EXTRA #2

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-¿Sesión de estudio?- Valeria observaba a su mejor amiga guardar sus libros en el casillero.

-Eso mismo Vale- Daniela respondió rodando los ojos.

Estaban en pleno pasillo, era la última hora de clase. Valeria intentaba convencer a su mejor amiga que la acompañara a su casa esta tarde. Calle se había negado, en este mes matemática comenzaba a dificultarse y, a pesar de ser inteligente, quería quedarse unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana. La latina quería tener una noche de películas, pero la castaña insistía en tomar la tarde para los estudios.

-¿Y en donde piensas estudiar?- la chica de ojos miel hizo un mohín.

-En la biblioteca Vale- al ver los ojos confundidos de su amiga le sonrió divertida.  -Sí no sabes, es una habitación con estanterías y mesas en donde hay una gran cantidad de libros...

Valeria la detuvo, alzando la mano frente el rostro de la castaña, torciendo la boca un poco ofendida.

-Se lo que es una biblioteca, Dani- bufó al escuchar la risa de la castaña.

-¿Entonces?-

-Me refería ¿No podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo- la latina alzó los brazos.

Calle negó suavemente con la cabeza, colgándose la mochila del hombro.

-No podría concentrarme-

-¿Y porque?-

-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde?- le dijo alzando una ceja, Verónica mantuvo la boca cerrada. -¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca-

Valeria aceptó a regañadientes, alegando que aquella tarde planeaba comer un gran razón de helado de fresa y galletas, sin ella. (Es lo que yo estoy comiendo ahorita, sienta celos)

La castaña sintió una lagrima caer, ella también quería helado y galleta, pero a duras penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca. Planeaba vengarse de Valeria Sandoval, tal vez encerrándola en su baño mientras Calle comía una caja entera de pizza al lado de la puerta.

Sonrió, más animada por su malvado plan. Esperaba pasar unas horas tranquilas, en estos días no muchas personas acudían a la biblioteca así que estaría prácticamente sola (Y con la bibliotecaria, pero a quien le importa) Al llegar a la entrada sintió que su corazón le subía a la garganta, como un acto reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido.

Cuando ya estaba levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba María José Garzón, de espaldas, pero Daniela podía reconocerla. Por su cabello, el de la ojiverde era más oscuro que el de ella, también por la ropa que llevaba ese día, unos jeans blancos y un jersey. Se preguntaba en qué momento le había tomado importancia a lo que vestía Poché y eso que solo la había visto una vez en el día.

Daniela sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en casa de su amiga. Todo perfecto. Pero ella quería estudiar, no se iba a privar de hacerlo solo por qué la tonta de María José Garzón estaba en la biblioteca. Bastaría con ignorarla y ya, no tenía por qué sentirse cohibida por ella de todas formas. La perdedora era la ojiverde, no ella.

Con la barbilla en alto y la espalda recta, para mostrarse segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a Poché, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos verdes fuera consciente de la atención extra que le daba la castaña. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando las fórmulas.

RIVALES | CACHÉ ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora