12. No importa

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Kyungsoo estaba trabajando muy concentrado en su computadora cuando Jongin apareció preguntándole si tenía los documentos que habían hecho el día anterior y le pidió una copia. En ese momento, recordó la noche anterior cuando había estado con Kai riéndose a carcajadas por un programa absurdo que habían encontrado en internet. No podía creer que fueran la misma persona. No podía entender cómo es que eran la misma persona.

–Tengo que terminar los textos para los anuncios. Cuando esté listo, puedo ayudarte con los diseños, como me pediste– comentó el mayor de los dos y Jongin asintió distraído.

–Gracias– dijo con sus ojos en varios papeles y se retiró sin darle más atención.

Recordó entonces la cantaleta de Kai y de como debía separarlos, porque no era lo mismo la casa que la oficina. Intentaba entender, intentaba tener la mente abierta y comprender los sentimientos de quien se iba lentamente convirtiendo en su pareja, pero era complicado. No es que estuviera dispuesto a armar una escena en la oficina, pero se sentía sinceramente mal. Una cosa era no ser evidentes y otra ser dejado a un lado de una manera insensible.

Pero la actitud extraña de Jongin fue tal, que hasta la tercera y la cuarta persona en el trabajo se dieron cuenta de que algo andaba mal. Al principio, las cosas habían sido un poco incómodas. Conforme Kyungsoo había hecho esfuerzos para llevarse bien con todos, Jongin parecía tener una actitud cerrada y esquiva. Era hasta triste ver a Kyungsoo seguirlo con la mirada, triste por no ser tomado en cuenta. También, el menor de los cuatro lo dejaba con la palabra en la boca, rara vez mostraba cualquier interés por lo que dijeran los demás y siempre estaba demasiado ocupado o tenía un millón de excusas para dar. Empezó con que los días no le venían bien, por su horario apretado, a directamente decir que no estaba interesado y que quería ir a casa.

La ansiedad y la desesperación que Kyungsoo se esforzaba muchísimo en ocultar era doloroso de mirar, especialmente para los otros dos chicos que se habían encariñado con el muchacho. Parecía sincero y herido y les extrañaba muchísimo que tuviera esas actitudes, especialmente después de lo que habían visto y porque Jongin siempre se había caracterizado por ser una persona dulce y amable.

–¡YA!– Baekhyun atrapó a Jongin mientras Chanyeol y Kyungsoo habían ido a una reunión juntos.

–Me asustaste– se quejó el chico con una mano en el pecho, pero eso no conmovió en lo más mínimo a su compañero.

–¿Qué estás ocultando?

Jongin miró para todas partes y se puso evidentemente nervioso. Baekhyun lo tenía en la palma de su mano, como a todos los demás. Con esas seguridad, continuó con su interrogatorio. Podía ser un poco metiche, pero lo hacía para ayudarlos, ya que ellos solos eran demasiado bobos para solucionar cualquier conflicto.

–N-nada– respondió el atacado el voz baja.

–Encogiéndote así y tartamudeando me hace pensar que mientes.

–No sé de lo que hablas– se justificó el muchacho.

–Mira, no te voy hacer preguntas personales y no te obligaré a contarme absolutamente nada. Pero esto que te voy a decir tiene que ver con nuestro ambiente laboral y nuestro trabajo en grupo. Lo que sea que haya pasado entre ustedes, no me importa y no es de mi incumbencia...

–¿De quién...?

–De Kyungsoo y tú– le interrumpió Baekhyun y luego prosiguió. –Las cosas personales déjalas fuera de la oficina. Si tienen conflictos, resuélvanlo en sus casas, no puedes tener esas actitudes aquí, haciendo que todos nos sintamos incómodos.

–Baek, no sé por qué me dices esto. No he tenido ninguna actitud con Kyungsoo. Si bien tuvimos problemas en el pasado, desde que trabajamos aquí jamás hemos estado en malos términos.

Red (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora