Decir que todo ha seguido igual desde ese día sería decir una mentira.
En realidad las cosas están como siempre, pero de otro modo. Nunca he sabido explicarme correctamente y mucho menos ahora.
Entre los dos ha crecido un muro invisible cargado de incomodidad.
No es que nos hayamos dejado de hablar, ni tan siquiera de hacer bromas, como ya he dicho, todo está más o menos igual. Pero ya no hay momentos entre los dos que puedan parecer raros.
Cierto es que esas situaciones han tenido oportunidad de surgir, y entonces nos tensamos y simplemente cambiamos de tema, como si nada hubiese pasado, pero los dos sabemos que no es así.
Dada esta situación, a veces se comporta muy seco conmigo y en muchas ocasiones me molestan sus comentarios.
Sinceramente, prefería como nos llevábamos antes, pero estoy seguro de que no volverá a ser igual, así que me resigno y sigo con mi vida.
Ese día parecía ir todo bien, la verdad. Pero, ¿cómo explicar aquello? Fácil: no se puede.
Y como no se puede explicar, no lo hablamos y como no lo hablamos pasan estas cosas.
Ahora mismo acabo de salir del despacho de Gerard. Me ha dicho que va a arreglar papeles, pero antes de cerrar la puerta he oído el característico ruido que hace su vaso en cuanto golpea la mesa. Dudo mucho que alguna vez haya hecho algo más que no sea empinar el codo, pero si quiere intimidad para ello no se lo voy a cuestionar.
Es un poco más del mediodía y no tengo nada que hacer, ni siquiera a la tarde. Creo que mejor me iré a casa.
-Linz- Me tomo la libertad de llamarla por la abreviación de su nombre. Levanta la vista de su ordenador- Si no te parece mal yo me voy a ir yendo, ¿vale?
-Está haciendo "papeleo" otra vez, ¿verdad?- Me pregunta, con voz cansada. Asiento- No te preocupes Frank, de verdad. De todos modos los miércoles son muy tranquilos. Vete a casa y mañana más.
-¿No quieres que te ayude en nada?
-Tranquilo. A mí tampoco me queda mucho para irme- Me sonríe- Aunque ya que vas para abajo, pásate a darle esto a Hayley- Rebusca entre los cientos de papeles de su escritorio y me pasa una carpetita.
-Ningún problema. Nos vemos mañana- Me despido de ella con la mano y voy hacia el ascensor.
La zona de los administrativos está ya vacía. Recuerdo que así mismo estaba el día en que me hicieron la entrevista.
Voy al despacho de Hayley y llamo antes de entrar.
-¿Se puede?- Asomo la cabeza por la puerta.
-Si eres tú siempre- Me sonríe- Pasa.
Me invita a sentarme, pero le niego con la cabeza.
-Vengo de parte de Lindsay a traerte esto- Le doy la carpeta.
-Ah, sí. Muchas gracias- Me dice, examinando los papeles- ¿Acaso te vas ya?
-Sí, así es. Gerard se ha encerrado en su despacho a... Bueno, supongo que ya te lo imaginas.
-Una idea me hago. Pero siéntate- Me señala la silla frente a su escritorio- Háblame de tu situación. Quiero que estés bien y te quedes aquí mucho tiempo- Me guiña un ojo.
-Vale, vale- Le sonrío y acabo sentándome.
-Que sepas que eres ya uno más, y todos están muy contentos contigo.
-Muchas gracias. Estoy dando lo mejor de mí- Me rasco la nuca un poco nervioso. No era la primera vez que me decía algo por el estilo, pero me gusta que me feliciten.
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The only hope for me is you
FanficDejando a un lado sus sueños, Frank decide dejar la música para así poder ganarse la vida. Cientos de currículums repartidos, entrevistas fallidas y pocas esperanzas de futuro desembocan en el mejor trabajo que pudo haber pensado, pero ¿en qué circu...