𝐒𝐞𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 © [✔]

Nine

Cinco Hargreeves

Me encontraba sentado en el asiento de piloto en el carro que había tomado prestado a aquel tipo que había asesinado. Sentía el viento frio chocar contra mi rostro, veía el como se marcaban mis músculos en la camiseta blanca de botones que llevaba puesta.

Solté un pequeño gruñido, no me gustaba el como iba vestido, me parecía bastante incomodo el tener esto pero necesito usarlo, por lo menos solo por una noche.

Deje de ser un secuestrador y me convertí en un empresario que quiere rentar la habitación de un hotel por una noche con su dulce y linda hija.

Mire a mi "hija" por el retrovisor, mire lo ingenua que se veía al estar ahi, amarrada y completamente dormida por el cloroformo.

Claro, puede verse ingenua pero es una hija de puta como no tienen idea. Pude haberla matado pero no quiero perder...la necesito para seguir con mi plan.

Solo eso...

Veo como sus ojos comienzan abrirse mientras que se acomoda mejor en el asiento donde se encuentra. Comienza a mirar su alrededor hasta que me mira.

— Al fin despiertas — Le digo con firmeza y con molestia, sigo molesto porque intento escapar, casi me complica las cosas.

— ¿Dónde estamos? — Pregunta confundida.

— En un auto — Digo irónico a lo que ella solo me mira mal — Necesito que te pongas el uniforme del colegio — Digo aun firme dejándola de ver.

Tomo el uniforme el cual se encuentra en el asiento de copiloto para luego lanzárselo a su rostro.

— Rentaremos un hotel por sola una noche y no quiero que sospechen así que nos haremos pasar por padre e hija — Dije contándole el plan que tenia.

— ¿Cómo quieres que me lo ponga? — Pregunta irónica señalando sus manos y pies amarradas.

Yo solo giro los ojos para luego comenzar a quitarle las cuerdas que llevaba en sus muñecas y pies, cuando se las quite ella soltó un quejido de dolor ya que le había apretado fuertemente para que no pudiera escapar.

Me hizo tener mucho problemas así que esta vez el que dormirá en la cama seré yo y pues ella tendrá que dormir amarrada a una silla.

— Listo — Digo sin importancia para poder volver a sentarme donde mismo.

Ella solo suelta un suspiro de frustración para comenzar a quitar la ropa que llevaba puesta. La miro por el retrovisor, puedo ver el como comienza con el short que llevaba puesto para luego quitar la gran camiseta que llevaba encima, dejándola en ropa interior.

Su lencería es color negra, paso ligeramente mi lengua por mis labios al verla semi-desnuda frente a mi. Comienza a ponerse la camiseta de botones, abrochando cada uno, se levanta un poco del asiento para poder acomodar su linda falda por encima de la camiseta que llevaba puesta.

Termina de cambiarse así que yo aparto rápidamente mi mirada de ella para que no se enterara de que yo la estuviese mirando.

— Termine — Dice sin importancia mientras que se acomoda en el asiento.

Tomo nuestras cosas — Vámonos — Digo por ultimo para luego salir del carro y cerrar la puerta.

Veo de reojo como T/n hace lo mismo, camina hacia mi y cuando esta cerca entrelazo su mano con la mía para poder pegarla a mi.

— Y si haces algo que llame la atención de cualquiera que este ahi juro que te mato ¿Me escuchaste? — Susurre molesto en su oído.

Ella trago algo de saliva para luego comenzar a asentir ligeramente su cabeza. Sonreí ligeramente y ambos tomados de las manos comenzamos a caminar hacia el hotel de mala muerte que había encontrado.

Entramos al hotel que había encontrado y nos detenemos en la recepción.

— Buenas tardes ¿Rentaran una habitación? — Pregunta amable.

— Si — Respondo aun sosteniendo de la mano a T/n.

— ¿Por cuantas noches? — Pregunta mirando la computadora.

— Solo una noche — Digo acercando un poco mas a T/n la cual quería soltarse de mi mano.

— ¿Ustedes son? — Pregunta mirándonos.

— Somos padre e hija — Respondo y la recepcionista se le quedo mirando a T/n la cual algo nerviosa asiente.

— Bien Sr...? — Espera alguna respuesta.

— Marco — Digo y T/n me mira confundida.

— Bien Sr. Marco, su habitación es la 118, segundo piso — Dice terminando de teclear — Su llave — Me entrega la llave y yo sonrió forzado.

— Gracias — Digo y ella solo sonríe amable.

— Que tengan linda noche — Dice aun amable.

— Gracias — Dice T/n.

Ambos comenzamos a caminar hacia el elevador, entramos en el y el silencio lo inundó por completo.

Llegamos al segundo piso y comenzamos a caminar hasta que llegamos a nuestra habitación. Abrí la puerta y deje que ella entrara para luego entrar yo.

Lance las cosas al sofá mientras que cerraba la puerta.

— ¿Por qué solo por una noche? — Pregunta acostándose en la cama.

— Mañana tendremos un viaje — Dije sin importancia mientras que buscaba si había alguna cámara.

— ¿Qué viaje? — Pregunta y yo sonrió con sarcasmo al encontrar una pequeña cámara.

— Debes dejar de hacer tantas preguntas — Digo con fastidio mientras que tiro la cámara al suelo y la piso con fuerza para que logre romperse.

Ella solo se queda callada, me giro para mirarla y mi mirada va directo hacia sus muslos, descubiertos pero algo cubiertos por la falda que llevaba puesta.

¿Cómo es que le hacían burla a una chica tan linda como a ella?

— ¿Tengo algo en la cara? — Pregunta irónica y yo solo la miro mal.

— Iré por algo para cenar así que ven aquí — Le pido mientras que sostengo las cuerdas en mis manos.

Ella solo gruñe por lo bajo para luego acercarse a mi, tomo una silla y la siento ahi. Comienzo a amarrar sus pies a la silla para luego seguir con sus manos pero la amarró fuertemente para que no pueda escaparse.

No puedo no sentir algo de lastima al escucharla soltar los quejidos de dolor que transmite pero se lo merece, intento escapar de mi, ¡DOS VECES!, en un mismo día.

Y yo soy Cinco Hargreeves, el mejor de los Hargreeves, no dejare que solo una niñita como ella escape tan rápido de mi. Al terminarla de amarrar tome la mordaza para poder ponérsela, ella se negó pero no era lo que ella dijera así que le puse la mordaza a la fuerza.

Al tenerla amarrada a la silla me miro molesta y yo solo tome la llave de la habitación mientras que la miraba de reojo.

— No tardo, "hija" — Dije sarcástico para luego salir de la habitación.

Salgo y escucho unos cuantos quejidos de su parte pero no se escuchan mucho así que le resto importancia y sigo mi camino.

Padre ¿Aun crees que no soy el mejor?