-¡Pero que haces, Grace!-dijo Ryden agarrando a la chica del brazo para llevarla lejos de mí.
Mi espalda ardía por el frío hielo del duro suelo, creando en mi un tremendo dolor. Me dolía todo el cuerpo, ni siquiera podía levantarme.
-¡Qué haces tu, Ryden!-dijo la chica, llamada Grace, alterada.
Los dos volvían a ignorarme, mientras poco a poco me incorporaba soportando el dolor, siendo fuerte ante el, como muchas veces había hecho. Me puse en pie lentamente y sacudí con mis manos mis pantalones. Andé poco a poco. Cada paso era más doloroso que el anterior. Fue un empujón con una mala caída.
-¿Qué hace ella aquí?-gritó Grace alterda, sin apartar la vista de Ryden.
Me acerqué a las escaleras del viejo porche y las subí con un ritmo lento. Grace me miró. Me coloque en frente de ella y estiré rápidamente mis brazos, haciendo que entré en la casa por el empujón que le dí. Ella levantó su brazo para golpearme pero lo esquivé y lo agarré, estirando ahora mi pierna para darle un fuerte golpe en el estómago. Grace cayó encima de una mesa, tirando todos los cuadros que había en ella.
-¡Parar! ¡Os vais a hacer daño!-gritó Ryden, acercándose a nosotras.
Me di la vuelta, mientras respiraba agitadamente. Le miré, quería que parará, que dejará este absurdo juego, que me tranquilizara. Y eso hice, hasta que sentí un fuerte dolor en mi espalda, provocado seguro por un fuerte golpe.
-¡Catherine!-gritó Ryden, nervioso y acercándose más a nosotras.
Me giré rápidamente y vi como el puño de Grace impactaba en mi labio, que comenzó a sangar al igual que su ceja. Su puño se dirigía a mi ojo cuando sentí la mano de Ryden en mi brazo, para llevarme detrás de él. Paró a Grace, agarrando su muñeca.
-¡Para de una vez, Grace!-gritó Ryden.
-¡Suéltame!-dijo Grace, intentando zafarse de él.
Todo se quedó en silencio y solo se podía escuchar nuestras agitadas respiraciones. La ceja de Grace sangraba al igual que mi labio, sin parar. Grace estaba sudando y mordía su lengua con sus dientes mientras me miraba con rencor, con odio. Se dibujo una maliciosa sonrisa en sus comisuras. Ryden aún la agarraba.
-Ryden, ¿otra de tus nuevas abquisiciones?-dijo Grace, pícaramente-. Otra de tu lista , ¿en?
¿Lista? ¿Ryden tenía una lista de las personas con las que había salido? ¿O se refería a otra lista?
-Grace, te recuerdo que tu estuviste en esa supuesta "lista"-señaló Ryden, con enfado.
Había salido de esa habitación tan siquiera una hora y ya me había enfrentado a dos exnovias de Ryden. ¿A cuántas me enfrentaría a lo largo del día?
-Das pena.-me dijo Grace riéndo como una loca.
-Grace, ¡déjala de una vez! ¡No me hagas enfadar más!-gritó Ryden.
Ryden la miraba con furia.
-Ryden, déjala. Vámonos-dije, poniendo mi mano lentamente encima de su hombro.
-Se hace la buena la mosquita muerta-dijo Grace.
La ignoré y miré a Ryden, asintió y la soltó.
-Te consideraba mi amiga Grace, pero veo que no-dijo Ryden, decepcionado-. Ella no tiene culpa de nada, Grace. Ni siquiera sabe que está ocurriendo aquí. Venía para pedirte ayuda, pero veo que no se puede contar contigo.
Ryden me coje de la mano y me lleva lentamente hacia el porche de la antigua casa.
-Ryden, espera-dijo Grace casi en su susurro-. ¿Ella no sabe nada?
-Bueno...
-No, no sé nada-interrumpí a Ryden-. Me enteré hace días de que algo en mí no era normal, y después me entere de que quieren acabar conmigo por ser diferente.
-Pero...¿Cómo llegaste aquí?-pregunta Grace.
-Me escapé de casa. Allí me dijeron que...me protegían de algo. No me dijeron de que. Así que me fui y llegué hasta la carretera. Intenté subir a algún coche y justamente era en el que iba Ryden-paré para coger aire y continué-. Me secuestraron, por decirlo así. Después me desperté en una habitación y vino Connor ha contarme esa historia, mi historia. Y...me escapé de la habitación, me encontré con Ryden y me sacó de allí.
-Oye Catherine, siento haberte secuestra...
-Ryden, ya lo hemos hablado-dije-. Deja de culparte.
Grace me mira.
-No puedo llevarla a mi casa, Grace. Mi padre va mucho por allí-dice Ryden acercándose a Grace-. Quería que se quedara aquí contigo. Eres la única en la que confío en este maldito sitio. Necesito tu ayuda.
Grace supira y mira a Ryden. Baja la mirada al suelo y cruza los brazos delante de su pecho.
-Vendré todos los días y me la llevaré a las afueras de aquí, solo tendrá que estar aquí por la noche-dijo Ryden mirándola-. Sé que la puedes cuidar. Te lo recompensaré...
-Ryden, no hace falta que me compenses. Lo haré, pero aquí viene la guardia a menudo a vijilarme y...
-Tranquila-le interrumpe Ryden-, yo me ocuparé de eso.
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La Elegida
Science FictionDos palabras que ahora le dan nombre: La Elegida. Una realidad que se convirtió en mentira: Su vida. Un nombre que puede condenarla: Catherine Slyon. Soy Catherine Slyon, vivía en Regiwick antes de que la realidad saliera a la luz, antes de salir de...