Capítulo 13

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Hermione no podía parar de darle vueltas a lo que Harry le había dicho: "lo mucho que te echa de menos".
¿Ron realmente la echaba de menos?
No, él estaba dolido, ella había actuado como una cría idiota.
Estaba segura de que no la echaba de menos.
Y aunque no sabía si iba a funcionar, decidió pedirle disculpas, de nuevo.
Hablaría con él, honestamente y de corazón.
Era consciente de que existía la posibilidad de que la ignorara totalmente, pero también existía la posibilidad de que esa charla lo arreglara, así como pasó con Harry, y todo fuera bien.
Esperaba que esto último ocurriera y ella no quedara en ridículo.

-entonces, ¿vas a hacerlo? ¿Vas a hablar con él?

-sí, Harry, lo intentaré-le respondió a su mejor amigo, que caminaba junto a ella hacia la cabaña de Hagrid, para una visita-

-seguro que funciona-la intentó animar Harry, pero ella gruñó-

-está muy dolido, no lo creo.

-te aseguro que en cuanto te oiga disculparte, sabiendo que has tenido que tragarte tu orgullo, y que si has hecho ese esfuerzo es porque realmente lo sientes, te perdonará.

-¡hola!-les saludó Hagrid, que iba de camino al castillo-

-¡Hagrid!-dijo Hermione dándole un abrazo, contenta de acabar la conversación-

-íbamos a verte ahora

-¡estupendo! Voy al castillo a decirle una cosa a Dumbledore y en seguida estoy con vosotros-dijo el semigigante, y siguió caminando, mientras que los chicos se dirigían a la otra dirección-

-¿queréis un té?-ofreció Hagrid, una vez se hubieron acomodado (en la medida de lo posible) dentro de su cabaña-

-no, gracias

-¿Ron no viene?-se extrañó Hagrid, y los otros dos pusieron cara de incomodidad-

-estaba ocupado-dijo Harry al fin, intentando evitar esa conversación-

-¿os mandan muchos deberes?

Después de pasar la tarde con Hagrid, los dos amigos se dirigían a la escuela para la cena.

No hablaron durante el trayecto, ya que ella intentaba mentalizarse para hablar con el pelirrojo, y él sabía exactamente lo que estaba en la mente de su amiga, y no quería molestarla.

Cuando llegaron al Gran Comedor, se sentaron al lado de Ron y Ginny, pero Hermione no hablaría con él hasta después de la cena.

Harry se fijó en que las manos le temblaban y la intentó tranquilizar con la mirada, pero ella no le hizo caso.

-mmm....Ron-dijo Hermione, dudando (cosa rara en ella)-

Él la oyó, pero hizo un enorme esfuerzo para no mirarla.

-Ron, tengo que hablar contigo. No aceptaré un no como respuesta-insistió la chica, con mucha más determinación-

El pelirrojo se giró hacia ella, y le miró a los ojos, pero siguió sin hablar. Aunque ella se tomó esto como un sí y empezó a hablar.

-mira, sé que lo que hice estuvo mal. Me comporté como una niña pequeña y lo siento. De verdad, siento haberos hecho daño a Harry y a ti. Soy una persona que suele pensar las cosas e intenta hacer siempre lo racional, pero en este caso no lo hice, y no me salió exactamente bien. No soy de decir este tipo de cosas, pero la situación lo requiere, así que ahí va: os quiero mucho, a ambos, y realmente no sé qué haría sin vosotros. Espero que puedas perdonarme-dijo Hermione, mirándolo al fin a los ojos al decir lo último-

Al mirarlo, vio al pelirrojo sonriendo y mirándola fijamente.

Al ver que él no decía nada, iba a irse, pero Ron la agarró del brazo, haciendo que se quedara allí.
Creyó que iba a decir algo, pero se limitó a mirarla unos segundos y luego darle un abrazo.

Durante los días siguientes todo volvió a la normalidad entre los tres amigos, salvo por el hecho de que Ron y Hermione estaban aún más unidos que antes.

-Harry, ¿sabes algo sobre la última prueba del Torneo?-le preguntó la castaña, una noche en la que los tres estaban en la sala común haciendo tareas-

-no, aún no sabemos qué va a ser

-deberías practicar hechizos que te puedan servir en diferentes situaciones. Así, sea lo que sea, estarás preparado.

-Hermione tiene razón, la última prueba será difícil y deberías prepararte como puedas-dijo Ron, mirando a su amiga-

-Lo sé, pero no puedo prepararme para algo que no sé lo que es.

-puedes practicar hechizos multifuncionales que ya sepas-dijo Hermione-

-si, lo haré-dijo Harry con tono cansado-
Bueno, tengo que irme, tengo entrenamiento de quidditch-añadió mientras se levantaba-

-nos vemos en la cena-se despidió Hermione, pero pronto se puso nerviosa: era la primera vez que Ron y ella estaban a solas desde que se habían reconciliado-

Intentó convencerse de que no pasaba nada, seguía siendo su amigo, el mismo que antes, y podrían hablar de lo que fuera.

Pero era incapaz, algo la hacía sentirse incómoda con él.

-debería de irme a estudiar-dijo como excusa y se retiró de la sala común-

De camino a la biblioteca se cruzó con la profesora Mcgonagall, que le dijo que buscaba a Harry.

-está en el campo de quidditch, pero yo le puedo dar su mensaje si lo necesita-se ofreció Hermione-

-no hace falta, señorita Granger. Veo que se dirigía a la biblioteca, no pretendo interrumpirla. Iré a la sala común a ver si allí alguien puede ayudarme. Esos chicos desperdician mucho tiempo-dijo la profesora, murmurando la último mientras se giraba-

Hermione siguió su camino y al llegar a la biblioteca le agradó ver que no había mucha gente.
Pensó que así tendría tiempo para pensar.

Ron estaba sentado en un sillón, preguntándose por qué Hermione se había ido tan bruscamente.
Se suponía que eran amigos de nuevo, ¿por qué no quería pasar tiempo con él?

Pero el sonido del retrato moviéndose, que indicaba la entrada de alguien, lo sacó de sus pensamientos.

Le sorprendió ver a la jefa de su casa entrar, ya que los profesores no acostumbraban a visitar las zonas privadas de los alumnos.

-Weasley, usted me servirá

-¿servirle para qué, profesora?

-no está ocupado, ¿verdad?

-no, ¿por qué? ¿Necesita algo?

-sí. Necesito que le diga a Potter algo de mi parte-dijo la profesora Mcgonagall, ignorando las miradas de extrañeza que le daban sus alumnos al verla allí-

-claro, ¿de qué se trata?-dijo Ron, intentando ser lo más educado posible, recordando lo que le había dicho Hermione de cómo hablar a los profesores-

-dígale simplemente que vaya a mi despacho en cuanto pueda-dijo la profesora, que parecía que iba a decir algo más y se había arrepentido en el último momento-

-vale, lo haré-aceptó el chico-

-de hecho me gustaría hablar con usted también, Weasley

-¿he hecho algo malo?

-no, nada de eso. Sólo me preguntaba si había hablado con Granger y Potter sobre la prueba del lago.

-no lo creo, ¿por qué?

-creo que debería de ser consciente de lo mucho que le importa a la señorita Granger.

-¡Hermione!-bramó Ron, entrando en la biblioteca y recibiendo una mirada de la señora Pince, la irritante bibliotecaria-

-no grites-le reprendió Hermione en un susurro-

-ven conmigo-exigió el chico, arrastrándola al pasillo-

-¿qué pasa?

-Mcgonagall ha hablado conmigo

-¿vale?-dijo Hermione, sin entender a dónde quería llegar su amigo, ni por qué parecía tan enfadado-

-Hermione, ¿por qué no dejaste que yo estuviera bajo el lago?

Tu sonrisa es mi felicidad- ROMIONE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora