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*¡Buenas! Volviendo ando después de varios meses de inactividad y de perdidas constantes conmigo, pero volví para darles lo que les prometí. Disfruten los mas que puedan.

[II.-Extra-.]

Un cielo azul era lo único que se podía apreciar además de las esponjosas nubes que acompañaban aquellas vistas suaves, el sol golpeaba la superficie suavemente, dándole un toque suave dentro de aquella casa

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Un cielo azul era lo único que se podía apreciar además de las esponjosas nubes que acompañaban aquellas vistas suaves, el sol golpeaba la superficie suavemente, dándole un toque suave dentro de aquella casa.

Un suave llanto acompañaba el leve ruido de la naturaleza combinado con el leve respirar de dos caninos durmiendo la siesta.

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-Ya tranquila...Mamá está durmiendo, tranquila...-acuno entre sus brazos aquel pequeño bollito de mantas.

María...

Todavía recordaba la suavidad con la que llegó al mundo, la tranquilidad que transmitió su leve aroma, un aroma inconfundible y único; único como lo seria ella de ahora en adelante en su vida.

Las personas tenían razón "Si un día llegas a tener una hija, no será solo tu hija, será la razón mas importante en tu vida, será el pilar más grande y único; porque será la personita que te amará desde su primer respiro"

Aunque Cristina fuera una beta, para Guillermo su pequeña bebé tenía una combinación de aquella fragancia con la que reconocía entre la multitud a su esposa además del suave aroma a leche.

Sentía que aquel aroma era una malteada de fresa con moras, así sentía y esperaba de corazón que ese aroma acompañará a su cachorra toda la vida.

Quería que se quedará pequeña y frágil.

Porque para Guillermo; María era el tesoro más grande e irremplazable. Por muy pocas personas llegó a sentirlas como un tesoro, pero ahora que estaba sentado con su pequeña en brazos. Aseguraba en su corazón y cerebro que sería el único tesoro que no perdería y cuidaría con toda la vida por delante.

-María...mi pequeña, mi cachorra...ahora que estamos solos, quiero que sepas que prometo cuidarte y amarte, como una vez se lo prometí a tu madre, y esta será la primera de muchas promesas que prometo cumplir...-acaricio los suaves y cortos cabellos castaños, intentando apaciguar el suave llanto, mientras movía con la otra mano aquel biberón lleno de aquel alimento vital.

Guillermo sabía que, aunque fuera pronto, los años pasarían rápido. Y maría crecería, vivirá su vida y hará su propia familia. Claro que lo sabía, pero ahora no era momento de sentir angustia por ello. Mucho menos ver hacia el futuro porque se perdería el presente.

Se perdería todos estos pequeños recuerdos que estaba viviendo, que estaba respirando y grabando en su mente y corazón. El leve sonido del timbre seguido de un suave bostezo y un pequeño "voy yo"

𝐔𝐧 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐞𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐓𝐮𝐛𝐞 [Rᴜʙᴇɢᴇᴛᴛᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora