaba como su hermano cada vez era más feliz, y como este tenía la pareja perfecta.
Caí en cuenta al escucharlo, Kile, con el todo cambiaría. Vivía cerca de la nada y ahí podríamos pasar un tiempo mientras todo se calmaba, le comenté sobre lo sucedido con Diego y como necesitábamos salir lo antes posible de Bazerax recibiendo la respuesta que esperaba. Al arreglar como haríamos todo esto llame al rey recibiendo su aceptación al plan y como la bomba de lo sucedido saldría a la luz al momento de ya no estar en el país para ir contra la reina.
Aún con mi mejor amigo de bajón le pedí que se arreglará, pasaríamos casi 24 horas entre aeropuerto pues no dejaríamos que nadie nos siguiera, estaba arreglado de Bazerax, a Rusia, a Francia, Grecia, Italia, Alemania para terminar con Kile.
En todo el camino Diego había estado con pequeñas lágrimas rondando sus mejillas, no era algo que me gustará verlo pasar así que al llegar a Alemania decidí que debíamos comer, entendía que no quisiera pero no lo podía ver de esa manera. Entre una pequeña pelea nos encontramos con Lorena la cual solo me mostró su anillo de compromiso que brillaba tanto como su maleta rosa chillón, mantuve las lágrimas e intenté felicitarla, necesitaba centrarme en mi mejor amigo no en una mujer que aún siendo mi novia se acostaba con otro hombre y al mismo tiempo se comprometía con este.
Quería seguirla pero al hacerlo pude ver a un chica sufriendo de frío a las afueras del aeropuerto aceptando los zapatos que alguna vez yo le había comprado a mi ahora ex. No me parecía alguien de la calle así que decidí salir a hablarle, no le preste atención si Diego me seguía o no, pero al llegar a la chica solo pude notar su chaqueta favorita caer sobre los pequeños hombros junto a un pequeño sonrojo el cual se podría fácilmente confundir con el frío.
ESTÁS LEYENDO
Oculto pero Dulce (Gay Love)
RomanceEl puesto social se podía olvidar si encontrabas el trasero adecuado y el martillo correcto en el cual cabalgar. Encontramos a cuatro personas que prueban a sus familias al querer abandonar sus puestos sociales, que importaba ser conde o condesa, p...