4 - Fase 3

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-La invitas a comer a mediodía, como es viernes y salen temprano del trabajo puedes traerla a casa y ya sabes- Le indique con los dedos, mi pulgar e índice juntos haciendo un anillo y con el índice de mi otra mano pasándolo por el anillo que tenia formado -Tu sabes que hacer- 

-Si, se que hacer. Todos estos días me lo llevas repitiendo. Creo que esto te gusta mas a ti que a mi- Dijo Ricardo recostado en su silla frente el escritorio

-¿Que dices? Es para que te diviertas-

-Aja, claro- Respondió y le mire con inocencia -Y a todo esto ¿Dónde te esconderás para ver?-

-Ya veré eso, solo debes tenerla bien concentrada para que no se fije en mi- 

-Lo intentare-

-Pero, repíteme ¿Cómo reacciono cuando le contaste que estabas casado?- 

-No se asombro mucho, la verdad pareciese que ni le importo mucho ese dato. Incluso antes de coquetearle o decirle algo ya sabia de ti- Contesto haciendo un ademan con su mano

-¿Enserio?- Me asombre

-Si, creo que se fijo en la foto que tengo en el escritorio de la oficina- 

-¿Tienes una foto mía?- le tire una mirada burlona -Uy que sentimental, mi marido- 

-Calla tonta, no es para tanto- Rio de un soplo

En los días siguientes Ricardo le pregunto a Marie si deseaba ir a comer el viernes y luego venir a nuestra casa. Marie al comienzo se asusto, no quería que yo le descubriese. Ricardo le conto una pequeña mentira, dijo que no me encontraría porque iba a estar en una clase de yoga, cosa que era mentira. 

A pesar de las respuestas de mi esposo la chica aun seguía insegura pero termino aceptando la invitación. Todo esto fue por llamada, donde me encontraba a su lado escuchando cada respuesta. La voz de Marie era suave y tranquila, tal cual la describió Ricardo. Cuando acepto la cita siguieron conversando pero lanzándose frases atrevidas que pusieron a mi esposo rojo como camarón. 

-Ya quiero saborearte otra vez, quede con muchas ganas ese día- Dijo Marie con una voz sensual, un poco mas grave. 

-¿Tragaras todo, linda?- Pregunto Ricardo mientras me lanzaba una mirada picara

-Todo, todo lo que me des. De seguro tu esposa te lo lame bastante mal- Ambos nos asombramos con esa respuesta, pero mi esposo aprovecho 

-Si, es toda una calentona pero ni me lo mama hace tiempo- Escuchar eso de Ricardo, me sonrojo y me provoco un pequeño escalofrió, en vez de molestarme me gusto de cierta forma

-Tranquilo, ya llegue para ayudar en eso. Eso si tienes que meterlo hasta el fondo- 

-¡Hasta que te ahogues!- Aumento la voz emocionado

-Me encantaría que me ahogues con tu lindo pene- Su voz sonaba mas sexy que el comienzo

Estuvieron coqueteándose durante unos minutos mas antes de colgar la llamada, donde sus comentarios me tenían absolutamente roja

-Entonces hasta el viernes, "jefe"-

-Ahí estaré esperándote-

-Espero que de verdad no nos descubra tu mujer- 

-Te lo aseguro- Empezó diciendo mi esposo girando a verme nuevamente -No se dará cuenta de absolutamente nada-

Pasaron los días y como mi esposo se quedo hasta tarde trabajando fuera de casa aproveche para darme cariñitos nuevamente con mi vibrador. Hace tiempo que no me tocaba tanto, quizás pensar en lo que sucedería ese viernes me mojaba mas y mas que no podía evitar tocarme. 

Obedeciendo a la amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora