Capitulo 18

752 38 78
                                    

TERCERA PARTE

Narrado por Nicolas Mora

Si la vida de Beatriz es una nefasta crónica de eventos desafortunados, mi vida es la secuencia ininterrumpida de injusticias y agravios.

Mi única ilusión al introducirme en esta historia, es no ser tan torpe en el papel como lo soy en la realidad, esto de escribir no se me da, quizás porque siempre he estado convencido de que las personas a mi alrededor, realmente no sienten interés en mi o al menos no en conocer mi historia de primera mano, puedo contar con los dedos de una mano, las veces en que sido cuestionado acerca de mi vida.

No se por donde empezar, creo que lo mejor será ser directo, ir al grano.

Estoy enamorado de Beatriz Pinzon y ese amor me arrastró a la desesperación.

Como no estoy acostumbrado a hablar tan ahincadamente de mi mismo, creo que lo mejor sería empezar haciendo un resumen de mi vida, de cómo se construyó y se desmoronó el hombre que soy y que alguna vez fui, como si de la metamorfosis de un insecto se tratara.

Los primeros años de mi vida, no los recuerdo mucho, pero de lo poco que recuerdo, no tengo recuerdos de que hayan sido muy buenos tampoco. Siempre pegado a la falda de mi madre, jugando solo con un par de carros con ruedas de madera, intimidado por un padre que nunca ha sido demasiado amable. Mi padre es panadero, muy coloquial y sencillo, pero con el grave defecto de que muchas veces traía el estrés del trabajo a la casa, así que para evitarme correazos, siempre estaba callado.

Quien no habla en casa, rara vez habla fuera de ella.

No recuerdo haber sido juzgado por mi apariencia, al menos no al principio, los primeros años fui un niño curioso siempre ansioso por aprender cosas nuevas, sin embargo, tímido y silencioso, sin amigos. Mi existencia tenía una condición casi fantasmal en el aula, nadie me hablaba ni notaban mi presencia. Y nunca me sentí cómodo con ello, sentía que yo traía conmigo algún tipo de lepra. Todos se alejaban de mí creyendo que no quería hablarles o que algo estaba mal conmigo, cuando en el fondo, yo solo quería ser integrado sin tomar la iniciativa.

Era demasiado tímido e inseguro, en parte sigo siendo así.

En algún punto de mi niñez realmente no sabría decirles cuando conocí a Betty, éramos vecinos y Doña Julia compraba pasteles de coco en la panadería de mis padres. Han sido tantos años compartiendo juntos, que siempre he tenido esta extraña impresión de que ella siempre ha estado allí a mi lado. Creo que es por el hecho de que crecimos juntos. Recuerdo que nuestras madres congeniaron bien, hubo por unos meses una profunda crisis laboral en Bogotá, todo el mundo andaba desempleado y mi padre no estaba vendiendo. Todo eso terminó afectando nuestro negocio, al punto de que mi padre no tenía ni un peso para comprarme unos guayos antes del inicio de clases.

Don Hermes tocó el timbre de nuestra casa, apareció por el umbral y yo estaba sentado en el piso, camino con sus anchas ropas a pasos determinados. Me entregó unos guayos de marca americana, nunca había tenido unos zapatos tan bonitos y caros. Mi padre era muy tacaño y solía vestirme con ropa de segunda mano, como también me hacía picar las pastas de dientes con tijeras cuando terminaban, para sacar el resto del interior. Así recibir algo caro a mi corta edad, fue algo que me conmovió mucho y lloré inclinando mi cabeza ante él, mostrándole mi respeto.

Mi padre aunque no tan honrado ni estricto como Hermes, era agradecido.

Si había intercambiado palabras con Betty antes, no lo tengo claro, quiero creer que sí, aunque no lo recuerdo muy bien. Lo que sí recuerdo fue que la semana siguiente, mi madre me hizo bañarme por las tardes con agua fría, peinarme con gelatina el cabello y llevar hasta la puerta de Doña Julia platos con suspiros, pasteles de coco, torta de pan y bizcochos de chocolates. Ahí fue cuando vi a Beatriz verme curiosa por una ventana. Doña Julia, me invitó a pasar una tarde y desde ahí nos volvimos inseparables.

Bajo el encanto de tu inteligencia-Daniel y BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora