Capitulo 7

2.4K 194 108
                                    

Narrado por Daniel Valencia

¿Todavía estás aquí?

Si, tu lector.

¿Todavía sigues leyendo?

Si has llegado a este punto, he de decir que me has sorprendido gratamente he de reconocerte que me siento algo halagado, como un bailarín al que le dicen que su baile ha sido el mejor de la noche. Sin embargo yo no soy el mejor bailarín de alguna excéntrica competencia, y si mi historia fuese un baile sería el baile con los pasos más descoordinados nunca antes visto por algún ser humano.

No soy un ejemplo de cómo se debe vivir la vida.

Conmigo, como persona sucede algo muy curioso, he podido observar que las personas me aman o me odian, me adoran o me desprecian, me respetan o me temen, nunca un punto medio, no soy el tipo de hombre que puede generar indiferencia a su alrededor, aun, cuando irónicamente el entorno me sea absolutamente indiferente, quizás por esa casi permanente ausencia de empatía que hay en mi. Puedo hablar de cómo me siento, pero no de lo que hago sentir a los demás.

Por tal motivo supongo que esta historia la amaras o la odiarás, este no es un relato romantizado sobre el porque deberías amar a los chicos malos, creo que el planeta tierra está sobresaturado de historias con los mismos cinco argumentos chica buena y chico malo, chica timida-novio maltratador, entre miles de concepto que a largo plazo, son completamente inestables y cumplen la función de insultar el sentido común y la inteligencia humana. Seamos francos, ¿Qué clase de mujer con algo de amor propio quisiera estar con un hombre como yo? Solamente mujeres con una autoestima más frágil que la de un vidrio siendo golpeado por los gruesos puños de un boxeador aceptarían un destino como ese, un destino con tanta mortificación y maltrato.

Beatriz, no es una de esas frágiles mujeres, ella es fuerte, carece de cobardía, tiene valores, ética, es no solamente brutalmente inteligente sino también ridículamente brillante, ella es capaz de iluminar hasta el rincón más oscuro con su simple presencia. Ella cambia la vida de las personas que tenemos el placer de coexistir e incluso de respirar el mismo aire que ella respira. Ella es humilde, sensible y dulce, es un ser humano excepcional que no entiende de diferencias y que en su amplio pensamiento no hay cabida, ni siquiera la mas mínima para el prejuicio, ella es un ángel que se cayó de algún cielo imaginario, esa es la unica explicacion que he podido sacar acerca del porque ella es tan buena.

Me gustaría poder decirles que ha caído bajo mis misteriosos y cuestionables encantos, pero ella no solo tiene un gran amor propio sino también un carácter y una personalidad tan bien desarrolladas y tan llenas de fortaleza que no admiten que ningún bastardo le falte el respeto, o peor aún, que juegue con ella. Ella no admite a alguien como yo en su vida, y tiene razón en hacerlo, por eso quizás aún hoy mientras les escribo estas confesiones ella sigue sin aceptarse.

No se si esto tendrá el final feliz que tanto deseo.

Ella ya no es esa secretaria fea con una hermosa alma oculta bajo una desagradable apariencia, que callaba sumisamente a las burlas y los malos tratos de los demás, ella ahora es una mujer que acepta su valor y que por razones más que obvias no acepta un verdugo como yo en su vida, el karma en su inagotable extensión ha castigado a los demás con mi presencia y me ha castigado a mi con el no tenerla, ahogándome dia a dia en una desesperacion y frustracion que promete ser infinita.

Su rechazo, me está desgarrando el alma y me rasguña el ego.

De esa frustración se alimentan esos crueles sueños donde abusó de ella algunos creerían que lo que siento no es más que una idolatra obsesión pero realmente yo no quiero violarla, no quiero destruirla, quisiera inconscientemente a través de su cuerpo destruir esa imagen tan desagradable que tiene de mi, ojala pudiera viajar en el tiempo y suprimir ese injusto pasado que compartimos, ese pasado donde humille a la que sería mi primer gran amor. Mi único e indiscutible gran amor.

Bajo el encanto de tu inteligencia-Daniel y BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora