10

1.4K 84 53
                                    

"El pecado desde los ojos de la inocencia"

La verdad estuvo siempre frente a mis narices, frente a las de mi hermano.

Quizá fui demasiado crédula, o estúpida para alguna vez entenderlo, pero de todas formas esto no toma importancia ahora.

La curiosidad de mi infancia me llevó a desplegar la misma en acciones entrometidas que podrían ser juzgadas como propias de un cotilla inmiscuido; mas es con estas desgastadas y viejas paginas repletas del elixir de la inocencia que elijo contarte a ti, la historia de dos hombres cuyo fervor del romance los empujó inevitablemente a un remolino de insaciable egoísmo.

8 de diciembre de 1962

¡Hola! La abuela me ha regalado esta libreta, ha dicho que toda jovencita debería tener una.
Quizá debería convertirme en una escritora.

22 de diciembre de 1962

Me han obsequiado un dulce hoy.

Lo he comido.

10 de abril de 1964

He roto una regla, ¿es que Dios me está castigando por ello?

Es pasada la medianoche, y he visto algo verdaderamente extraño.

Todos duermen como osos, pero, cuando abandoné mi cuarto para investigar la posible existencia de roedores dentro de la mansión, he visto por el ventanal del corredor a mi padre en el jardín, sosteniendo las manos del jardinero entre las suyas como mi abuelito sostenía las de mi abuela.

El hombre observaba la cara de mi padre con una mirada que la altura no me permitió identificar.

Pero, de repente, su mirada devolvió la mía.

Asustada, caí sobre mi espalda, y, sosteniendo mi pequeño peluche de felpa, corrí de nuevo a mi habitación tan rápido como pude.

11 de abril de 1964

El suceso no se repitió.
O, al menos, no fui yo testigo de él.

El día siguiente mi padre no estaba allí, todo transcurrió con normalidad.

Tomé mis clases, monté a mi caballo y, cuando recogía flores, noté al jardinero arrancando algunas hierbas.

No parecía haber motivo aparente para aquella actividad, no en específico en aquel lugar de tan hermoso verde césped, mas decidí no molestarme en aquello.

24 de abril de 1964

Mi madre es una mujer hermosa. Deseo convertirme en ella algún día.

Por las noches, disfruto observarla peinar sus cabellos rubios y acomodar sus delicados vestidos de pijama con total elegancia. Ella dijo con una sonrisa que debo ser más aplicada a mis clases de modales si algún día quiero vivir como ella lo hace, rica, hermosa y sin esfuerzo aparente.

Cuando le pregunté si fue su belleza lo que hizo que padre se enamore de ella, simplemente deshizo su sonrisa inmediatamente y me envió a mi habitación, argumentando que ya era tarde y no hacía más que molestar.

30 de abril de 1964

Mi tía ha llegado de visita unos días a la mansión. Sé que a mi padre no le gusta esto, creo que él no sabía que llegaría. A mi padre no le agradan las sorpresas.

Me pregunto por qué ella estaría aquí, no suele visitar en pleno invierno.

He notado a mi padre dirigirse al granero cuando cree que nadie lo ve. Estos días luce más feliz y jubiloso, estoy tan alegre por él.

Intenabo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora