Capítulo 24- No lo sé

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Sus ojos se clavan en mi persona como si fuesen los ocho cuchillos más afilados que existen.

No he podido coger ni soltar aire en todo este tiempo. Y creo que mi predicción del inminente paro cardíaco se va a cumplir.

-Bueno, eh... ¿Por dónde queréis que empiece?- Escucho la voz de Gerard. Sigo sin poder respirar. ¿¡QUÉ HACE!?

-¡Homosexual!- Grita Louis con rabia. Tiene la cara encendida y ahora golpea la mesa con los puños- ¡Era ya lo que nos faltaba!

-Way, ¿a qué viene esto?- Le dice James, acercándose a él. Gerard se levanta rápido y pone las manos delante de él, haciendo movimientos para que bajen los humos.

-A ver. A ver. No os pongáis como fieras...

-¿¡QUE NO HAGAMOS QUÉ!?- Vuelve a gritar Louis y parece que se va a cargar la mesa. Es entonces cuando creo que vuelvo a respirar- ¿Qué pretendes, chico? ¿Llevar todo esto a la ruina?

-Para empezar, todo este tema pertenece a mi vida privada, así que os pido que al menos...

-¿Vida privada?- Habla ahora Celia- Por lo que veo en las fotos- Alarga la mano para coger una de ellas y la levanta en el aire- No hay mucho de "privado" en ese lugar.

-Quizás bebimos un poco más de la cuenta, lo sé...

-¿"Quizás" dices?- Le interrumpe James. Aun no le han dejado terminar una frase- ¿Sabes acaso lo que nos va a costar ese "quizás"? Me han mandado esto por la mañana desde un correo que ni conocía. Amenazándonos con hacerlo público.

Ahora ya han estallado. Le están gritando todos a la vez.

Pero es distinta a todas las veces que todos le gritaban a la vez. Ahora gesticulan de sobre manera, usan palabras hirientes y además James se ha puesto a darle golpecitos en el pecho con el dedo índice mientras le repite una serie de razones por las cuales este tema es posiblemente lo peor que podría habernos sucedido.

Me estoy poniendo nervioso. Más que otras veces en mi vida. Pero esta vez no reacciono como lo hacía antes. No siento el impulso de hacerles callar. No puedo alzar la voz para ponerles en su sitio.

Dudo que ni siquiera pueda articular palabra, teniendo en cuenta que apenas soy capaz de respirar con normalidad. No. Esta vez es diferente.

Y todo es culpa del miedo.

Estoy experimentando todas las malas sensaciones que sentía mientras tenía aquella horrible pesadilla.

El aire pesa cuando entra y sale de mis pulmones y mis pulsaciones son de todo menos regulares. No me encuentro nada bien y tengo la sensación de que me voy a caer en cualquier momento.

Es que lo sabía. Sabía que esto iba a pasar.

Noto como las uñas se marcan en la palma de mi mano por la fuerza con la que estoy cerrando los puños, pues por mucho miedo que sienta en estos momentos, la rabia que estas personas me causan sigue estando ahí.

Entonces, apenas un par de minutos después, la voz de Gerard se alza sobre todas las demás. Pegando el grito más estruendoso que he escuchado en toda mi vida.

Y consigue hacer que se callen. Más que eso. Consigue que le miren con miedo.

Su rostro refleja furia y exasperación. Está respirando con fuerza por la boca, parece que para tratar de calmarse.

Me está recordando al día en que descubrí el secreto que ocultaban. Ese día tan horrible en que me tuve que ir de aquí corriendo después de que me hubiese gritado.

The only hope for me is you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora