A Daniel no le interesaba en lo más mínimo Samuel, era atractivo, pero nada más. (¿Qué ¿Atractivo?)
No parecía pensar en otra cosa que, en el mismo, seguramente su cerebro era del tamaño de una nuez (Completamente correcto) considerando que reprobó informática. ¡¿Qué clase de idiota suspende informática?! Pero allí estaban, otra vez, frente al casillero de la castaña con el muchacho rogándole por salir a tomar un café. ¿Enserio? ¿Un café? ¿No pudo pensar en algo más original? Además, el corte de pelo que llevaba le hacía parecer un pincho, sin ánimo de ofender. (Por supuesto que fue con esa intención)
-¡Vamos Daniela!- la castaña guardaba sus libros dándole la espalda, razón por la cual el chico no pudo verla rodando los ojos. - No te resistas, sal conmigo ¿Sabes cuántas chicas se mueren por esta oportunidad?- (Yo no, amigo) peinaba su cabello con sus manos y sonreía de forma burlona, pero irritante.
Le recordó a la sonrisa divertida que casi siempre mostraba Poché, la castaña sacudió la cabeza. Claro que no, la sonrisa de Poché era miles de veces más encantadora y le hacía sentir piruetas extrañas en el estómago. Un tema que, desde hace unos meses, llevaba preocupando a Daniela como también molestándole.
Era un fastidio, no podía estar en la misma habitación que la ojiverde sin sentirse insegura y nerviosa. ¡Así no era ella!¡Daniela Calle no actuaba así y menos por una chica! Poché era tan...¡Ahg! Ni siquiera quería pensar en ella las veinticuatro horas del día ¡No caería tan bajo! Volvió a ver al chico, frunciendo el ceño al verlo pero aun así sonriendo ya que eran amigos, y por mucho que la irritara, debía tratarlo bien.
-No Samuel. Ya te dije, no quiero salir con personas del grupo- sonrío coqueta antes de colgarse la mochila al hombro.
Samuel se acercó a ella, queriendo acorralarla contra los casilleros, pero la castaña colocó una mano en su pecho alejándolo.
-Daniela, te aseguro que conmigo vas a pasarlo de maravilla- afirmó con ojos seductores y relamiéndose los labios, Calle torció la boca pensándolo. -Es una tontería que digas eso, no importa si soy del grupo o no, eres muy linda y quiero llevarte a salir ¿No entiendes?-
Daniela se le quedó mirando, pensando seriamente si aceptar o no. Su mamá le había dicho que a esta edad empezaría las citas con los chicos, todo el rollo de lo novios y esas cosas. No estaría mal ¿Verdad? Samuel era guapo (Ciega), de buena familia, popular y seguramente el próximo año se uniría al equipo de la escuela. Era un buen partido.
Además le había dicho que era linda, Calle sonrió aunque de todas formas pensaba negarse. Esperaría unos años más, aún no estaba interesada en el romance en su vida.
-Mira, Austin quiero aclarar que....- comenzó a hablar intentando no apartarlo, con su dedo empezó a trazar la mandíbula del chico que sonreía idiotizado, pero se interrumpió al escuchar risas.
Los dos voltearon, en el pasillo estaban el grupo de Poché y sus amigas. Calle las miraba, intentado entender que era lo gracioso y quedando desconcertada por pensar en lo linda que se veía la ojiverde con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados mientras se carcajeaba.
-¡Pero Pochas! No puedes, tu mamá no va a estar de acuerdo- la alta, Calle recordaba que se llamaba Kim, le dio un empujón en el hombro.
-Daniela- el moreno intentó hablar, pero Calle lo acalló colocando un dedo en sus labios, quería escuchar.
-Shh- siseó.
Poché sacudió la cabeza, negando, antes de echarse el cabello hacia atrás mirando fijamente a las dos chicas con esa fantástica sonrisa. Daniela suspiró suavemente, como si hubiera estado reteniendo el aire, tanto que Samuel no pudo escucharla y eso que estaban muy cerca.
ESTÁS LEYENDO
RIVALES | CACHÉ ADAPTACIÓN
Teen FictionMaría José Garzón comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Daniela Calle. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o a...