Capitulo 13

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Dos días antes para la boda de Stephen y Tony, se había planeado celebrar una fiesta en el complejo, dónde los amigos de ambos y sus más allegados se presentarán para hacer como un estilo despedida de solteros, pero en conjunto, dado a que Loki dijo que no era una buena idea separarlos unos pocos días antes de la unión, ya que su mal humor se desataría, y que él no quería soportar un humor de mierda y posterior a eso, una reconciliación de toda la noche, ya que debía descansar correctamente para comenzar a practicar lo que debía hacer el día de la boda.

Los invitados comenzaron a llegar de forma temprana, siendo la mayoría aliados y compañeros con los que habían luchado codo a codo en batallas en común. Pepper y su esposo fueron los primeros en llegar, felicitando a la pareja de inmediato. Media hora después, llegó Christine, quién se lució con un hermoso y entallado vestido rojo que sin duda resaltaba entre todas las mujeres que había en el sitio, a su lado llegó Taylor, su despistado novio, quien no entendía cómo su pareja hablaba con tanta familiaridad con todos, y porqué la mayoría de los superhéroes presentes, que para él eran intimidantes y gloriosos, veían con tanto respeto, incluso temor, a su ex colega, un simple medico, que a decir verdad, lucía más amable que en otras ocasiones en las que le había tocado compartir espacio con él Strange. 

La presencia del fiel acompañante de Stephen se hizo presente junto a la de los dioses nórdicos y él inquieto e hiperactivo adolescente, quién hablaba con todos de forma animada; acaparando y aligerando el ambiente con su manera tan risueña de ser, dando a que la fiesta iniciara sin muchos inconvenientes y con un humor muy fluido.

La noche comenzó a caer y algunos cuantos invitados ya se habían marchado a esos de las diez, excusándose que con algunas personas no tienen de prometido a un millonario que los pueda mantener de por vida, a comparación de Stephen quien no tenía necesidad de levantar ni un solo dedo para que nada le faltara. Al sujeto le divertían profundamente esos comentarios, afirmando que era verdad.

—Tony—llamó la voz de Steve al ingeniero, quien se había alejado un poco de su pareja para ahora hablar despreocupadamente con su mejor amiga Virginia y con él esposo de esta sobre algunos asuntos sobre su empresa—. Podemos hablar en privado.

Él castaño iba a negarse, pero algo dentro de él le reprochó que debía intentar ser amable con Rogers, ya que a pesar de que este lo sacara de sus casillas, él también lo había apoyado mucho con el asunto de su boda aunque no estuviera de acuerdo con ella.

—Esta bien—murmuró dejando su copa de lado, mirando rápidamente a Pepper, quien con un ligero gesto le hizo saber que ella lo cubriría como siempre.

Ambos hombres emprendieron camino junto y se fueron hasta una de las zonas más lejanas del complejo, donde la fiesta aún no había llegado y podría hablar con tranquilidad y privacidad sobre cualquier tema.

—¿Qué sucede?—le preguntó Anthony al rubio, quien suspiró y lo miró fijamente, adorando internamente la vista que le daba la noche desde el balcón, y con ello no sólo se refería a las estrellas, si no también a la compañía del castaño, la cual realzaba la belleza de el momento.

—Sólo quería desearte lo mejor con él—murmuró entre dientes despejando su mirada del cielo para verlo a él—. Me disculpo por la manera en la que te he tratado y he actuado con él, ya no lo haré más, así que por favor, discúlpame.

Edward suspiró y lo miró con desconfianza, esperando a que el comentario insultando a Stephen saliera poco después de tan dulces palabras, sin embargo, los segundos pasaron y el comentario jamás llegó.

—¿Hablas en serio?

—Muy en serio—afirmó—. Me di cuenta de que no puedo hacer nada para cambiar tus sentimientos hacía él, y que por mucho que te rogara, tú no cancelarías tu boda por mí.

Destinados por una piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora