Capítulo 16

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-Niña traviesa.

-¿Quiéres jugar con Daddy?

Bajo lentamente a su cuello, para dejar un camino de besos hasta su pecho, el cual beso y apretujo a su antojo.

Beso el abdomen ya no tan marcado de la chica. Sin duda le hablaría a su entrenador personal para que recomendara ejercicios a la chica y ponerle una nueva rutina.

-Llamame por la mañana, llamame cuando lo necesites.

Y sin más quito el bra de la chica dejándola más propensa a él.

Succiono aquello hermosos botones café claro y siguió su recorrido con su boca hasta llegar al inicio de aquella hermosa pieza de encaje.

Si gozo ponerla más va a disfrutar quitándose la.

Cuando la prenda tocó el piso, su boca ya estaba besando, chupando, lamiendo todo a su paso.

Pero le incómodo como la chica se hacía para atrás, estaba molesto más que nada aun cuando su cuerpo lo pedía, su mente se negaba.

-Alejate... No quiero.

Susurro en voz débil tratando de calmarse.

-No quieres ¿Mmm?

-Si no quieres entonces por que tu cuerpo me reclama.

Y sin más un dedo se hizo espacio en su interior y escucho el enorme grito de la chica.

-Si no quieres por que tu cuerpo reacciona de esta manera a mi.

Escucho el segundo grito y el arcamiento de su espalda cuando dobló el dedo en su interior.

-Tu cuerpo me pide, pero tu cabeza no lo deja. Tu cuerpo lo sabe, sabe que eres mía, sin importar nada ni nadie. Eres mía desde el momento en que te ví, naciste para estar siempre para mi, naciste siendo completamente para mi, a mi manera, a mi preferencia, naciste siendo mía.

Entonces el segundo dedo la invadió.

-¿Entendiste?

Pero de nuevo no Ibo respuesta.

-Vale.

Se levantó de la cama para ir a su armario, tomar varios objetos.

Regresó con todo y se aseguro del vendaje en sus ojos estuviera bien, al igual que las ataduras de las manos.

Puso grilletes en sus pies para evitar que pataleara, pero dejándole cierto movimiento.

-¿Qué hacés?

Tenía la voz temerosa.

-Te has portado mal y tendrás tu castigo.

-Ca~astigo....

-Si, me has negado el sexo, has roto una regla y pagaras las consecuencias.

-No quiero, suelta me.

Una mano la voltio y la otra la azotó.

La chica solo pudo gemir y retorcerse de dolor, tenía pues y manos atados y tenía la corbata del chico en los ojos, solo tiro del listón amarrado a la cabecera.

-Dejame en paz por favor.

Y de nuevo le azotó el trasero pero con más fuerza.

-Mejor callate si no quieres que tu castigo sea mayor. Recuerda no tendré piedad, por cada error pagaras, dependiendo en que falles tu castigo ira creciendo y será cada vez peor, así que callate y obedece.

Sin más la chica asintió, solo le quedaba hacer eso, no podía hacer más.

-¿Entendiste?

-S~si..

La Niña Del Mafioso «Min Yoon Gi»  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora