Capitulo 7

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No importó cuanto trató Sakura de mantenerse alerta, no pudo luchar más contra la droga. Todo su cuerpo quedó inerte, sostenido solo por los fuertes brazos de Itachi.

Mientras su mente flotaba, tuvo la vaga idea de que eso estaba bien. Nunca antes había sido sostenida así. Era demasiado pesada. Seguramente le partiría la espalda.

Abrió la boca para protestar, pero nada salió de ella. Sus ojos se cerraron.

―Tendré cuidado de ella―prometió Itachi, abrazándola.

Él la bajó mientras el mundo se volvía oscuro.

Shisui observó a la mujer en el cesto y sintió una abrasadora sensación de satisfacción. Sakura Haruno estaba a salvo y él intentaría asegurarse de que permanecía así. Dos meses de vigilancia y después adoptar una tapadera para observarla un poco más de cerca durante la última semana, le habían convencido que Kakashi estaba completamente equivocado acerca de ella.

Y, si sus instintos eran correctos, también era virgen... y sumisa.

Si, eso le ponía la polla dura. A veces había sido un acérrimo pervertido, pero Sakura Haruno le había convertido en un monstruo obsesionado. En el momento en que la había visto, supo que la deseaba. Era hermosa y tenía la clase de cuerpo suave que le hacía poner todo duro. Si solo hubiera querido tener relaciones sexuales con ella, él hubiera estado bien. Entonces...la había visto con un montón de niños sin hogar en un evento de caridad, y su estúpido corazón se había involucrado por primera vez.

Tenía que protegerla. Si, de Kakashi, pero principalmente del cabrón de su novio. Itachi salió del baño, agitando la mano derecha.

―Vale, sabemos que tiene todos los dientes. Joder, eso duele dijo Itachi.

―No seas nenaza ―ladró Shisui, mirándola todavía.

Estaba orgulloso de que ella se hubiera defendido, sobretodo porque tendía a ser sumisa ante las personalidades más fuertes a su alrededor, como Suigetsu y la perra de su hermana. Más de una vez, él había visto como ellos tomaban ventaja de su dulce naturaleza. A Shisui le había un poco preocupado que cuando Itachi y él la secuestraran, ella llorara y suplicara. No habría podido con eso. En vez de eso, ella había mordido con fuerza a su hermano.

―Hablo en serio ―dijo a gritos Itachi.

―Tuviste suerte que estabas a su espalda o te habría dado un rodillazo en las joyas de la corona.

―¿Sabes lo loco que pareces ahora? ―La pregunta de Itachi rezumaba sarcasmo―.

Eres la viva imagen de un acosador psicópata. ¿Tengo que agarrar una cámara para poder capturar el momento?

Shisui tenía que ser honesto con su hermano.

―Me preocupo por ella.

Un largo suspiro llenó la habitación.

―Es un error, hombre.

―No es como piensas que es. ―Itachi y Kakashi no la habían observado durante meses. No veían más allá de la fachada.

Itachi le dio una palmada en la espalda.

―Incluso si es la cosa más dulce del mundo, te digo que esto es un error. Ella no será capaz de manejar el tipo de vida que tú quieres. ¿Cómo demonios toda su sociedad de damas reaccionaría si ella se presentara a la gala de caridad con sus tres maridos, dos de los cuales vienen de los barrios bajos?

―Ahora tenemos dinero. ―Él podría cuidarla.

―Si, y lo conseguimos de la manera más dura tratando con delincuentes y maleantes. Ninguno de nosotros es un ejemplo para el club de campo. Incluso aunque Kakashi viene de una familia adinerada, parece un gánster. A pesar de este cuerpo atlético, soy un friki de los ordenadores. Y tío, tú hablas con tus armas.

Una Novia RehenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora