Epílogo

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Cuando Jongin despertó, pensó que todavía seguía dormido. Habían muchas versiones de sí mismo a su alrededor. Parecía una colección de Jongins, todos con un aspecto distinto, incluso si era su mismo rostro, los demás tenían algo que les diferenciaba. No lograba entender cómo lo sabía, pero estaba seguro de que podía ver algo particular en cada uno.

Estaba recostado, se incorporó y logró ver a Kai. Podía reconocerlo porque su cabello se había hecho verde otra vez y por la ropa extraña que llevaba, se distinguía con facilidad. Había otro con ropa oscura y cabello verde también, pero ese no tenía cara de ser el Kai que había conocido.

Cuando se acercó, se dio cuenta que también estaba despierto y eso, de alguna forma, lo calmó un poco. Ser el único consciente en ese mundo oscuro, extraño y lleno de copias empezaba a atemorizarlo y ponerlo ansioso. Caminó con cuidado y tocó el hombro del clon, intentando hacer que reaccione. Los ojos celestes se abrieron y lo miraron directamente.

–¿Qué haces despierto?– preguntó sorprendido el muchacho.

–¿Dónde estamos?– exigió saber Jongin.

–No tengo idea. He intentando buscar una salida o ir a otro lado, pero es imposible. Lo único que sé es que estamos aquí.

–¿Qué es todo esto? ¿Más copias? ¿Para eso me tienen aquí, para hacer cientos de versiones mías?

–No– Kai parecía sincero, no era hora de bromear o mentir. –Estos no son clones, los clones nos vemos distintos.

–Hay otro de pelo verde– señaló el chico hacia el lugar donde esa versión de Jongin parecía dormir.

–Son los ojos. Ese sólo es otro tú, de los tantos.

–Entonces, ¿qué se supone que son? ¿cuál es la diferencia contigo?

Jongin parecía confundido. Miró a su alrededor y sólo pudo ver más y más versiones suyas. Peinados distintos, ropas de diferentes épocas, a veces más jóvenes, a veces más adultos, a veces parecían saludables, en otras ocasiones enfermos. ¿Qué clase de colección enfermiza era esa?

–Yo soy una copia de ti, peor los demás son originales por sí mismos. Sé que tienes muchas preguntas, pero no tengo muchas respuestas– advirtió Kai con una expresión desolada.

–¿Acaso tiene algo de sentido lo que acabas de decir? ¿Cómo pueden haber varios originales?

–Sé que no tiene mucho sentido para ti ahora, tampoco comprendo bien lo que pasa. Si llegas a regresar y, espero que todo vuelva a la normalidad, no tendrás que lidiar con todo esto.

–¿Estoy dormido o algo?– quiso saber Jongin.

–No exactamente.

Ambos se quedaron en silencio. Lleno de curiosidad, el joven muchacho se paseó por aquel extraño lugar, observando a todas esas personas que parecían dormir plácidamente a pesar de que estaban en posición vertical, uno al lado de otro. Un pensamiento invadió su mente y regresó donde su clon para interrogarlo.

–¿Por qué le hiciste eso a Kyungsoo? No importa cuánto lo piense, lo confundiste y le causaste muchos problemas. Le mentiste y lo alejaste de mí, dices preocuparte por él pero fuiste quien le hizo mucho daño.

–Yo tenía una misión, pero no la completé por tu culpa– fue la respuesta de Kai y el muchacho se indignó.

–¿Mi culpa? ¿Cómo es eso mi culpa?

–Debiste contestar el maldito teléfono– masculló Kai. –Mira, soy esencialmente tú. Es decir, como una copia que hicieron para poder controlarte o remplazarte de ser necesario. El problema es que en el mismo momento que me dieron una consciencia en tu cuerpo, me convertí en ti. Soy una versión diferente, pero sigo siendo tú de todas formas.

Red (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora