1. Hay que dejar ir

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Después un llamado que mi mamá hizo, me mire una última vez en el espejo de cuerpo entero, y me reparo, con mis manos aliso el vestido negro que nunca había encontrado la necesidad de usar hasta el día de hoy, analizo mi aspecto algo demacrado ya que he pasado dos noches sin poder dormir, noches que he sentido eternas llorando el recuerdo de alguien que ya no está.

Salgo de mi habitación con cuidado, pues llevo tacones los cuales no estoy acostumbrada a llevar, los uso más que todo por formalismo, y bajo las escaleras para encontrarme con mi madre en el primer piso de la casa.

-¿Cómo te sientes?- pregunta mi mamá con una voz tan dulce que es capaz de reconfortarme.

-No lo sé, aún todo es muy confuso. Solo sé que espero poder seguir adelante con esto.- No le miento, pero soy breve, de verdad no entiendo muchas cosas con respecto a mis sentimientos he intentado descifrarlos pero con lo que estoy viviendo parecen un laberinto sin salida o un huracán llevándose todo a su paso.

-Sabes que cuentas con nosotros y tus amigos. Por cierto Melissa me llamo esta mañana preguntando si querías verla o era necesario que te diera cierto espacio - Me informa ella.

Melissa es una de mis mejores amigas, la persona con la que puedo contar siempre, es un amor de persona, algo loca pero única. La conozco desde que estamos en sexto de secundaria, ambas hemos crecido juntas desde entonces.

-Sí, la verdad es que me gustaría verla después de que vayamos al cementerio.

Luego de culminar nuestra breve charla, salimos de la casa. Yo por mi parte fui directo al carro mientras mi mamá cerraba la puerta, en lo que me ponía en cinturón de seguridad sentí mi celular vibrar en mi bolsillo. Es Alex, mi mejor amigo también lo conocí en el colegio, creo que sería buena idea también verlo luego, así que decido escribirle una corta respuesta. Me rio al recordar como lo tengo agregado, él y su relación con el alcohol no es tan amigable, vaya no es un alcohólico, pero cuando bebe nunca termina bien

El borracho: ¿Cómo sigues?

Yo: Mejor supongo, ¿Nos vemos más tarde? Quiero verte.

Alex por su parte no tarda en contestar

El borracho: Sisissi, ¿En el parque de siempre?

Yo: Así es.

Una vez nuestra corta conversación culmino guardé mi celular y justo mi mamá entro al carro y emprendimos nuestro camino hacía el cementerio, esta sería una mañana nublada y llena de emociones.

Hoy Mayville amaneció frio y nublado, aunque todos los días del año permanece nublado, así que no es nada nuevo. Siempre pongo música en el carro, amo escuchar música, este aburrida, este ocupada, tenga hambre lo que sea, siempre es tiempo de escuchar música, decido irme por If the world was ending de JP Saxe y siento como si me hubiera metido en una máquina del tiempo.

Recuerdo su sonrisa, cada uno de sus besos, cada uno de sus te amo, cada uno de sus cálidos abrazos. Cada vez que nos tirábamos en el pasto del parque que estaba más cerca de mi casa. Nate Blake, un chico con una vida por delante, con miedos, con fortalezas, con mucho amor y con muchas metas que no pudo cumplir. Una lágrima silenciosa rueda por mi mejilla y te aseguró que puedo sentir su mano limpiando aquella traviesa lágrima. Él me aseguró que estaría para mí siempre y su promesa fue cumplida el tiempo que estuvo a mi lado. Su muerte no fue sorpresiva, ya se veía venir, el padecía cáncer, esa maldita enfermedad que me arrebato a una de las personas que más ame y si eso no es amor fue lo más cercano a aquel sentimiento.

Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que nos vimos, él con su grupo de amigos y yo con el mío. Aquel jugador de futbol, aquel chico que podía hacerte sonrojar con una sonrisa, aquel que para mí parecía tan inalcanzable, sin embargo, con el tiempo se volvió creo que podría decir un pilar en mi vida que cuando se fue mi mundo tembló, flaqueo, y por poco se desmoronó.

Cuando me doy cuenta estoy hecha un mar de lágrimas así que las limpio con una pañuelo que mi mamá siempre porta consigo y en el tiempo de 5 minutos llegamos al cementerio, al por cierto único cementerio de Mayville.

Cuando me bajo del carro veo a lo lejos a la familia de Nate, con paso calmado me acercó a su madre y cuando me ve se abalanza en mis brazos, durante mi relación con su hijo ella me trató como una hija.

-A él le faltaba tanto por hacer.- Eliza, su madre, tiene los ojos supremamente hinchados, se nota lo complicado que ha sido todo esto para ella, pues la pérdida de su único hijo debe ser devastador.

-Lo sé, pero el aprovecho lo que pudo, fue feliz mientras pudo y eso es lo que importa, aprovecho el tiempo que tenía y disfruto cada momento con su máxima energía. -Soy mala con las palabras en estas situaciones, nunca sé que decir y siempre analizo mis palabras para ser lo más respetuosa y oportuna posible.

-Sí.- Analiza mis palabras y volvió a hablar- Gracias, por estar a su lado hasta el último momento y nunca abandonarlo.

Al no saber que responder solo le di un abrazo.

Finalmente empezó el discurso que se da en los entierros, si soy sincera no escuche nada, mi mente estaba enfocada en la persona que estaba en ese ataúd, a la persona que un día había sido la más alegre que había visto.

Mis ojos estuvieron divagando por todo el lugar, vi las flores que se pondrían al lado de la lápida y mi mente solo pensaba en que al final del día se iban a marchitar, el cielo que estaba gris y mis ojos al final terminaban enfocados en aquel ataúd.

Nunca he sido buena con las palabras por ende no pude hablar abiertamente, así que de manera muy personal elabore una nota que deje en su lápida como carta de despedida.

'Nate, no sé cómo empezar, tengo tantas cosas que decirte que la verdad creo que no tendría papel suficiente para plasmarlo. Puedo decirte con seguridad que el amor no necesita ser entendido solo demostrado y tu lo hiciste de la mejor manera, de manera protectiva, complicada, duradera, aveces posesiva pero lo hacías de una manera en la que solo tu podías hacerlo. El amor llega por sopresa pero sé que también puede irse en una noche, y tu hiciste que durara para mi lo que fue una eternidad. Te extraño y sabes que siempre tendrás un espacio en mi vida.'

Luego de esa ceremonia volvimos a casa, tome una larga ducha con agua caliente para intentar aislar todos esos pensamientos negativos que me rondaban.

Y me aliste para ver a mis dos mejores amigos, creo que esta será la parte más alegre del día

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Buenooo, esta es mi primera vez escribiendo una historia, le estoy metiendo ganas , muchas siendo sincera.
Espero que les guste ❤️

El recuerdo de una vida [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora