17. El de la buena suerte

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Kyungsoo estaba profundamente dormido, cuando Kai se despertó con la impresión de que estaba en peligro. Desapareció de inmediato y fue hasta el monte Namsan. Era su lugar favorito después de la casa del chico. Estaba lejos y se sentía cómodo ahí. Aparecer en medio de la noche en aquel lugar lo golpeó fuerte, porque hacía algo de frío y él llevaba puesto exclusivamente la ropa de dormir.

No tenía mucha energía para ir a más lugares, pero lo intentó. Finalmente regresó a la casa y cuando sintió las mantas calientes, descubrió por qué los humanos podían sentir fuertes emociones con detalles que parecían, a otros ojos, insignificantes. El calor que el otro chico emanaba era impresionante. No por su intensidad física, sino emocional.

–Estás helado–murmuró semi dormido el dueño de casa y lo abrazó, cubriéndolo mejor, quedándose dormido acurrucado a su lado.

Antes de dormir, Kai le había pedido tiempo, para explicarle bien lo que sucedía y el chico estaba tan cansado, que simplemente aceptó. No sabía que había dejado al otro chico con la gran tarea de explicarle cosas que le iban a parecer absurdas y que lo enojarían, casi con seguridad.

También tenía otro problema. No podía alejar al Jongin real de Kyungsoo, porque trabajaban juntos. Odiaba verlos sonreír, emocionarse cuando hablaban y ponerse nerviosos.

Y, lo peor de todo es que no sabía cómo protegerlo. Era la única leyenda que faltaba de copiar y buscarían cualquier manera de obtenerlo. A su favor, estaba la información que había recibido. Si llegaban a llamar demasiado la atención, bastaba con despertar o alertar a sus protectores para que todo empezara de nuevo e hicieran cualquier cosa para defenderlos.

Pero esa era la táctica final, el recurso que usaría en caso de que todo saliera mal. También pensó en la posibilidad de cambiar papeles con el verdadero Jongin. Buscar la manera de suplantarlo para enviarlo a él y poder quedarse, pero sabía que era una fantasía sin sentido. No sabe de lo que serían capaces, de lado y lado, de hacer si una leyenda original terminaba permanentemente secuestrada en ese lugar. No quería ni imaginarlo.

–¿No puedes dormir?– murmuró Kyungsoo, sorprendiéndolo.

–Tengo frío

–Entonces abrázame.

***

Jongin notó que Kyungsoo estaba esquivo. Se portó de manera muy amable, agradeció muchísimas veces la preocupación de todos sus amigos, pero no lo miró a los ojos. Se escudó en las incansables preguntas que le hacían Baekhyun y Chanyeol, además de todo el trabajo supuestamente acumulado, para no hablar con él.

¿Había hecho algo mal? ¿Se había mostrado demasiado ansioso? ¿Había dado demasiados pasos y lo había asustado? Kyungsoo parecía tan dispuesto a avanzar, ¿por qué en ese momento se estaba arrepintiendo? No quería mostrarse ansioso y desesperado, pero en el fondo sabía que estaba un poco ansioso y desesperado. Lo mejor era mantener la calma. Hablar con él cuando fuera pertinente, buscar una manera en la que no se sintiera incómodo y que todo resultara maduro, adulto y...

Kyungsoo hablaba por teléfono casi a escondidas, parecía susurrar, como si estuviera preocupado por algo. Jongin sintió una curiosidad basada en los celos. ¿Hablaba con Kai? La última vez que estaba enfermo, fue lo mismo. Siempre estaba con alguien. Si estaba en una relación, ¿por qué lo había besado? ¡Dos veces! Necesitaba respuestas. No podría seguir con sus intensiones de invitarlo a salir si no dejaba las cosas bien claras.

–No es el momento para berrinches. Debes descansar y recuperarte y yo tengo que trabajar. No vas a venir, ¿no te he dado suficientes razones? Escucha bien... ¡Jongin!

Red (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora