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Seungmin
Me apresuré alrededor de la fiesta de Sky, asegurándome de que todos los invitados tuvieran comida y bebida. Han supervisaba la mesa de regalos y jugaba con los niños, gracias a Dios. No podía concentrarme en nada hoy, y había sido un desastre casi desde el momento en que llegó Hyunjin.
Afortunadamente, Han no se había separado de mí desde que me encontró corriendo por el pasillo hacia mi apartamento llorando ayer por la tarde. Después de contarle la historia, Han había sido increíble. Pasó la noche entera en la cama, ayudándome a acostar a Sky antes de sacar el vino y escucharme quejarme.
Necesitaba concentrarme en la fiesta, pero me había pasado toda la tarde enloqueciendo por si Hyunjin me iba a odiar ahora o no. Felix nos miraba a los dos con una mirada cómplice.
No sé cómo lo hizo, pero ese pequeño tipo siempre parecía tener un dedo en el pulso de lo que sea que estaba pasando a su alrededor. Él era la persona psíquica o la más observadora que haya nacido.
¿Y era mi imaginación, o Jeno y Haechan también actuaban de forma extraña? Hyunjin no había sido otra cosa amable desde que habían llegado. Jeno no dejó su lado, tampoco. Él pasó la mayor parte de la fiesta con sus ojos revoloteando ida y vuelta entre nosotros de vez en cuando con una mirada casi triste y decepcionada en ellos.
Pero, de nuevo, tal vez esa era mi propia culpabilidad hablando. Haechan estaba siendo el más torpe, sobre la versión social superior de sí mismo. Cada vez que mencionaban a Sky, los ojos de Haechan se movían de Hyunjin a mí y se sonrojaba antes de balbucear sobre algún hecho que había leído recientemente o contar una historia sobre uno de los niños.
Sí, estaba casi listo para que esta fiesta acabara. Y eso me hizo sentir como el peor padre del mundo, ya que hoy se supone que es sobre Sky.
¿Y qué pasaba con Hyunjin insistiendo en sacar fotos de todo con esa elegante cámara digital? Aunque, si me preguntaras, simplemente se estaba escondiendo detrás de la cámara... no es que lo culpara.
—¿Cuál es la historia? Parece que estás a punto de llorar. Háblame, hermano. Dime de quién es el trasero que necesito patear... Jungwoo y yo incluso lo haremos juntos si quieres más músculo—.
Jungwoo negó con la cabeza hacia Doyoung mientras deslizaba un brazo sobre mis hombros y me daba un ligero apretón.
—Ignoralo. Por supuesto, no vamos a patear el trasero de nadie en la fiesta de cumpleaños de tu hija. Aunque, no me opondría a ocuparme del negocio más adelante si fuera necesario, solo di la palabra. No tienes que hablar de eso, pero si necesitas aire, estamos aquí para ti—.
Respiré e inmediatamente objeté.
—Ningún trasero necesita ser pateado, lo prometo. Solo estoy asustando como nuevo padre estándar en la primera fiesta de cumpleaños, ya sabes cómo va eso—.
