Shisui salió de la cocina sintiéndose como el más bajo pedazo de mierda del planeta.
Cruzó el pasillo y se dirigió a la oficina que Kakashi, Itachi y él estaban usando como su base de operaciones.
―Realmente espero que estén felices.
¿Arruinar la vida de Sakura había valido la pena? Tal vez si lo hubiera intentado de nuevo, podría haber encontrado una manera de poner a Suigetsu tras las rejas sin destrozar todas sus ilusiones.
Solo fracasaría. Sus grandes ojos verdes jade se habían llenado de lágrimas. El dolor había estado grabado en su dulce rostro.
Él había provocado eso. Tal vez no había sido el infiel hijo de puta o no había planeado matarla, pero había ayudado a exponerlo todo. Y lo había hecho con frialdad, porque sabía que sus sentimientos por ella eran un caso perdido. Kakashi tenía razón. Demonios, incluso probablemente Itachi tuviera razón. Aunque no hubiera secuestrado a Sakura, ¿cómo una mujer con su clase y su dulzura sobreviviría a una relación con él, con un Kakashi amenazante y un Itachi sabelotodo? Parecía imposible, y él era estúpido por luchar contra esa comprensión.
―No ―dijo Kakashi―. No estoy feliz. Y tenemos un problema. Tenten está en la línea.
Itachi, ¿Sakura puede oírnos?
Itachi cruzó la habitación y cerró la puerta.
―No, las puertas son gruesas, y estamos lo suficientemente lejos. La puedo ver a través de los cristales si trata de salir de la cocina. Aseguré las otras puertas, y las ventanas no se rompen.
Estamos bien.
Shisui estaba feliz por eso, porque lo último que Sakura necesitaba era saber que su mejor amiga había estado al tanto de este complot desde el principio. Una traición más y Sakura podría no sobrevivir, aunque Tenten hubiera participado con buenas intenciones.
Kakashi apretó un botón en el teléfono.
―Tenten, dinos que está pasando.
―Suigetsu se está volviendo loco―. La voz de Tenten era muy baja. ―Sospecha de ti. Le oí casualmente hablar de ello con su matón, Kabuto. Al principio pensó que Sakura se echó atrás. Estaba muy molesto por el equipaje.
―¿Por qué querría su equipaje? ―preguntó Shisui.
―Es de diseño ―explicó Itachi―. Vas a tener que disculpar a mi hermano. No sabe nada de diseño. Tenemos suerte que no usa todavía sus uniformes de campaña.
Ellos no se lo permitirían o él lo haría. Había pasado tanto tiempo con el uniforme que se sentía raro ir de civil, incluso años más tarde. El Ejército había sido simple. No había necesidad de elegir su ropa. No se preguntaba si parecía un gilipollas. A Sakura probablemente le gustaba un hombre que sabía cómo vestirse.
Tenten sonó pensativa.
―Sé que un conjunto completo de Louis Vuitton es caro, pero su anillo de compromiso costó mucho más, y a él no le importa un bledo eso. Le oí hablando con Karin, y estaba cabreado. Él le dijo que necesitaba encontrar a Sakura y conseguir el equipaje de vuelta o ella sería la que estaría en problemas.
Habían revisado su equipaje. Shisui no había encontrado nada, excepto la ropa, el maquillaje, y un iPad. Él había puesto la tableta en modo avión, y ella no sabía la contraseña de Internet, por lo que Itachi la había declarado inocua, pero tal vez debería mirar de nuevo. Lo único que había visto era un montón de juegos, imágenes, y su e-reader, que estaba repleto de novelas románticas. A menos que a Suigetsu le gustara travestirse en privado o necesitara ponerse al día en su lectura, Shisui no estaba seguro de por qué querría nada de lo que había empacado para su luna de miel.
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Una Novia Rehen
RomanceUna novia rehén Sakura Haruno acepta desposar al millonario Suigetsu Hozuki para salvar a su familia. El día de su boda debería ser el más feliz de su vida... excepto que ella no lo ama. Y no puede dejar de preguntar si está cometiendo un error. Aun...