La ropa oscura se ajusta a mí como si fuera una segunda piel. Los pantalones se pegan a mis cortas piernas al igual que la camiseta a mis brazos. Me recojo el pelo en una cola alta y me hato los cordones de unas botas negras que me llegan por debajo de las rodillas. Observo una vez más el reflejo en el espejo del probador de la vieja tienda que se encuentra en este antiguo centro comercial. Ryden me contó que este centro comercial fue abandonado con la aparición de El Círculo. La gente comenzó a vivir cerca del centro de la ciudad y olvidaron sitios como este. Los dueños de los negocios decidieron abandonar todo los objetos y prendan que en ellos se encontraban ya que según dicen todos, lo anterior a la aparición de El Círculo es antiguo y forma parte del pasado.
Salgo fuera del mugriento probador y busco a Ryden por toda la tienda. Finalmente lo encuentro en la entrada de la tienda, apoyado en la puerta mientras sus brazos están cruzados. Cuando me mira se retira de la entrada y se adentra en la tienda. Sus ojos se dirigen a todas las partes de mi cuerpo vestido con la ajustada ropa oscura.
-Te queda genial Catherine...-dice casi en un susurro sin poder apartar sus ojos de mi cuerpo-. Enserio, pareces una auténtica Viper, estás impresionante.
-Gracias-digo mientras noto que el calor comienza a aumentar en mis pálidas mejillas-, pero es imposible moverse con esto tan pegado a mi cuerpo. ¿Cómo entrenaremos así?
Una sonrisa se dibuja en su rostro mientras no deja de observar mi cuerpo. Tengo el impulso de tapar parte de mi cuerpo con mis brazos y agachar la cabeza, pero su voz me lo impide.
-Así que es la primera vez que te vistes con ropa ajustada...-ríe dulcemente y una sonrisa pícara aparece en sus hermosos labios-. Créeme si te hubieras puesto ese pantalón negro antes, muchos habrían estado encantados de protegerte de los Vipers para acabar quitándote los.
Sin poder evitarlo, agacho la cabeza y miro hacia mis pies mientras escucho la risa de Ryden. La hermosa y sensual risa de Ryden.
Siento la mano de Ryden agarrando mi mano derecha y entrelazando los dedos rápidamente mientras su risa no cesa y se queda grabada en mi mente para el resto de mi vida.
-Vamos niña avergonzada con ropa ajustada, aún nos quedan cosas que añadir a tu vestuario-dice Ryden dulcemente mientras aprieta un poco mi mano.
Levanto mi cabeza y comenzamos a andar a paso ligero por el viejo centro comercial con nuestras manos aún entrelazadas. Entramos en un pequeño supermercado y nos movemos a través de los diferentes congeladores vacíos.
-¿Se llevaron la comida de aquí antes de abandonarlo?- le pregunto a Ryden mientras observo como ni un alimento adorna las estanterías.
-No-contesta Ryden mirando me a los ojos-. Me la lleve yo y la repartí a personas con dificultades económicas que fueron expulsados por mi padre de la ciudad por no poder afrontar la mudanza a los alrededores de El Círculo. Nadie sabe de este lugar, todo el mundo se ha olvidado de él.
-Vaya Ryden, ¿nunca has pensado en lo que pasará si alguien se entera de lo que haces?-le pregunto, asombrada.
Ryden me mira y se detiene. Pasa sus manos por su pelo y mira al techo mientras un suspiro sale de su boca. Un suspiro de desesperación y tranquilidad a la vez.
-Ya me da igual todo Catherine-dice con voz temblorosa-. He hecho tantas cosas que me matarán de todos modos sin importar que sea hijo del gran Connor Galan. Prefiero morir a tener que gobernar aquí, rodeado de tantas mentiras y sufrimiento. Por hacer algo más, no pueden llegar a más. Me torturarán, me maltratarán, me secuestrarán, me encerrarán y después de eso quizás me matan o me dejan con vida para que siga sufriendo en esta maldita vida que el destino a puesto en mi camino. ¿Qué más da morir cuando tu futura vida va a ser peor que la pasada? Aquí no tienen corazón. Si tienen que matar a un anciano lo hacen, si tienen que matar a un recién nacido lo hacen. ¿Quién quiere ser un monstruo en el futuro? Yo no. Que me maten, prefiero morir a ser un mierda.
Agacha la cabeza y rápidamente mis brazos rodean su cuello. Nos fundimos en un cálido abrazo con mi cabeza apoyada en su pecho y su barbilla en mi hombro. Lo oigo sollozar y mi corazón se rompe en dos trozos. Ryden, el hijo fuerte y duro del gran Connor, llorando entre mis brazos. Pero los más débiles son los que aparentan ser fuertes, los que tienen el corazón hecho trizas y los que intentan esconder sus miedos a los demás con su aparente seguridad cuando realmente esconden sus miedos de ellos mismos. Lo abrazo más fuerte aún y sus lágrimas mojan mi camiseta.
-Ryden no vas a ser un mierda, ¿me oyes? Eres una de las mejores personas que he conocido en mi vida y nada ni nadie van a cambiarte. Si alguna vez tienes que gobernar este maldito sitio tu lo cambiarás y te aseguro que muchísimas personas te apoyarán porque eres un chico increíble. Cualquiera estaría dispuesto a que lo gobernaras. Ningún gilipollas de aquí merece tus lágrimas. Nadie Ryden, nadie va a conseguir cambiarte-le digo limpiando sus lágrimas mientras llora como un niño.
Me mira a los ojos, le sonrió a pesar de no poder verlo así y con mi alma rota. Para de llorar y me sonríe con una sonrisa triste.
-Vamos, tengo que sacarte fuera de la muralla antes de que te hagan daño-dice Ryden agarrando de nuevo mi mano con delicadeza.
Empezamos a andar de nuevo pero me detengo, haciendo que Ryden también lo haga y me mira con cara de asombro.
-Catherine, tenemos que irnos. Mi padre te encontrará-dice mirándome fijamente-. Catherine, este siempre ha sido mi plan, sacarte de aquí y que vuelvas. No quiero que Connor te dañe como me dañará a mí.
-No Ryden, no me iré.
-Joder Catherine tenemos qu...
-No Ryden, no me iré-digo interrumpiéndolo-. Me da igual que tu padre me dañe, yo tampoco tengo miedo de morir. Y créeme, por mucho que tu padre sea Connor Galan no dejará que te maten porque te quiere al igual que cualquier persona que te conozca y...
-¡No Catherine! ¡Deja de engañarte de una maldita vez!-dice alejándose de mí-. ¡Deja de vivir en tu mundo de color de rosa! ¡Si mi padre me quisiera yo no estaría aquí encerrando, haciendo algo que odio! ¡Estaría fuera, estudiando y cumpliendo mi sueño! ¡Eres una niña, no entiendes nada de la vida!
-¡No vivo en un mundo de rosas Ryden! ¡Se lo que es vivir en una mentira, que estés sola y tu no lo estás! ¡Estás rodeado de gente y chicas que te quieren!-digo gritando de la misma forma que él.
-¡Chicas que solo me quieren para que las lleve a la cama! ¡Nadie me quiere, nadie joder! ¡Estoy cansado de tus gilipolleces y de ti!-dice gritando aún más y mi corazón se vuelve a hacer trizas.
Empiezo a sentir unas ganas inmensas de llorar y un nudo se forma en mi garganta. Lágrimas comienzan a salir de mis ojos y a deslizarse por mis mejillas.
-¿Sabes qué Ryden?-digo con la voz entrecortada por las lágrimas-. Te aseguro que ahora mismo te has quedado sin nadie que te quiera.
Me doy la vuelta y comienzo a andar hacia la entrada del supermercado mientras las lágrimas nublan mi vista cuando siento una mano agarrar mi brazo. Me doy la vuelta y veo los hermosos ojos de Ryden. Intento zafarme de él pero rápidamente tira de mí y pega mi pecho con el suyo. Sus ojos se dirigen a mis labios, lentamente se acerca a mí hasta que nuestros labios se acarician y nos fundimos en un apasionado beso.
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La Elegida
Science FictionDos palabras que ahora le dan nombre: La Elegida. Una realidad que se convirtió en mentira: Su vida. Un nombre que puede condenarla: Catherine Slyon. Soy Catherine Slyon, vivía en Regiwick antes de que la realidad saliera a la luz, antes de salir de...