Capítulo 8

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Una castaña y un pelirrojo caminaban por las calles de Hogsmeade.
Ninguno de ellos hablaba, pero el silencio era uno cómodo.

-¿sabes? Te invité a venir para dejar solos a Harry y Ginny. Ya empiezo a aceptar lo suyo-dijo Ron mirando a Hermione-
-me alegro-sonrió Hermione-

Al oír al pelirrojo decir eso notó cierta decepción, pero decidió ignorarla.

La castaña y el pelirrojo caminaron por el pueblo, y decidieron pararse cerca de una enorme casa.

-La Casa de Los Gritos. Qué recuerdos-dijo Ron con un brillo extraño en los ojos-

A la cabeza de Hermione vinieron imágenes de un año atrás, cuando descubrieron la historia de Sirius Black y de esa mansión, La Casa de los Gritos.
Sirius era el padrino de Harry, uno de los mejores amigos de sus padres, junto con Remus Lupin y Peter Pettigrew. Este último había sido el culpable de que Voldemort matara a los padres de Harry, pero Sirius había sido acusado y detenido.
Después de doce años en prisión, había escapado.
Y en aquella casa, habían tenido su primer encuentro con Black.
Desde entonces, los tres hablaban con él a través de cartas, y le tenían cierto cariño.

Pero de lo que ella se acordaba en aquel momento era de Ron, con la pierna rota, sufriendo, y aún así tratando de protegerlos.

-¿estás bien?-le preguntó el chico, y se dio cuenta de que se sus ojos se habían humedecido-
-si, es que tengo un poco de alergia a las plantas-se excusó, tratando de que su voz sonara normal-
-pero estuviste en mi casa y no te pasó nada
-eso es porque no es a todas las plantas-mintió Hermione de nuevo-

No sabía por qué, pero se sentía muy triste al pensar en Ron sufriendo aquel día. Nunca había pensado en aquel momento así, y era raro para ella.

-¿segura de que estás bien?
-claro. Vayamos a las Tres Escobas, una cerveza de mantequilla nos vendrá bien. Podemos esperar allí a Ginny y Harry.
-vale-accedió Ron, y ambos se dirigieron al local-

Una vez dentro, pidieron dos cervezas de mantequilla y se sentaron en una mesa redonda con dos sillas.

-oye Hermione
-dime
-tengo la sensación de que sabemos muy poco de tu familia. Me gustaría saber más-dijo Ron-
-oh, eso es porque ellos son muggles, no tienen una vida muy interesante-dijo ella, y no tenía pensado contar nada más, pero la mirada de él la animó- bien, mis padres son dentistas. Se dedican a arreglar los dientes de la gente. Es un trabajo algo aburrido, pero a ellos les encanta. Tienen miedo a que igualen mis dientes con magia, por eso uso aparato. Todos mis familiares conocidos son muggles-recitó, como si se lo supiera de memoria- a veces me siento muy sola cuando estoy con ellos
-¿por qué?-preguntó él, ignorado todo menos la oración final-
-porque no me entienden. Soy el bicho raro de la familia.
-puede que no entiendan la magia, pero estoy seguro de que lo intentan. Además, no eres un bicho raro, solamente eres diferente. Y eso es algo maravilloso. Eres brillante, Hermione-dijo Ron, que se habia acercado a ella y la rodeaba con el brazo-
-gracias Ron. Significa mucho para mí que digas eso-le sonrió ella, apoyando su cabeza en el pecho del chico-

Se quedaron en esas posiciones, hablando, hasta que oyeron la puerta, y vieron entrar a una pelirroja y un castaño. Al ver a sus amigos, se separaron.

-hola chicos-dijo Harry, dejándose caer en una silla que había acercado-
-¿conseguisteis el cromo?-preguntó Ron una vez se hubieron acomodado-
-¡sí! ¡Te gané!-exclamó su hermana con entusiasmo, enseñando un cromo-
-¿alguien me explica de qué va eso de los cromos?-preguntó Harry, confundido-
-¿llevas todo el día con Ginny y no te lo ha explicado?-se sorprendió Ron-
-Ron y Ginny tienen una competición de quién consigue todos los cromos de las ranas de chocolate antes. A Ginny sólo le faltaba el de Ollivander, y ahora ha ganado-explicó Hermione-
Ginny hizo una especie de baile de la victoria para molestar a Ron. Este rodó los ojos.
-parecéis dos niños-rió Harry-

Y así, entre risas y bromas por parte de los cuatro, llegó la hora de regresar a la escuela.

-¿qué tal con Ron?-preguntó Ginny, alzando una ceja-

Hermione estaba en su dormitorio, en pijama. Estaba sentada en la ventana, leyendo un libro, cuando Ginny entró.

-bien. Hablamos toda la tarde, fue divertido-dijo la castaña-
-¿dónde están tus compañeras de habitación?-preguntó su amiga, extrañada de que estuvieran solas-
-no pasan mucho tiempo aquí. Solo vienen a dormir-dijo Hermione, y Ginny vio decepción en su rostro-
-¿por qué?
-supongo que no nos llevamos demasiado bien entre nosotras, así que evitan lo incómodo que es cuando estamos todas.
-¿no creerás que es tu culpa?-intuyó Ginny, que conocía muy bien a su amiga y sus inseguridades-

Hermione no respondió, pero sus ojos se humedecieron y giró la cabeza para que la otra no le viera llorar.

-Hermione, si esas chicas no quieren ser tus amigas es su problema, ellas se lo pierden. Mientras tanto, nos tienes a mí, a Harry y a Ron. Nosotros siempre estaremos aquí para ti-dijo Ginny, abrazando a la castaña-
-Gracias Gin

Aquella noche se despertó bañada en sudor. Había tenido una terrible pesadilla. No solía llorar, pero lo hizo al recordar aquello.
En su habitación todas estaban dormidas, así que bajó a la sala común, sabiendo que iba a ser incapaz de dormir esa noche.

En la sala, había un pelirrojo sentado enfrente de la chimenea.

-Hermione, ¿qué haces despierta?-preguntó al verla-
-he tenido una pesadilla
-¿quieres hablar de ello?-preguntó el chico-
-fue horrible, Ron-se lamentó Hermione sentándose a su lado-
-tranquila, todo fue sólo un sueño-la intentó tranquilizar, poniendo su mano en el hombro de ella-
-en el sueño, Voldemort os mataba. A ti, a Harry y a Ginny. Creí que os había perdido para siempre-dijo Hermione, ahora llorando y abrazando a su amigo-
-eh, tranquila. Estoy aquí. Estamos aquí- murmuró Ron-

Hermione lloraba contra el pecho de Ron, que notaba sus lágrimas empapar su camiseta, aunque realmente no le importaba. Sólo quería que ella estuviera bien.

-siempre he sabido que corremos riesgo de muerte, pero con Voldemort intentando volver, cualquiera podría morir-dijo Hermione, algo más calmada, aunque aún llorando-
-venceremos a Voldemort. Él ni siquiera tiene cuerpo aún, y nosotros somos muchos más-la intentó animar Ron-

-no sabría qué hacer sin vosotros

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Vale, lo primero siento hacer a Hermione tan segura, pero tengo la sensación de que la mayoría de veces que se enfadaba con Ron y Harry era por sus inseguridades, y eso se va a ver mejor en el próximo capítulo.
También creo que no es nada realista que Ron y Hermione sean tan cariñosos entre ellos, pero intento adelantar un poco el proceso.
Eso es todo, nos vemos en el siguiente.

Tu sonrisa es mi felicidad- ROMIONE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora