Capítulo 5

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El día del Baile al fin había llegado.
Hermione se miró en el espejo, y cuando disponía a bajar a la sala común, alguien la llamó.
-¡Hermione!
-hola Ginny. Estás muy guapa.
-tú también. Verás la cara que se le queda a Ron al verte-dijo Ginny, sonriendo-
-anda, vamos-dijo Hermione, intentando evitar el tema-

Ambas se dirigieron juntas a la sala común, donde Harry y Ron las esperaban.

-¿qué es eso?-dijo la pelirroja señalando a su hermano-
Ron llevaba una prenda larga, que parecía un vestido algo viejo y anticuado.

-es su túnica de gala-respondió Harry, y él y Ginny rieron-
-hoola chicos-saludó Fred-
-estás preciosa Hermione-dijo su gemelo-

Todos bajaron al Gran Comedor. Ron se quedó un poco atrás y su hermana se fijó en el tono rojizo de sus orejas.

-chicos, tenéis que ver esto. El Gran Comedor se ve increíble-dijo Neville Longbottom, un chico de cuarto año de Gryffindor-

-Potter, Weasley, necesito que vengan conmigo-dijo la profesora Mcgonagall-
-¿qué Weasley?-preguntaron a la vez Fred, George, Ron y Ginny-
-Ginebra-dijo, señalando a la única chica Weasley-

Sus hermanos y Harry rieron al oír su nombre completo, y ella les fulminó con la mirada.
-¿para qué nos necesita, profesora?-preguntó Harry-
-para el baile de los campeones, por supuesto-dijo la profesora-
-Harry es un maestro del baile, profesora. Seguro que nos deleita a todos con sus dotes-dijo Fred, y entre risas, Harry y Ginny se alejaron junto a la profesora-

Tanto los Weasley como Hermione recordaron las clases de baile que les había dado Mcgonagall, y rieron al imaginar a Ron bailando una canción lenta con ella.

-Bueno, entremos-dijo George, abriendo la puerta-

Todos se quedaron boquiabiertos al ver lo precioso que estaba el Gran Comedor. Estaba decorado con lo que parecía nieve, y nunca había lucido tan grande. Entraron, aún sorprendidos.

Su sorpresa, sobre todo la de Hermione, aumentó al verse rodeada de gente halagando su atuendo y peinado.

Y es que realmente se veía como una princesa. Su vestido era azul, y su pelo, normalmente desordenado, estaba recogido en un bello peinado.

Hermione estaba aburrida. Hacía ya una hora y media que los campeones habían entrado y el baile se había dado por comenzado, y ella aún no había salido a bailar.
Todo porque esperaba a que Ron la invitara.

Pero ella ya no iba a esperar más, se había dado cuenta de que su amigo no haría nada. Se levantó y se dirigió a la pista de baile, donde uno de los campeones, Viktor Krum, se acercó a ella. Accedió a un baile con el chico, aunque acabaron bailando durante un largo rato.
Hasta que alguien les interrumpió.

-perdona, pero ella ha venido conmigo-dijo una voz conocida a sus espaldas-
-si, pero fuiste demasiado cobarde para invitarme, así que decidí no esperarte como una boba-dijo Hermione-
-te iba a invitar ahora-replicó Ron, con sus orejas más rojas que nunca-
-no lo estás haciendo
-vale, siento no haberlo hecho antes. ¿Bailas? Por favor-dijo el pelirrojo, y ella accedió-

Bailaron dos o tres canciones, hasta que la gente se empezó a ir. Así que ellos decidieron ir a pasear por los campos del colegio. Se sentaron debajo de un árbol.

-¿por qué no me invitaste antes?-preguntó Hermione, aunque ya no estaba enfadada-
-porque te ves como una princesa, y yo como un estupido. Además, no sé bailar. Te merecías algo mejor-dijo Ron, bajando la cabeza para no mirarla a los ojos-
-que tontería Ron. Eres mi mejor amigo, claro que quería bailar contigo. Decidimos venir juntos porque pensábamos que sería divertido, ¿o no?
-supongo que si. Pero te vi tan guapa, y me sentí poco para ti.
-no te vuelvas a menospreciar-le reprendió Hermione-

Ella apoyó la cabeza en el hombro de el pelirrojo, y pasaron allí horas, simplemente hablando.

Por fin iba a la cama, después de una noche muy larga, pero también muy divertida. Se dejó caer en el colchón y pensó en el tiempo que acaba de pasar con Ron.
Hermione volvió a pensar sobre lo que habló con Luna.

¿Sentía ella algo por su mejor amigo? No lo sabía, pero tenía claro que a partir de ese día algo cambiaría entre los dos.

Tu sonrisa es mi felicidad- ROMIONE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora