En mis tiempos...

1.1K 146 27
                                    

Por alguna razón, las caminatas al hospital nunca las pudo considerar largas.

Quizás el hecho de que se encontraría nuevamente con su amada lo ayudaba con eso, pero, ¿por qué nuevamente está caminando en esa dirección?

El último recuerdo que tenía Izuku es dejándose caer con el cuchillo en el pecho, si ese es el caso, ¿por qué está nuevamente en esta ciudad?, ¿acaso todo fue un sueño?




Izuku camino nuevamente por aquella gran ciudad, por alguna razón que desconoce estaba en el ¿pasado?, no es algo lógico, pero no le molestaba.

Las calles se sentían diferente, Izuku no sabía con exactitud el porqué se sentía así al mirar en a los alrededores. Estaba en dirección al hospital, quería confirmar si todo fue un sueño, si aquella joven sigue aquí.



Se acercó a una florería. Si la vería nuevamente, tenía que estar bien presentado. 

Le habló a la florista, pero por más que Izuku hablará no lo escuchaba. Se dispuso a tocarle el hombro, quizás estaba perdida en sus pensamientos.

Para su sorpresa lo único que pudo hacer con su hombro fue atravesarlo, ¿su mano se hizo intangible?, hasta donde recordaba él no podía hacer eso.

Salió de la florería y se dispuso a caminar por las calles. En su ruta no pudo evitar su curiosidad y empujo a alguien más. Realmente solo lo atravesó, pero sus intenciones eran poder empujarlo, quería confirmar su existencia.

Nadie lo veía, quiso cambiar de ruta, quizás en otra calle podría tener otra suerte, pero ¿las calles estaban bloqueadas por un muro invisible?, ¿por qué otras personas podían cruzarlo tan naturalmente?

Solo pudo seguir su ruta habitual.




Entró al hospital, aquel hospital en el que pasó tanto tiempo, tantas emociones...aquel hospital en el que perdió todo...

Como siempre, los pasillos tenían un aire frío y deprimente, pero eso no interferiría en su misión. Camino lentamente hasta la habitación, aún nadie podía verlo, ¿que le hacía pensar que ella podría verlo?



Entró a la habitación, se veía como siempre, solo que ella no estaba ahí. En su lugar encontró a un anciano de una larga barba blanca.

El anciano tenía su vista dirigida a la pared, pero cuando Izuku quiso salir de la habitación el anciano lo llamó.


Anciano:¿Acaso crees que no te vi?

Izuku:¿Puede verme?/sorprendido/

Anciano: Qué mierda de pregunta. Puedo estar viejo pero no estoy ciego, niño idiota.

Izuku: Si no le molesta, me retiraré del lugar.

Anciano: Que niño tan raro, ven y siéntate, estoy aburrido.

Izuku: Pero yo...

Anciano: Pero nada, entraste a mi habitación, por lo que puedes quedarte a hablar unos minutos.

Izuku: Pero yo estoy buscando a alguien...

Anciano: ¡Ya sé!, me puedes hablar acerca de la persona que buscas. Creo que puede ser una buena historia.

EL HÉROE SUICIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora