CAPÍTULO 39

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Lo primero que veo al despertar, es a Andrey desnudo con la cara escondida sobre mi cuello. Sí, dije desnudo. Las cosas ayer se pusieron muy emotivas e intensas, y de alguna manera terminamos teniendo lo que mejor nos sale; sexo. 

Aunque está vez se sintió diferente, por así decirlo. Y con miedo confieso, que sentí algo más que placer. Y sobre lo que estoy sintiendo ahora, ni hablar. 

Estoy más confundida que nunca, y empiezo a creer que me da más temor darme cuenta y entender lo que me pasa. Me aterra saber qué en el diagnóstico para mis síntomas salga aquella cosa que he evitado todos estos años; el amor. 

Me costó, y mucho admitir que puede ser una posibilidad. 

Verán, ayer me puse a pensar, ¿alguna vez en mi vida he sentido amor hacía un hombre que no sea mi papá? No, nunca. Pero luego salió aquella chispa que hizo la explosión de pensamientos, y es cuando me di cuenta de que he sentido con Andrey lo que no había sentido con nadie más. ¿Y si aquel sentimiento es... amor?, de tan solo pensarlo me dan ganas de ahogarme en la tina del baño. 

El amor no es solamente un beso o algún abrazo, es una enfermedad. ¿Cómo mierda vas a dejar que tu estabilidad emocional dependa de alguien más?, y aquí vamos de nuevo con que ya pasó varias veces entre Andrey y yo. Como aquella vez que me dijo que no volveríamos a acostarnos, o el momento en el que me enteré de su hija. Mis sentimientos se volvieron un fiasco gracias a él. 

Ayer en la noche, después de toda esa pasión y aquellos pensamientos molestos, llegue a un punto. No sé si estoy enamorada, pero yo también lo quiero. Lo que no logré descifrar fue, ¿de qué manera? Es decir, el cariño que siento por él no es el mismo que siento por Matt. No lo quiero como a un amigo, es algo más fuerte e intenso. 

Me atrevo a bajar la mirada hacia él. Su cabello despeinado, sus pecas, su respiración relajada ¡ah!, maldito ser magníficamente perfecto. Es hermoso, y poderoso también porque aún dormido me tiene ya de piernas abiertas. Disculpen, fui muy explícita. 

El punto aquí es, que yo llegue a preguntarme muchas veces, ¿qué haría si llegará a enamorarme? Y mi respuesta siempre fue, alejarme y dejar de sentir ese virus. 

El problema aquí, es que yo no puedo y no quiero alejarme de él. Ya no soy capaz de imaginarme una vida sin Andrey y sus perversidades. Y aunque me alejará jamás dejaría de sentir lo que siento. Pero qué cursi me he vuelto, alguien ayúdeme.

¿En realidad estoy enamorada?, nah. ¿O sí? 

Ah, mierda ya estoy teniendo calambres cerebrales. Necesito salir de aquí, o voy a colapsar. 

Muevo sin delicadeza alguna el cuerpo de Andrey, igual ese sujeto tiene el sueño pesado. Me levanto de la cama, caminando en puntitas y tomando mi ropa en el proceso. Doy un vistazo al hombre que deje expuesto en la cama, y no miento cuando digo que se me cae la baba. Su marcado abdomen y la notable V me hacen querer lanzarme encima suyo para despertarlo y tener sexo mañanero. ¿Debería?

Me estrello contra la pared, viéndome obligada a quitar la mirada de mi profesor y poner los ojos al frente. Joder, qué buena vista de la que me estoy perdiendo. 

Entro al baño, y los recuerdos de nuestra primera vez juntos se me vienen a la mente. No fue para nada romántico, pero hubo bastante adrenalina y diversión en el asunto. 

No pierdo el tiempo, y empiezo a vestirme antes de que despierte. No sé con que cara lo voy a ver después de ese "te quiero". Es impresionante como dos palabras causaron tantas cosas en mí. 

Me hago una coleta alta, lavo la cara y me cepillo los dientes con las cosas de Andrey. Quizás pueda llegar a molestarle mi fuga, pero ya me inventaré algo. 

Mi Ilegal Adicción +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora