Capitulo 12

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Un mes faltaba para que la luna roja llegara, lo que quería decir que faltaba un mes para la boda de Tony, quien por fin y después de tanto tiempo, logró entender del porqué de la histeria de las novias meses antes de la boda. Todo era un jodido remolino de estrés y nervios. No había estado haciendo nada más que correr los últimos días sin descanso, atendiendo llamadas con su planeadora y arrastrando consigo a Peter, Loki y Strange para ver que los ultimo detalles de la boda fueran correctos.

Strange por su parte fue un día con Christine, Pepper y Peter a comprar su traje para la boda, saliendo del sitio con un terrible dolor de cabeza que se disparó con más fuerza al ver como Clea, estaba de nuevo en el santuario, con una sonrisa coqueta y con ese brillo infernal en los ojos que Stephen no quería, ni estaba dispuesto a aguantar.

Prácticamente el ultimo mes todo el complejo se había hecho intimo amigo de la histeria del pequeño grupito que ayudaba a la planeación más concreta, haciendo que todos en el complejo, incluido él capitán, quién fue forzado por Natasha a participar en las tares asignadas, ayudara.

Todos atendían llamadas y corrían a informarle a Tony sobre los medios o algún detalle fuera de forma que se pudiera atender. Anthony estaba muy agradecido por la ayuda de todos, incluso de la de Steve, quien a pesar de incomodarlo y de tirarle tierra a su prometido, ayudaba a que todo marchara con más calma para él moreno, quien a su vez se contactaba con algunos viejos amigos para informarles sobre su unión con él hechicero.

El día de hoy era relativamente calmado, no había nadie en el complejo más que Vicent y Edward, quienes se la habían pasado desde la mañana planeando y hablando sobre algunos detalles pequeños que habían sido informados por la amiga de Tony.

—Recuérdame nunca volver a casarme—Strange sonrió ladinamente mientras se dejaba caer en el sillón.

—No te preocupes—comentó divertido—. No creo que tengas que volver a pasar por esto.

Stark rió y siguió a su prometido quien sonreía mirando  a la nada, transmitiéndole ese buen humor que desde hace un tiempo ambos compartían y que Loki decía que se debía a la pronta llegada de su unión.

—Tú amiga me comentó que no dejan de intentar localizarte para felicitarte por tu matrimonio.

—Y que lo digas—suspiró molesto—. No se porque tanta insistencia.

—Creo que quieren que les prestemos dinero—bromeó—. Ahora que saben que te casaras con uno de los hombres más sexys y ricos del planeta, supongo que comienzan a verte como un cajero automático.

Strange rió divertido ante tan buena conclusión expuesta por su prometido.

—Sabes—susurró segundos después—. Sospecho que Wong planea algo para la boda.

—¿Por qué lo dices?

—No lo sé—murmuró acomodándose en sofá—. Lo siento más dócil, pero a la vez estar más estresado y misterioso.

—Quizás va a proponerle matrimonio a Beyonce en la boda.

—Creo que lo estoy viendo venir—Tony sonrió y besó la mejilla del ex neurocirujano, quien sonrió algo tímido por la acción.

Desde los últimos meses esa clase de gestos se estaban volviendo muy frecuentes entre ellos, y lo peor es que eran inconscientes. Ninguno de los dos había comenzado a hacerlos sólo porque sí, en algunas ocasiones cuando estaban en X o Y situación, se trataban de esa forma, y para cuando ya se habían dado cuenta, no podían dominar a su cuerpo que actuaba por si sólo. Loki decía que los efectos del cariño y la energía con el pasar de los días se volvían más fuertes y difíciles de controlar, por eso él les había aconsejado que sólo dejarán que fluyeran con libertad.

Destinados por una piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora