Capítulo 6

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Narrado por Daniel Valencia
    Supongo que han quedado un poco desorientados, un poco sorprendidos con la declaración implícita de que abuse de Beatriz, todavía aquello no ha sucedido y solo es una turbia fantasía. La idea evidentemente me resulta atractiva, quizás puedan pensar que tengo algún tipo de trastorno en la sexualidad, que soy un depravado u otra parte de mi audiencia se pueda ver terriblemente atraída por el ambiente oscuro y dominante que envuelve las violaciones y el sexo rudo, artes que por supuesto son de mi conocimiento.
      Sin embargo si yo fuese pobre y feo probablemente la idea de ser sometidas por mi les generaría asco, nunca he escuchado a ninguna mujer diciendo que quisiera aventurarse al BDSM con un hombre que tiene una casa de una única habitación y que hace maravillas para pagar las cuentas de final de mes. Ninguna mujer sueña con un pobre y ningún hombre sueña con una mujer fea, seamos honestos, aquí no estamos para decirnos palabras moralmente correctas, aquí estamos para hablar las cosas con la cruda verdad que muchos intentan ocultar.
       Las mujeres, en mi opinión no disfrutan realmente del dolor y tampoco del maltrato, te daré un ejemplo imagínate que vas por la calle y un hombre te cachetea de manera brusca y luego te escupe. Ninguna mujer se quedaría callada ante esa situación se vengarían con ira y se sentirían humilladas, es natural, pero entonces ¿Por qué si tu pareja te cachetea en la intimidad y llega escupirte, muchas mujeres no se quejan? Más bien se excitan  no es la acción es el vinculo emocional es el trasfondo que va mucho mas alla de la dominación y se adentra tímidamente en los terrenos del poder. A las mujeres les gusta en diferente medida el poder.
Y más si viene de un hombre.
         Algo similar pasa con mis turbias fantasías con Beatriz, es evidente que la idea de violarla de poder manosear su cuerpo me excita más que ninguna otra, pero no es tanto la fantasía de penetrarla sino de dominarla. De imponerme en su vida y hacer que ella sufra aunque fuese por unos minutos todo lo que yo estoy sufriendo, por su indiferencia. Sin embargo si soy honesto, es tan solo una fantasía y cuestionable producto de mi imaginación. Nada más que eso.
Yo no sería capaz de hacerle...eso.
No a ella, no mi Betty.
   Yo no me veo capaz de hacerle eso, por más deseos que sienta la sola idea de golpear, me revuelve el estómago, y la idea de escucharla llorar mientras visitó su interior, me hace odiarme a mi mismo.
Lo reconozco, soy débil.
     Débil ante ella, para mí era indispensable contarles cosas de mi pasado con la finalidad de tratar de entender mi presente, de rasguñar esos eventos y personas que me convirtieron en ese hombre amargado e insensible de acciones contradictorias que actuaba solo a su bienestar, que desvirgada a menores de edad.
Ese hombre que no quiero ser.
   He hecho una larga lista, con mis huesudas manos de todo lo que creo que debo corregir para intentar ser un partido digno de ella. Yo no merezco a Beatriz no soy un buen hombre para ella, ella es demasiado para mi, por lo mismo me he propuesto mejorar y mejorar todos los días para demostrarle que aún sin ser el más bueno soy el de los sentimientos más honesto.
    Quiero demostrarle que lo sexual trascendió a lo sentimental, que mis sentimientos son honestos que a pesar del doloroso pasado que compartimos, podemos ser algo más que amigos. Tan solo permíteme estar, un poco, solo un poco más cerca de ti, permíteme tomar suavemente tu mano y complacerme con ese exquisito placer que es escuchar ese repertorio de anécdotas que siempre llevas contigo.
Quiero vivir contigo.
Hacer una vida contigo.
  Habiendo dejado a un lado los ecos de un tormentoso pasado, en esta oportunidad les doy formalmente la bienvenida a la historia que nos compete. En esta oportunidad les contaré cómo cai profundamente enamorado bajo el encanto de su inteligencia.

Bajo el encanto de tu inteligencia-Daniel y BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora