Intenabo

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"La cena"

"Sí, el negocio ha estado decayendo un poco estas últimas semanas" musitó con hastío en su mirada Volkov mientras agitaba lentamente su copa, convirtiendo el vino reposando en ésta en diminutos remolinos escarlata "pero créeme, en cuanto las acciones de aquella compañía que te mencioné bajen, estoy seguro que recuperaremos las pérdidas y sumaremos el aproximado de un diez por ciento, si nos movemos con suficiente rapidez, claro".

Se respondió a sí mismo el peliblanco con firmeza mientras observaba con decisión los ojos negros de su socio, apuntándole con su índice para consolidar su argumento.

El moreno de pulcro traje asintió algunas veces con su usual expresion seria mientras sopesaba la situación de una de sus empresas.

"Oh, por favor Viktor, hemos acordado que nada de negocios" reprendió la curvilínea mujer rubia sentada en el aterciopelado sofa paralelo al del peliblanco.

"Ya, lo lamento" se disculpó el ruso ante el regaño.

Jack reprimió el inmensurable deseo de rodar sus ojos al oir tan típicamente falsas y cordiales frases.

"Siempre hace lo mismo, ¿puedes creerlo, Jack?" siguió la mujer "¡nunca para de parlotear sobre trabajo! Es, ciertamente, todo un caso mi Viktor" la mujer quejó con un falso tono de molestia en su voz.

El ojiceleste rió gravemente ante aquello.

"Disculpa esto, Conway" el ruso se dirigió al hombre del sofá a su izquierda "ya sabes como son las mujeres, no quieren escuchar sobre trabajo pero aman financiar tacones y bolsos de absurdos y exorbitados precios" dijo, mirándolo con un aire totalmente cómico, como si hubiese soltado la más hilarante de las bromas, esperando que comprenda y suscriba sus palabras.

"¡Oh, eso me recuerda!" emitió la mujer de aguda voz "¿Sigues aún, Jack, con esa faceta tuya de empedernido solterón?" Inquirió curiosa.

El hombre de oscura mirada abrió sus finos labios para contestar cortamente antes de verse interrumpido.

"¡Oh, vamos! No puedes decirme que te mantendras en esta face tuya de soltero toda tu vida" dijo ella frunciendo levemente sus finas cejas rubias.

Viktor asintió levemente, y agregó "te lo he dicho, Irina, el hombre es un témpano, no insistas pues no lo corromperas, querida".

Irina cruzó sus delicados brazos desnudos sobre su pecho "puedo presentarte a alguien" siguió, haciendo oídos sordos a las palabras de su marido "apuesto que con la compañía adecuada dejarás esa cara larga y amargada".

Viktor rió levemente "Disculpala Jack, es mujer, ya sabes".

Conway asintió en un acto de cortesía y, frunciendo sus labios, dio un largo sorbo a su trago.

La mujer tan solo apretó sus dientes, y poniendo una enorme sonrisa en su cara dijo "Bueno, de hecho hay alguien a quien me gustaría introducirte" Irina le miró ilusionada "sabes que mi pequeña Julia está disponible, es muy hermosa y está bien educada para llevar un gran hogar, es todo un diamante, te lo aseguro" asintió hacia su direccion mientras le sonreía con falsedad y esmero.

Jack se acomodó en el sillón individual de alto respaldar intentando cortésmente negarse, mas su socio le interrumpió.

"En esto si puedo darle la razón a mi mujer, Julia es muy obediente, Conway, créeme me he encargado de que lo sea" afirmó el peliblanco.

Conway sonrió vagamente e hizo un ligero gesto con su mano derecha "lo aprecio, mas no es necesario".

"Oh, no lo sabrás hasta que la conozcas, querido" contestó la mujer en el ceñido vestido esmeralda, inconforme con la respuesta de su invitado "tú, dile a Julia que baje" mandoneó a la mujer de regordetas mejillas portante de un típico uniforme de servidumbre, la cual asintió efusivamente.