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Un líquido muy frio recorrió todo mi cuerpo provocando que mis ojos se abran por completo de asombro acompañado de un quejido. De inmediato los cerré al sentirme algo mareada. Al hacer esta acción recuerdo los cuerpo de Jason y Math, recuerdo que paso y me alteró al saber que estoy amarrada a una silla.


Con mucha desesperación trato de zafarme de la soga que amarra mis manos en la silla, trato de utilizar los pies pero de igual manera no sirvió de nada ya que también los tenía amarrados a la silla. Comencé a gritar por ayuda, me encontraba alterada, quería a Jason y Math a mi lado, a mis padres, gritaba sin parar, no me importaba si me dolía la garganta de tanto gritar, solo gritaba por ayuda y sin previo aviso las lagrimas humedecieron mis mejillas.


—Ayuda, por favor... —Mi voz se encontraba rota.

Era solo una adolescente, sabía el riesgo de ser la hija de un Alcalde pero nunca creí que podría volverse realidad. Levante mi rostro cansada y aun llorando observe a mi alrededor, esto era una habitación, se encontraba estaba semi-oscura, podía apreciar uno que otro detalle de la habitación pero no mucho. Mire hacía un lado y me di cuenta que había alguien ahi.


Parecía que curaba algo en la parte de su abdomen o eso me dio a entender aquella sombra. Lo mire intrigada. ¿Será mi secuestrador?.

—Al fin dejas de joder —Dice con una voz bastante seria, daba algo de miedo.

—¿Quién eres? —Es lo único que se me viene a la mente.

Él me mira a través de su hombro, logro ver la sonrisa sarcástica que forma a pesar de la poca oscuridad. Trago saliva al darme cuenta que comenzó a acercarse a mi, intenté alejarme por inercia pero era imposible. Era alto, parecía de unos 20 años de edad.

—Mi nombre es Cinco... —Deja de sonreír —Tu secuestrador —Murmura.

—¿¡Qué es lo que quieres!? ¿¡Quién te contrato!? —Pregunte desesperada —Si solo buscas dinero mi padre te lo puede dar pero por favor déjame ir —Le ruego a lágrimas y él solo niega con la cabeza levemente.

—No hago esto por dinero —Explica, jala lo que parece una silla y se sienta frente a mí —Estarás conmigo unos cuantos días —Se recarga en la silla.

Gracias a la poca luz que hay en la habitación puedo notar como tiene una herida en su abdomen. ¿Será del disparo que Math le dio?.

Él parece darse cuenta que lo miro, mira su herida y luego vuelve a mirarme a mí.

—Tus guardaespaldas —Me mira con un semblante serio que da miedo —Poco profesionales, esperaba más de ellos, digo, son guardaespaldas. ¡Por dios! Se supone que deben protegerte y que están muy bien entrenados ¿No es así? —Pregunta con ironía, yo solo lo miraba.

—Deja de hablar mal de ellos —Le digo con rabia, tenía tantas emociones acumuladas, sentía que iba a explotar.

—Oh pero claro que los defiendes, era lo más cercano a lo que le podrías decir 'Amigos' —Se burla y lo miro muy molesta —No entiendo la razón de que tengas guardaespaldas, sabes defenderte sola. Mira —Se acerca y puedo ver su nariz —Aun sangra un poco, menos mal que no la rompiste —Se vuelve a recargar en la silla —Mi mejor contrincante, nadie me había tocado, jamás. Eres la primera —Sonríe con sarcasmo.

𝐒𝐞𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora