Capítulo 20- ¿No lo echas de menos?

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Se duerme tan a gusto en sus brazos que no me hace falta soñar.

Incluso me da igual despertarme en mitad de la noche si él está a mi lado.

Lo malo fue cuando se suponía que debía estar y no estaba. Pero dejémoslo en que soy demasiado paranoico, o que tengo demasiado miedo de perderle. No lo sé.

Debería haber confiado en Gerard desde el principio. Me sentí fatal, sobretodo habiendo sermoneado a Lindsay sobre esto mismo hace apenas unos días.

Pero... La idea de que se vaya... De no tenerle a mi lado... Me hizo exagerarlo todo demasiado.

Supongo que es normal, ¿no? Después de todo lo que hemos vivido, todo lo pasado, todo lo que siento por él...

Parece mentira lo que una sola persona puede llegar a cambiarte la vida.

Abro los ojos despacio por la luz que entra por la ventana.

¿Qué hora debe ser? No he escuchado el despertador.

De nuevo el sitio de Gerard está vacío. No sé cómo lo hace para no despertarme cuando se levanta.

Escucho ruidos en el cuarto de baño. La puerta está abierta y veo una sombra la cual espero que le pertenezca.

Me estiro un poco sobre la cama y doy un par de vueltas antes de decidir que es buen momento para levantarse. Me estiro de nuevo una vez estoy de pie y me acerco tambaleante hasta el cuarto de baño.

Apoyo las manos en el marco de la puerta y asomo la cabeza.

Veo a Gerard vestido con los pantalones de pijama, sin camiseta. Tiene el pelo mojado así que supongo que se habrá duchado ya.

Muevo la cabeza un poco para ver el reflejo. Se está afeitando.

-Buenos días- Me dice sonriendo en cuanto ve que le estoy espiando.

No le respondo.

Me acerco a él y paso los brazos por su cintura despacio, abrazándole desde su espalda. Muevo mi rostro entre sus hombros imitando los movimientos de un gato.

-Te has levantado mimoso, ¿eh?- Me dice con la voz dulce.

-Déjame- Aumento la fuerza del abrazo.

Termina de afeitarse, aun conmigo agarrado a él.

Se seca la cara y después se da la vuelta para quedar de cara a mí.

Rodea mi cuello y me da un beso.

-Nunca te he visto con barba- Le digo dándole otro beso.

-No quieras verme- Se ríe.

-Es verdad, no te quedaría bien- Me río con él- ¿Por qué te has levantado tan pronto?

-Quería adelantarme, y así no ir con prisas. Que luego cierta persona me echa en cara el que lleguemos tarde. Y no quiero mirar a nadie- Pega su frente a la mía y se queda mirándome.

-¿Eso es un reproche?- Le sonrío y tuerzo ligeramente la cabeza para acariciar su mejilla con mi nariz.

-Puede- Vacila un poco y me vuelve a besar.

-Entonces... ¿Me toca ahora ducharme?- Le pregunto mientras acaricio su espalda.

-Sí, aunque tendrás que esperar a que yo salga- Me quedo mirándolo con una ceja levantada- ¿Qué? Conmigo aquí podríamos estar hasta mañana-Me río apoyando la cabeza en su pecho- Es que claro... Si me provocas...

-Uy sí, siempre es culpa mía- Le vacilo- Venga- Me separo de él y le señalo la puerta- No sea cosa que lleguemos tarde por mi culpa.

Me mira de arriba abajo con la sonrisa torcida.

The only hope for me is you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora