Capítulo 17

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Al fin podían descansar después de aquel agotador curso.
Se podría decir que había sido un curso raro, pero ya estaban acostumbrados a eso. Lo bueno de que cada año fuera así era que habían aprendido a ver las cosas buenas.
Como aquella despedida en la estación de Kings Cross, prometiendo volver a verse pronto.

Habían pasado ya tres semanas de aquel verano, y Harry no había oído nada de sus dos amigos.
Y realmente los necesitaba en aquel momento, ya que seguía sin recuperarse de la muerte de Cedric Diggory.
Ver a Lord Voldemort resurgir, presenciar el asesinato del chico, saber que en realidad era él al que intentaba matar, es mucho para un adolescente, incluso para Harry Potter.

Y el aburrimiento que le producía estar en casa de sus tíos, no ayudaba, como tampoco lo hacían las burlas de su primo Dudley.

En ese momento se encontraba tumbado en su cama, sin nada que hacer, simplemente esperando a que aquel verano acabase para poder volver a Hogwarts.

Pero entonces se acordó de algo, de una conversación que le había llamado la atención en su momento, pero que no había llegado a darle importancia, porque no tenía tiempo.

*flashback*

-¡Potter!

-déjame en paz, Malfoy

-vengo a decirte que alguien os sigue a ti, Weasley y la sangre sucia Granger

-¿y por qué me lo dices?

-porque si no te lo dijera no podría haber visto esa cara de preocupación-dijo Malfoy con una sonrisa prepotente y se alejó con pasos lentos-

*fin del flashback*

¿Por qué le dijo eso Malfoy?

¿Y quién les estaba siguiendo?

Pensó que podría ser Barty Crouch Jr, ya que básicamente su misión aquel año era que llegara vivo al cementerio para luchar con Voldemort.

Pero, si fuera él, vestido del profesor Moody, a Malfoy no le habría extrañado, ya que era un profesor y verlo por los pasillos no era raro.

Entonces, ¿quién podría ser?

Intentó recordar si había visto algún comportamiento extraño, pero no reparó en nada.

Perdió la cuenta del paso de los días, los que se resumían en comer, limpiar, dormir, y seguir dándole vueltas a aquello.

Tan obsesionado estaba que no supo si habían pasado días, o semanas, cuando vinieron a buscarle.

Se alegró tanto de ver caras conocidas al fin, que se olvidó de que no le habían escrito en todo el verano, fue incapaz de enfadarse.

Habían pasado unos días desde la llegada de Harry al nuevo cuartel de la Orden, y sus amigos seguían informándole sobre todo lo que había pasado en su ausencia, y sobre por qué no habían contactado con él antes.

Además, el reciente encuentro del chico con un dementor, les hacía preguntarse muchas cosas sobre el control de Voldemort sobre el mundo mágico.

Tenían miedo, de que les pasara algo a ellos mismos o a sus seres queridos, pero no lo decían, porque sabían que tenían que mantenerse fuertes.

Harry sabía que los mayores pasaban la mayor parte del tiempo decidiendo cuánto debían contarle, y también sabía que Molly, la madre de Ron, no le veía preparado para saber toda la información, mientras que su padrino Sirius quería que lo supiera todo.

Lo que estaba claro era que la tensión dominaba aquella casa, y con ella las numerosas discusiones que se producían entre sus habitantes.

-oye Hermione-la llamó Ron-

-¿sí?

-¿crees que Harry estará bien?

-es Harry, lo estará. Ha pasado por muchas cosas y siempre se recupera-dijo Hermione, cogiéndole de la mano para tranquilizarle-

-tienes razón, es fuerte. Pero no puedo evitar preocuparme, creo que nunca lo había visto tan desanimado-dijo el pelirrojo, pero se calló al oír a alguien llamando a la puerta de su habitación-

-¿puedo pasar? ¿No estáis haciendo nada de tortolitos?-se oyó al otro lado de la puerta, y después Ginny entró-

-no hace falta que hagas eso cada vez que estamos solos

-es que no me apetece tener un trauma de por vida-rió Ginny y su hermano le golpeó en el hombro-

-Gin, ¿sabes dónde está Harry?

-la última vez que lo vi estaba con Sirius en la sala que tiene el árbol genealógico. ¿Por qué? ¿Le pasa algo?

-no que sepamos-dijo Hermione-

-pero os preocupa que siga estando mal-completó Ginny y los otros dos asintieron-si queréis mi opinión, deberíais preguntarle, no hablar de ello a sus espaldas.

-tienes razón. Es sólo que últimamente está tan ausente que parece que si hablas te va a morder-dijo Ron y las chicas rieron-

-bueno, sólo venía a avisaros que cenaremos pronto. Mejor me voy y os dejo solos un rato-dijo la pelirroja, guiñando el ojo al decir lo último-

-tu hermana está loca-dijo Hermione, y ambos rieron-

-oye Ron-dijo Hermione, irrumpiendo en la habitación del chico-

-hola a ti también Hermione-ironizó Harry-

-¿qué pasa, Herms?

-quiero conocer a tus padres-soltó la chica, y sus amigos se sorprendieron-sé que ya los conozco, pero quiero que me presentes como tu novia. Y tú deberías conocer a los míos también. Es algo importante para nuestra relación.

-vale-accedió Ron, sonriente-

-¿vale? ¿Sólo vas a decir eso?

-sí, estoy de acuerdo en que deberíamos decírselo a nuestros padres, estamos listos-dijo él y a su novia pareció sorprenderle su reacción-¿esperabas que no quisiera?

-no, no es eso, pero sigo sin acostumbrarme a que no te dé vergüenza mostrar tus sentimientos. Quiero decir, llevas cuatro años ocultándolos.

-tienes razón, los ocultaba. Pero he madurado, ya no soy ese niño, y ahora sé que te quiero.

-yo también te quiero, Ron-dijo la chica, con lágrimas en sus ojos y lanzándose a besar a su novio-

-bueno, creo que yo sobro aquí...-dijo Harry, saliendo de la habitación sin que sus amigos se fijaran-

-¿y esa sonrisa?-le preguntó Ginny a su amiga, que llevaba desde aquella mañana más feliz que de costumbre-

-Ron me ha dicho que me quería, por primera vez-dijo Hermione, sonriendo-

-me alegro mucho por vosotros. Aunque tenéis que admitir que si no fuera por mí, no estaríais juntos-dijo la pelirroja-

-yo no diría eso, pero sí que me ayudaste. Gracias Gin.

-no es nada. Sólo teníais que abrir los ojos, lleváis años enamorados. Los gemelos y yo os pusimos un nombre de pareja: Romione

Tu sonrisa es mi felicidad- ROMIONE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora