CAPÍTULO 29

72.5K 4.6K 1.9K
                                    


Me miro las manos, desconcertada. El corazón me está latiendo tan rápido, que siento que lo voy a vomitar. Tengo la piel erizada, y estoy sudando como un maldito cerdo. La respiración me tiembla de tan solo recordar lo que soñé.

Tuve un sueño un tanto... apasionado. Y como ya se imaginarán, el protagonista fue mi profesor. Ese imbécil salió de mi vida sexual, pero no de mi mente. Genial.

La humedad entre mis piernas es molesta, y el recordar ese sueño no ayuda mucho con la situación.

Estoy al borde del abismo desde que dejamos de follar. Ahora que lo pienso, ¿cuándo fue la última vez que tuve relaciones sexuales? Veamos, hace dos meses que paso nuestra discusión, pero dos semanas antes de eso fue la ultima vez que nos acostamos. Un mes y medio, creo.

Wow, se siente como una eternidad. Antes podía durar hasta un año sin sexo, ahora no puedo durar ni dos meses. He perdido la cordura, el ya no sentir a ese sujeto tocándome me está volviendo loca.

Necesito recuperar mi mente sana, no puedo seguir así. ¿En qué me he convertido?, ¿qué mierda soy ahora? Ya no puedo ver ni hacer nada sin pensar en el profesor Kuznet desnudo y una cama.

Tengo que hacer algo para acabar con este deseo de una vez por todas. Ese hombre me atormenta hasta en mis sueños. Sin mencionar que cada vez que lo veo, la lujuria se apodera de mí, e imagino cosas no muy decentes.

Su mirada oscura y odiosa hacia mí solo aumenta mi necesidad de sentirlo dentro. He llegado al punto masoquista supremo, en el que me gusta estar cerca de él aunque lo odie, y el me odie a mí.

Mierda, ¿no se supone que debería de quererlo lejos después de nuestra pelea? Porque estoy teniendo todos los efectos contrarios. Necesito ayuda profesional.

Me remuevo sobre la cama, inquieta. Las fotografías que adornan la habitación de Matt son una distracción, o algo así.

No, no me acosté con él, si eso es lo que piensan. Ayer ambos estuvimos hasta tarde viendo películas, y me quedé a dormir aquí. Mi amigo se quedó en la habitación de invitados para darme mi espacio, lo que le agradezco profundamente después de haber soñado tal incoherencia.

Matty se ha portado muy bien conmigo estos últimos meses después de haber tenido aquella charla conmigo. Es el único que me ha podido distraer de mis pensamientos perversos. Al contrario de mis amigas, que a todas horas dicen y hacen cosas sin pudor alguno.

Y cuando estoy sola todo empeora, como ahora, que voy a estallar de tanta obscenidad. Esto es mucho para mí, tengo que encontrar manera alguna de sustituir el placer que esa bestia me daba.

Mi mano viaja por sí sola a la orilla de mi ropa interior, haciéndome soltar un suspiro. Quizás está sea la mejor opción por ahora, pero ¿aquí? Es decir, creo que debería de respetar la cama de Matt.

No ensucies nada y ya, no se dará cuenta.

No debería de hacerle caso a tus consejos, siempre me haces tomar malas decisiones. Aunque, solo por está vez podría...

Rozo con mis dedos mi entrada, jadeando. Soy una maldita morbosa, qué asco doy. Pero lo necesito, tendré cuidado.

Meto un dedo, temblando, y...

–¿Aretha? – Escucho la voz de Matt afuera, sacando la mano al instante – ¿Ya estás despierta?

Carajo.

Te tardaste mucho.

Mi conciencia me da miedo, a veces.

–Si, pasa. – Me cubro con la manta, rápidamente.

Mi Ilegal Adicción +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora