"Sensei"
Gustabo García es un maestro de karate que esconde algo.
Jack Conway es un hombre homosexual reprimido, el cual paga por lecciones semanales de karate para su hija.
🔞
-Eso es todo por hoy, podéis retiraros.
Exclamó el "sensei" Gustabo cuando se registró en su campo de visión las agujas del reloj de madera dar las ocho en punto.
Los niños en sus batas blancas se dirigieron a las largas bancas de madera sin lustrar en los laterales de aquel salón de piso acolchado para beber agua y conversar con sus compañeros antes de ser retirados del establecimientos por sus respectivos tutores, creando así en la atmósfera un sonido de inentendibles murmullos.
Gustabo aliso sus cabellos hacia atrás y se levantó del cojin rojizo con borlas desprendientes de hilos dorados en sus extremos, posicionando sus manos en la zona lumbar de su espalda y torciendose hacia detrás, haciendo sonar ésta.
El cansancio podía verse reflejado en las ojeras que adornaban los ojos azules del maestro de karate, pues los problemas se aglomeraban en su cabeza tal y como si fueran personas con problemas al controlar sus hábitos alimenticios esperando en la inauguración de una nueva cadena de comida rápida.
Su trabajo no era el más deseado, ni tampoco era la profesión con la que había soñado en sus edades tiernas. Mas las deudas llegaban en forma de amenazantes avisos y recibos de montos fuera del alcance de su bolsillo; por lo que debía tan solo callar y conformarse con educar a esos niños con meros conocimientos que había aprendido en las calles.
Se llamaba a sí mismo un maestro en las artes marciales, mas la cruda realidad era que el chico no tenía bases de estudio ni experiencia laboral -en el mundo legal- así que, un día abrumado por la decadencia de números en su cuenta bancaria, luego de sopesar acerca de las escasas habilidades que poseía, hizo lo primero que cruzó su mente y falsificó un diploma, el cual se encontraba ahora mismo colgando en un marco reposando en la agrietada pared del fondo de la "acogedora" sala que alquilaba mensualmente.
Su vida cambió entonces, los pequeños trabajos ilegales que solía hacer para subsistir habían sido dejados atrás como esperaba, y hasta había conseguido una dulce novia que, presa de la belleza y encantos de Gustabo, hacía lo posible por complacerlo.
He ahí el segundo problema de Gustabo.
Era irrelevante la cantidad de regalos, besos, flores o bombones que Julia ofreciera al juguetón rubio; éste jamás podría honestamente corresponderle, por tan solo un simple motivo.
Y es que, quizás la fragancia a jazmines que el chico se esmeraba por mantener impregnada a su bien cuidado y depilado cuerpo podría darle a Julia una pista, o el hecho de que el sexo fuese tan placentero como lo sería lamer los testículos de una gaviota. Pero más allá de todo inútil estereotipo y exageración, todo se vería reducido al hecho de que al rubio le complacía fantasear con hombres.
Hombres con penes anchos y voz grave, hombres masculinos y de grandes y venosas manos.
Hombres que portasen un nombre masculino: tal como el que el ojiazul había gemido accidentalmente en el acto del coito con quien era, ahora, su ex-novia.
Se podría objetar lo moralmente incorrecto de la situación, pero se debe entender al chico: llevaba semanas sintiéndose locamente atraído por una persona portadora de un nombre, aunque desconocido, también masculino, tal y como aquel que acabó la relación de Gustabo.
![](https://img.wattpad.com/cover/260115293-288-k555647.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Intenabo
FanfictionRecopilación de one-shots intenabo. Precaución: posible contenido no apto para todo publico (🔞).