Todo el lugar estaba tenso cuando se escucho llegar finalmente el auto de Ricardo a la entrada, tras unos segundos sonaron las llaves y se abrió la puerta.
-Marie, ya estoy en casa- Grito el, para luego quejarse del dolor de espalda. Marie no contesto nada. -Ey Marie, ¡contesta! Hoy vengo con muchas energías y te necesito.
Marie nuevamente no contesto, nos encontrábamos juntas en el interior de la cocina esperándole.
Al parecer ignorarle le molesto, ya que sus pisadas aumentaron de intensidad y llegaron a la cocina, único lugar de la casa con las luces prendidas. Ambas nos encontrábamos bebiendo una taza de café
-Ah, con que aquí estabas- Expreso Ricardo, se giro y me vio con desprecio -Parece que esta tipa volvió, mucho tiempo estuviste fuera- No conteste nada -Ve a prepararme un café, levántate y que sea rápido- Me ordeno firmemente.
Al no ver respuesta por mi parte se enfureció.
-¿Sara acaso estas sorda? ¡Te dije que me prepares café!
-No- Di un pequeño trago a mi taza
-¿Que dijiste?
-Ay parece que tu estas sordo, querido. Te dije que no- Con esa respuesta, provoque que lanzara sus cosas hacia la pared
-¿Acaso no recuerdas las reglas? El contrato que tu firmaste, te dejare pasar esta vez por que vengo cansado pero a la próxima te largas- Recalco.
Volví a quedar en mi lugar, sin mover ningún musculo, pero eso lo descoloco. Dio un golpe al piso con su pie y se abalanzo contra mi.
-Alto, alto, alto. Ricardo detente ahí ¿Qué intentas hacer?- Hablo finalmente Marie.
-Por fin hablas, tonta. Parece que tu juguete se puso desobediente este ultimo tiempo, será mejor que la entrenes mejor.
-Ella esta super bien con lo que esta haciendo y tienes razón, es mía. No tienes poder sobre ella y será mejor que le vayas bajando el tono de voz- Sentencio Marie
-¿Que esta ocurriendo aquí? ¿Por que se comportan de esa forma?- Su tono de voz cambio totalmente, era de miedo
-No lo se Ricardo, dinos tu ¿Sucede algo?
Se quedo en silencio ante mi pregunta, luego volvió a enojarse y con claras intenciones de hacerme algo.
-Te dije que no le hicieras nada. Sara se vio obligada a cumplir un estúpido contrato, donde la amenazaste con echarla de la casa. Pero prácticamente perdiste todo derecho en ella, así que con mas razón, no tengo idea de por que le das ordenes.
-Pero, es que. . .
-Sara ya no esta obligada a ningún contrato, ella por cuenta propia se quedo junto a mi, algo que tu no pudiste hacer- Dijo Marie. -Si si, divertido el juego pero ¿tenias tus estúpidas razones cierto?
¿A que se refería con esa frase? Ni yo tenia muy claro el plan de Marie, era una sorpresa no solo para Ricardo si no que para mi también.
Ricardo en silencio no dijo nada.
-Tu tranquila con lo del contrato sara, es totalmente invalido si yo, tu dueña lo cancela como tal- Me dijo Marie, nunca había pensado en esa opción y la verdad con todo este tiempo no pensaba mucho en ese tema.
-Marie, cariño ¿Qué te ocurre?- Intento hablar mas calmado mi ex.
-No se, dime tu o ¿mejor que me diga la señorita morcillo?
Bueno era la clara bomba que le teníamos guardada, saber que tenia otra amante en el trabajo. Ricardo intento al comienzo hacerse el loco preguntando a que se refería Marie pero luego se enojo.
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Obedeciendo a la amante
Fantasy¿Hasta que punto se puede aceptar la fantasía de la otra persona? ¿Llegarías a aceptar que una fantasía cambie todo tu matrimonio? ¿Aceptarías tu nuevo ser? Relato erótico fantasioso. Sara, acepta cumplir la fantasía de su esposo, estar con una muje...