Abro mis ojos y miro a mi alrededor. La puerta era la misma que antes me cerraron en la cara, así que debo de estar en el mismo lugar. Observo todo, es otra habitación, pero muy distinta a la otra, no tiene ventanas, ni cuadros, ni un sofá. La luz es mucho más tenue y las paredes están mucho más limpias. Veo que al lado de mi cama hay una silla metálica y una pequeña mesita de noche muy antigua.
Intento levantarme cuando me percato de algo, estoy amarrada a la cama. No puedo soltarme, no tengo fuerzas, estoy muy cansada. Las cintas que rodean mi cuerpo rozan mis quemaduras y el dolor toma mi cuerpo. Grito mientras sollozo, y en un momento mi garganta se seca y no me sale la voz de ella. Al final me riendo y mis lágrimas caen por las mejillas.
Veo que el pomo de la puerta se está girando, Anné entra en mi habitación y cierra la puerta con llave. Observo como mete la llave en el bolsillo del pantalón.
-Hola.-me dice Anné mientras se sienta en la silla.
- Hola.-le digo mientras intento que mi voz vuelva a sonar como antes.
-Vaya, me parece muy feo que trates así a tus amigos que vienen a visitarte y pasar contigo todo el día.-me dice cada vez subiendo más el tono- Soy la única que se ha atrevido a entrar.
-¿Cómo os he tratado?
-¿No te acuerdas? Pues a tu madre no le hiciste mucho daño, solo le pegaste un empujón y tuvo suerte de caer encima de la cama. Pero a Johnny, Edi, Magi y a mí nos pegaste y nos tiraste al suelo del pasillo.-me dice mientras veo que se acaricia el brazo, tiene un moratón- Tienes una fuerza interior o algo extraño ahí adentro, eh.
- Lo siento. Os prometó que no estaba consciente, solo me acuerdo que me choque con ustedes y me encerrasteis aquí.
-Chica, este chico te está volviendo loca de nuevo. No entiendo para que ha vuelto, solo esta trayéndonos problemas.-me dice levantándose de la silla.
-¿Dondé está?
-Está bien, lo hemos salvado.
-¿Salvado?¿De quién?¿Dondé estaba?-digo gritando e intentando incorporarme-¿Qué le han hecho?
-Cate, necesitamos tu ayuda. ETHL.
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La Elegida
Science FictionDos palabras que ahora le dan nombre: La Elegida. Una realidad que se convirtió en mentira: Su vida. Un nombre que puede condenarla: Catherine Slyon. Soy Catherine Slyon, vivía en Regiwick antes de que la realidad saliera a la luz, antes de salir de...