CAPÍTULO 31

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–Este es lindo para ti. – Darcy le muestra a Rebecca un vestido color negro.

–No lo sé, ese escote no me convence. Dame eso. – Le arrebata la revista, buscando alguna otra prenda.

Hemos visto más de cincuenta revistas hoy, las chicas están histéricas por el vestido que llevarán a mi fiesta. Yo solo estoy viendo como Matt juega en su celular, la fiesta me da absolutamente igual. Y eso que es mía. 

–Oigan, será una pequeña celebración. No una gala de la realeza, relájense. – Pido.

–Aretha cariño, no será una fiesta cualquiera. Será tu cumpleaños número veinte, ¿entiendes la importancia de eso? Pasas al segundo piso de la vida, tenemos que vernos bien.  

–Nos veremos bien, fabulosas, diosas. Así que déjanos en paz, y búscate un vestido también. Esas revistas de ahí son las que aun no hemos revisado, agarra una. – Recomienda Becca, volviendo a lo suyo.

–Yo ya tengo mi vestido. 

Todos voltean a verme.

–¿Y cuál es?, ¿el azul? 

–Mhm. – No le doy importancia.

Voltean a verse entre ellos, como si estuvieran planeando algún crimen.

–Bueno, algo sencillo. Pero es lindo. 

–A mi me gusta.

–Se te ve genial. 

Dicen Darcy, Rebecca y Matt en esté mismo orden. 

–Como sea, hago esa fiesta porque me obligaron. Y para joder también, no puedo esperar a molestar a Ava. 

No menciono a Martina, porque a Rebecca le cae bien y no quiero incomodarla. Pero también está en mis planes molestarla. 

–Y lo harás chica. Se retorcerá de la envidia al verte en ese vestido. – Me da un ligero empujón – ¿Y tu chico?, ¿ya tienes la ropa que usarás? 

–Supongo. 

–¿Supones? – Darcy se une a la conversación – Más te vale dejar de suponer, y empezar a buscar algo. Porque si el Viernes te veo llegar con mal aspecto, no te dejo entrar. ¿Entendido?

–Creo. – Se encoge de hombros, cansado. 

Me recuesto sobre sus piernas, exhausta. Él empieza a acariciarme la cabeza, poniéndome casi a dormir. 

Estoy mentalmente cansada de tanto pensar. Sé que le estoy dando muchas vueltas al asunto, pero no lo sé. Quizás podría hablar con el profesor Kuznet, disculparme con él y volver a lo de antes. Sí, mi dignidad quedaría por el suelo. Pero más que el sexo extraño hablar con Andrey. Escuchar sus bromas, hacerlo reír, lo extraño a él. Después de todo, también era mi amigo. 

Igualmente no tendría porque afectarme el que tenga una hija con su ex, si solo somos amigos con derechos. Nada de sentimientos ni afecto. Reaccione mal, le di más importancia de la necesaria a la situación y nos peleamos. Admito que en parte fue mi culpa, pero hey, estoy intentando solucionar mi error. 

Lo haré, mañana le pediré perdón y recuperaré mi paz mental. Y mi placer también. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

–¿Este no es el profesor sexy que les da clases? – Abro los ojos de golpe, enderezándome y viendo lo que la pelinegra nos muestra. 

Es la portada de una revista. Al ver la fotografía en ella, me acerco cautelosa para cerciorarme de estar viendo bien. Y para mi desgracia sí lo estoy haciendo. El hueco que sentí en el pecho la última vez al enterarme de que Andrey tenía una hija vuelve a aparecerse, pero está vez es insoportable. Con las manos temblorosas se la quito a mi amiga, sintiendo la respiración pesada y los ojos ardiéndome. 

Mi Ilegal Adicción +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora