Capítulo 22- Algo puntual

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Intento hacer como si nada, pero me resulta casi imposible.

Todos los demás lo hacen, y ni sé cómo pueden. Yo estoy que creo que me va a dar algo a la mínima de cambio.

No sé. Tengo la impresión de que va a aparecer alguien a amenazarnos con alguna foto comprometida, o que van a salir televisores de la nada con una grabación nuestra en bucle mientras nos besamos.

Por mucho que sepa que a Gerard no le importa contarlo no quiere decir que yo esté muy a gusto con la idea.

No porque quiera seguir ocultándolo, ni porque no esté preparado, ni siquiera por algún tipo de inseguridad ni nada por el estilo. No. De lo que sigo teniendo miedo es de cómo le pueda afectar esto a él. Porque yo, que soy un don nadie, un músico retirado al que apenas conocen, pues no pueden hacerme gran daño... ¿Pero a él?

Llevo arrastrando este pensamiento desde ayer.

Y estoy casi seguro de que Gerard es consciente de todo ello, y aun así está seguro de que querría seguir adelante.

Por mí.

Es increíble todo lo que está arriesgando solo por estar conmigo.

-¡Frank!- La voz de Andrea me saca de mi trance. Está pasando su mano por delante de mis ojos repetidas veces.

-¡Perdón! Perdón... Me he quedado embobado. ¿Pasa algo?

-Te estábamos preguntando si os haríais un café con nosotras antes de iros- Me responde su compañera.

-Ah, sí. Claro. Eso está hecho- Le respondo con la mejor de mis sonrisas.

Escucho como Andrea se ríe por lo bajo. Rox y yo nos quedamos mirándola, pidiéndole una explicación, pero solo conseguimos hacer que se ría aún más.

-Ay, es que- Se vuelve a reír- Me ha recordado a Meni en clase. Con esa cara de bobo- Imita lo que parece ser "mi cara de bobo" y vuelve a reírse.

-No tienes remedio- Le dice Rox para después ponerse a reír con ella.

Desvío mi mirada hacia Gerard, que está charlando tan tranquilo con otro comerciante. Y como de costumbre, ya se lo ha ganado.

Una sonrisa triste cruza mi cara en el momento en que recuerdo todos los pensamientos que han circulado por mi cabeza en las últimas horas.

-Eh, Frank- Escucho la voz de Rox- Haz el favor de tranquilizarte. Llevas toda la mañana inquieto.

-Es verdad- Dice Andrea mientras me da pinchacitos con su dedo índice en el costado- Anima esa cara, hombre. Al menos por estar con nosotras. Que a saber cuándo nos volvemos a ver.

Me río en voz baja mientras me aparto el flequillo de los ojos. Esto me recuerda que quizás debería cortármelo.

-Lo siento. Pero ya sabéis... Todo lo que pasó anoche- Resoplo cansado- No llevo un buen día.

-Chicas- La voz de Gerard nos hace girarnos y le hace señas a Rox y Andrea para que se acerquen.

Cuando llegan a él no puedo escuchar el resto de la conversación, pero parece ser lo mismo que las demás veces: ayudar a los representantes de comercios con las cuantiosas cajas de mercancías que se llevan.

Nos quedamos él y yo solos. Decido sentarme, pues al estar de pie quieto se me han entumecido las piernas, además, para lo que estoy haciendo mejor me quedo sentado.

Gerard me ve y se acerca a mí. Apoya sus manos en mis rodillas y se agacha para mirarme a la cara, quedando en cuclillas.

-Con lo bonita que es tu sonrisa no entiendo por qué tienes que estar de morros- Me sonríe con ternura y lleva una de sus manos a mi mejilla.

The only hope for me is you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora