CAPÍTULO 32

68.1K 4.9K 2.5K
                                    


Andrey 

Me refresco la cara por última vez antes de ir al salón de clases. Siento los ojos pesados, mis ojeras son enormes y tengo que arrastrar los pies al caminar. Parezco un maldito adolescente drogadicto. Incluso los mocosos se burlaron de mi aspecto hace unos días. Incluyendo a mi hija, que me pregunto si yo era un zombie. 

Y todo gracias a esa cría insoportable. Desde aquella noche en la que me di cuenta que mi estado físico y emocional dependían de ella, no he vuelto a dormir. Esto es una puta pesadilla que me tortura y hace de mi vida una mierda. Ya ni siquiera puedo comer sin pensar en ella. Estoy perdido.

La necesito, necesito sentirla, escucharla y besarla otra vez. No sé si estoy enamorado, y realmente eso ya no me importa. Ahora solo quiero tenerla conmigo, porque es mía. Mi orgullo es pisoteado por mi cada vez que lo digo,  pero eso tampoco me importa.

 Ahora soy un miserable sin dignidad, ni ego, ni mucho menos estabilidad emocional. Si antes era bipolar, ahora soy un huracán de emociones negativas sin remedio ni control. He terminado con todos los muebles, cubiertos, trastes y adornos que solían estar en mi casa. Me volví loco, demente, chiflado. 

No sé como controlarme, porque nunca me había pasado esto. Siempre tuve todo bajo control, mi vida era la definición perfecta para la palabra orden. Tenía miles de títulos, dos trabajos, una enorme casa, una hija y me iba a casar. Pero llego ella. Llego Aretha, y volteó mi vida de cabeza, la desordeno y volvió un catástrofe. Acabo con todo lo que era, acabo conmigo. 

Doy pena ajena al no saber cómo manejar mi vida, ni mis emociones, ni siquiera mi persona. Parezco un niñato principiante e inmaduro, correteando a la chica que le gusta. 

–¿Y ustedes qué mierda ven?, ¡a sus salones! – Me desquito con unos alumnos de primer grado que me estaban mirando. 

Ahora mi mejor terapia es esa, gritarle a todo el que se me atraviesa. Y me ha servido un poco, la recomiendo bastante.

Al entrar al salón, veo a todos amontonados atrás, gritando y riendo. No se dan cuenta de que estoy aquí y eso empeora mi mañana. He perdido también mi respeto como maestro. Definitivamente, soy un fracaso en la vida. 

–¡Todos a sus lugares en menos de cinco segundos, o juro por sus mamás que se van a joder a otro lado! – Grito tan alto que termino aturdiéndome yo mismo. 

Dan un salto, asustados, y obedecen corriendo a sus lugares. Entonces me doy cuenta de porque el alboroto. Queda a la vista la desgraciada y responsable de mi aspecto y problemas. Tiene un gorrito en la cabeza, un globo en la boca y un pastel en las manos. Y después de contemplarla por segundos, me doy cuenta de que es su cumpleaños. 

La cría cumple otro año más hoy, y yo no lo sabía. Tampoco es que ella me lo haya dicho antes. Ahora que me doy cuenta, la que hacía preguntas solía ser ella. A mí me preocupaba más follar. 

Sus ojos atraen los míos, poniéndome peor. Se ve más bonita de lo usual, obligándome a recorrerla detalladamente sin discreción alguna. 

–Señorita White, a su lugar. – Ordeno, pero ella está muy ocupada tomándole fotos a la morena.

–Profesor, hoy es el cumpleaños de Aretha. ¿No va a felicitarla? 

Los ojos de los alumnos caen sobre mí, incluyendo los de ella, y  algo me dice que espera algo de mi parte. Su expresiva mirada me lo dice todo. Se ilumina, presionándome por decir algo. Y cuando estoy apunto de hacerlo, al momento en el que abro la boca para decirle un simple "felicitaciones" soy interrumpido. 

Mi Ilegal Adicción +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora