El primer mes de clases tenía a Poché vuelta un ocho. Le iba muy malen ingles y pensaba que suspendería el próximo examen.
Sus días en el colegio ya tenían una rutina:Llegaba saludando a sus amigas, veía a Daniela y a su noviobesuquearse toda la mañana, y agarraba el mal humor. Sus amigas lahacían reír y por un momento lo olvidaba, volvía a ver a la parejita besándose en la tarde y el enojo aumentaba. Finalmente terminaba o enla biblioteca, o mirando a Juli entrenar.
Casualmente, estas eran lascosas que ocurrían exactamente todos los días, lo que menos disfrutabaera el besuqueo de idiotas, pero creyó que ya debería de haberseacostumbrado.
Llevaba días viéndolos hacer lo mismo e ir agarrados de la mano, aun nocomprendía por qué seguía molestándole. Ya debería de haberlosuperado, pero cada vez que los veía, sentía unas terribles ganas degolpear a Samuel en el rostro. Decidió ignorarlo, no era su problema.
En estos momentos se encontraba mirando a Juliana entrenar mientrasestudiaba Biología (ya debían de darse cuenta que aquella era su mejormateria) pero en verdad no estaba del todo concentrada. ¿Cómo podría?Si Daniela lucía deslumbrante, dando vueltas en el aire y alzando lospompones, era increíble cómo en tan solo un mes el equipo habíamejorado tanto.
Daniela Calle. Aquel era un nombre que seguramente la atormentaría,los dos años que quedaban de escuela. La observaba, su piel erahermosa, su cabello brillaba y su sonrisa le alegraba el día. Sin quererlo,el pulso de la ojiverde se disparó. Era un fastidio cuando le su decía.
Desde el primer año que le ocurría aquello, pero parecía que cada díaempeoraba más y más ¿Por qué? ¿Qué tiene ella que me haga sentirmeasí?, se preguntó, pero no quiso responder con miedo a la respuesta, eraabsolutamente imposible.
Suerte que era el último día de la semana y no tendría que verla durantetres días, aunque sabía que era una mentira, ya que Poché se sentiríaansiosa todos los lunes sabiendo que la iba a volver a ver.
Después deun rato, el grupo de chicas se fueron hasta los vestidores, Daniela lucia muy atractiva con las mejillas rojas y el cabello sudado revuelto. Esperó aJuli, ellas habían acordado con las chicas que, al terminar elentrenamiento, irían a la pizzería cerca del instituto.
-¿A quién esperas?- preguntó la voz de Juli a su espalda y la chica delos ojos oliva soltó una risa.
-A una amiga no más atractiva que yo- le dio una sonrisa y Juliana hizo unamueca.
-Yo soy más atractiva que tu- dijo ofreciéndole la mano, para ayudarla alevantarse.
Mientras conversaban y salían del campo, observó cómo Juli quedódistraída, mirando a Abisambra. Dios, esta chica sí que babeaba por ella. Sóloesperaba que fuera atracción física, ya que si era algo más fuerte sabíaque su amiga sufriría, y no quería que ella sintiera dolor.
Bajaron varias cuadras y al llegar a la pizzería vieron que en elaparcamiento había varios coches, hubo un convertible azul que se lehizo muy familiar, pero igual Poché entró con su amiga. El local teníauna pinta exacta a las cafeterías de los años setenta, fueron a las mesasrojas mientras sus amigas le hacían señas para que se sentaran.
-¡Poché, aquí!- gritó Kim y ella le sonrió, tomaron asiento y Poché quedójunto a Laura. Juliana estaba al lado de Kim y las cuatro comenzaron ahablar. Lala bebía de su merengada y Poché no dudó en robarle unoscuantos sorbos.
-¿Cómo fue la práctica?-preguntó Lala, un poco interesada en el tema.
-Bien, bien ¿Por qué, Lucia?- preguntó Juli, cruzándose de brazos, yobservando a su amiga de forma acusadora. (Atrapada)
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RIVALES | CACHÉ ADAPTACIÓN
Teen FictionMaría José Garzón comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Daniela Calle. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o a...