Tachar de la lista: Evitar a Equidna, listo

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El movimiento de Annabeth entre mis brazos me molestaba, había olvidado que ella está acostumbrada a levantarse temprano, pero yo quería seguir durmiendo así que la apreté un poco más.

Suéltame — me exigió Annabeth

No

—Percy— renegó

Tú te metiste en mi cama así que te aguantas— no tuve la necesidad de abrir los ojos para saber que se había sonrojado

Ni siquiera sé porque lo hice— susurro, pero se quedó quieta, mientras yo enteraba mi rostro en su cabello, me impresionaba la confianza que me otorgaba Annabeth, pensé que recibiría un golpe, ella está más tranquila de lo que recuerdo.

No estaría mal aprovechar de esto ¿Verdad?

Vale —me dijo Annabeth como aceptando que no saldría del colchón hasta que yo lo decidiera, o hasta que ella se canse de estar recostada—¿Quién quiere tu ayuda?

—¿Perdona? — mi voz se amortiguo en su cabello

—Hace un momento, cuando estabas durmiendo, murmurabas «No voy a ayudarte». ¿Con quién soñabas?

Suspire, debí saber que su curiosidad no podría detenerla, le conté mis sueños, claro solo los que implicaban a Cronos—No parece que se trate de Hades —dijo por fin—. Siempre aparece encima de un trono negro, y nunca ríe.

Me ofreció a mi madre a cambio.

Percy ¿Quién es nuestro verdadero enemigo?

¿Cómo voy a saberlo? — mala respuesta, cerebro despierta.

Annabeth se dio la vuelta — Sé que lo sabes, pero no quieres decirlo — entrecerró los ojos — más bien no puedes decirlo

Ya no podía soportarlo, o más bien ya no quería seguir ocultándole cosas, pero no podía dejar de lado la advertencia de las Moiras tan fácilmente. Me coloque sobre ella ignorando el sonrojo de su cara y su tartamudeo, y me acerque hacia su oído.

"Κρόνος" le susurre el nombre griego de Cronos en el oído, su cuerpo se tensó completamente. Desde luego no todos los días te enteras que un titán que prácticamente lleva sellado por eones en las profundidades del Tártaro, intenta volver y comenzar nuevamente la Titanomaquia.

Hubiera preferido que Hades sea el verdadero enemigo— esta vez no pude contener una sonrisa burlona

No le tienes ningún aprecio al Señor de los Muertos

—Humm...—Se sacó su collar y me mostró una cuenta blanca pintada con la imagen de un pino, uno de sus premios por concluir un nuevo verano. —Ni un poco— sin más se levantó.

Oye —proteste

Tengo hambre

Intente cogerla del brazo, pero fue más rápida que yo— Mala

Aja —dijo mientras se ponía las zapatillas

De mala gana también me levante — ¿Dónde están mis zapatos? — busque bajo la cama y las encontré al fondo.

Cuando termine, Annabeth ya no estaba, no pude evitar que se formara una mueca de decepción en mi cara. Grover aún seguía dormido y me dio pena despertarlo, al menos él podía dormir tranquilamente.

Camine hacia el comedor, Annabeth estaba comiendo una manzana y me ofreció otra, dejemos la tradición de la manzana para otro día. El silencio era incómodo.

Nuevo comienzo (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora