▲Como un sueño▲

Capitulo 12

~ Antes de que llegue la tarde ~

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—  Oye no están nada mal estos sandwiches — decía el joven luego de darle una mordida a aquel peculiar alimento — ¡Dame otro! — le pidió a  la niña que estaba a lado suyo.

— ¡No! — le respondió la pequeña — aún no te terminas el que te estas comiendo.

—  Anda dame otro...

— ¡No! ¡Aiko! — llamo en ese momento la niña a la pelirroja.

Al escuchar aquel llamado la chica dejo su lugar enfrente de la cabaña y se dirigió al área de las bancas en donde estaban sentadas el grupo de niñas.

— ¿Qué sucede ahora Hilary? — le pregunto la chica a la menor. En instantes volteo a ver al chico que estaba sentado en la banca.  — ¿Y ahora porque estas molestando a las niñas? — le reclamó.

— Yo no estoy haciendo nada — negó el chico.

— Quiere comerse otro de los sandwiches de la cesta, pero estos que quedan son para Valt y Shu — lo delato la niña.

— Chismosa... — pronuncio en voz baja el chico.

Ante la situación Aiko exhaló cansada, sin duda ese día no inicio muy bien para ella. La noche anterior había tenido problemas para conciliar el sueño, con la aparición de Ray en el club la tarde de ayer su cabeza era un caos, eso sin mencionar que durante el regreso a su casa  le preocupó el estado de Valt. A diferencia de otras ocasiones, ese regreso a casa fue muy silencioso.

Tuvo la idea de hablar con el chico luego de la cena pero este terminó de cenar antes que ella y se retiro a su habitación. Considero por un momento en ir tras él pero se detuvo al pensar que quizás Valt quería estar a solas, así que no insistió y dejo aquel asunto para después.

Sin embargo tampoco fue el caso, al ir a buscar al chico en la mañana encontró la habitación vacía y un sobre en la cama, el cual tenia escrito el nombre de Shu. Con preocupación bajo en ese momento a la cocina y le pregunto a su madre si había visto a Valt, pero ella le respondió que no.

Al no saber nada sobre el paradero del chico lo único que le quedaba era comprobar si aquel sobre, que posiblemente tenia una carta, le decía a donde había ido el peliazul. Fue por ello que guardó aquel sobre en el bolsillo de su short y se apresuró a salir de su casa para ir directo hacia el club.

Lamentablemente cuando llego aún no había nadie en ese lugar, por lo que tuvo que sentarse a esperar a que llegara Shu.

— Espero Valt esté bien... — se decía la chica así misma.

Por unos momentos volteó a ver hacia donde estaban los estadios de beyblade en la arena y comenzó a recordar algunas cosas.

Recordó la vez en la que trajeron por primera vez uno de esos estadios al club, había sido una gran noticia para ellos tener uno, anteriormente solo habían podido usar woks para practicar beyblade.

A pesar de que aquel estadio lucia normal, ella consideraba que se trataba de uno muy especial, ya que a diferencia de otros, ese había sido hecho por Hiro y su padre.